A propósito del inminente cambio en el Comité Directivo Estatal del Partido Revolucionario Institucional, todo parece indicar que el actual alcalde xalapeño, Américo Zúñiga Martínez, llegaría a dicha posición, lo que dejaría claro el rumbo del tricolor en cuanto a la selección del próximo candidato a la gubernatura del estado.

El todavía alcalde de Xalapa es uno de los políticos que podrían considerarse como rescatables en una generación priista que ha sobrevivido a los escándalos de corrupción perpetrados durante el fidelismo y el duartismo.

En medio de esas condicionantes políticas adversas, Zúñiga Martínez ha sabido sobrevivir a la dinámica tentadora en la que otros de su generación habrían caído y que ahora son cuestionados por su trayectoria, sus conductas y sus riquezas habidas con recursos presuntamente desviados del erario público.

Como secretario de Trabajo durante el sexenio de Fidel Herrera, Américo Zúñiga logró imponer el record de cero huelgas en la entidad durante el periodo del 2004 al 2010.

Como diputado local por Xalapa, gestionó y amplió los alcances de la labor legislativa en favor de la Capital, lo que le valió armar una red de apoyos que le permitió alcanzar la alcaldía con una votación superior a los 23 mil sufragios sobre su más cercano competidor, el PAN.

Por cierto, este promedio de votación entre la primera y la segunda fuerza electoral es similar al que se registró en el reciente proceso municipal.

Siendo alcalde, realizó la obra pública más necesaria y urgente; ha puesto orden en la administración al grado de convertir a Xalapa en el primer municipio con Gobierno Abierto del país y hacerlo también como el segundo lugar nacional en el Índice de Transparencia y Disposición de la Información Fiscal de los Municipios, además de mantener la calificación de A (mex) de la evaluadora financiera Fitch Ratings lo que indica que Xalapa mantiene una perspectiva crediticia estable.

En el plano político, Zúñiga Martínez sorteó bien las aguas del duartismo; recordemos que ahí se vivió un punto de inflexión que llevó al alcalde xalapeño a denunciar pública y legalmente el desvío de dichos fondos por el gobierno de Javier Duarte.

Cercano al senador José Francisco Yunes Zorrilla, hoy el alcalde xalapeño vuelve a ser mencionado como opción para la dirigencia estatal del PRI.

Tal y como ya se había registrado en enero pasado mientras se debatía el tema de la renovación del CDE del tricolor, que había dejado vacante Felipe Amadeo Flores Espinosa, hoy se sigue  considerando a Américo Zúñiga como el más viable prospecto para asumir el liderazgo partidista, tras el fracaso del gris periodo de Renato Alarcón.

En el estado, podríamos decir que las cabezas de los grupos políticos conocen bien a Zúñiga Martínez, por alguna referencia respecto a su condición de alcalde de la capital del estado.

Hoy Américo Zúñiga se encuentra en la antesala del CDE del tricolor; y como todo parece indicar, llegará a la dirigencia estatal del partido para vivir el calor y el desgaste de la selección de candidatos a las diputaciones federales y locales, así como de gobernador del estado, con el objetivo de reorganizar a un desalentado priismo, de fortalecer a los sectores, de trabajar en la formación de cuadros y de tratar de unificar a los diferentes grupos del partido.

De entrada, el reto se observa muy complicado porque el PRI ha dejado de ser el partido hegemónico de Veracruz, para convertirse en la segunda fuerza, cada vez más separada del panismo-yunismo que hoy tiene el control político en la entidad. @luisromero85