Luego de que la diputada panista Cinthya Lobato lo increpara por malgastar el dinero público en borracheras, mujeres y drogas, ¿se podría acusar al diputado Sergio Hernández Hernández –Coordinador del grupo parlamentario del PAN y Presidente de la Junta de Coordinación Política del Congreso local- de ignorante, corrupto y cobarde?
Imagino que las hordas panistas gritarán enardecidas que no. Pero, a la luz de los últimos acontecimientos, parece que los adjetivos les quedan cortos.
¿Ignorante? Sí. Recupero lo dicho en este mismo espacio a principios de marzo. “El caso más notorio –del dudoso prestigio de algunos legisladores- es precisamente quien hoy encabeza el Congreso, el diputado panista Sergio Hernández Hernández; era un eficiente auxiliar del dirigente estatal blanquiazul José Mancha Alarcón.”
“El pastor camaral cuenta apenas con una instrucción de sexto semestre de la Licenciatura en Derecho, como lo ha dicho él mismo, porque su ficha legislativa tampoco da cuenta de ello. Incapaz de ganar una elección en las urnas, llegó por la vía plurinominal gracias a los acuerdos cupulares con la dirigencia panista.”
¿Cínico? También. “Sergio Hernández reconoció, previo a su caprichoso ungimiento, ser aún un estudiante de la carrera de Derecho, y ahora resulta que está dedicado a elaborar leyes. “Tengo muchos diplomados dentro del curso, me he capacitado en Acción Nacional y estoy seguro de estar preparado para el encargo que me han encargado (sic), estudié en la UV y me quedé en el sexto semestre de la Licenciatura en Derecho”.
¿Corrupto? El jueves pasado, Hernández fue acusado por la diputada Cynthia Lobato, de despilfarrar partidas presupuestales del legislativo en borracheras, drogas y mujeres. En un audio que todos conocieron, se escucha a la diputada gritarle a su coordinador que utiliza al ex diputado, Carlos “Chico” Fuentes, para conseguir mujeres y llevar drogas a las borracheras que organiza el propio coordinador de la bancada del PAN con dinero público.
Pero Cinthya fue más allá. También hizo el señalamiento que parte de estos recursos van a parar al escritorio de Pepe Mancha, el dirigente estatal panista y ex jefe del novel diputado. En la grabación no se escucha que Hernández responda a ninguna de las acusaciones, sino que se limita a tratar de tranquilizar a su compañera. La respuesta, cobarde, vendría en los días siguientes.
¿Cobarde? Bueno, pues además de no aclarar ninguna de las acusaciones, Sergio Hernández montó un verdadero bullyng legislativo y mandó a sus huestes a declarar a medios toda clase de descalificaciones en contra de Cinthya, aunque la más grave de ellas, que no asiste a las sesiones, que por eso le hacen descuentos a su dieta y que ese es el verdadero motivo de su molestia.
Hasta la Fiscalía General del Estado intervino en el linchamiento y anunció que ha iniciado una investigación y que la diputada se tendría que presentar a declarar. Pero si es de oficio, ¿no tendrían que declarar también los otros involucrados: Checo, Chico y compañía? ¿No tendrían que asistir los coordinadores parlamentarios para que expliquen en qué gastan el dinero? o de plano, ¿Otra vez será justicia selectiva?
La acusación que ha hecho la diputada Cinthya Lobato a sus correligionarios fue el destape de la cloaca en que se ha convertido el Congreso local, al menos, en lo que se refiere al manejo del dinero. Si bien la acusación fue directamente en contra de sus compañeros de bancada, la reacción de los otros partidos muestra que hay una absoluta complicidad en el gasto discrecional de los recursos públicos.
Unos y otros han defendido la libertad que tienen los grupos parlamentarios –y sus diputados- de gastar en lo que crean conveniente los recursos que reciben. Pero el problema de fondo es que no se trata de su salario, de sus ingresos personales, sino de recursos públicos que no tienen el menor filtro de fiscalización: es la corrupción absoluta.
¿Acaso para el ORFIS es suficiente que el área de recursos financieros del Congreso le informe que millones de pesos fueron asignados a los grupos parlamentarios y hasta ahí el trámite? La forma es fondo. Los diputados del PAN han defendido a su coordinador, pero en realidad, todos los partidos políticos han defendido la libertad de gastarse el dinero en lo que les dé la gana: borracheras, drogas y mujeres, por ejemplo.
Y sus voceros oficiosos dirán: “de qué se espantan si así lo han hecho siempre; cuando el PRI controlaba la Cámara funcionaba exactamente igual”. Es cierto, pero entonces que no anden enarbolando un cambio que no existe, una honestidad que no conocen, y un absoluto cinismo que sólo demuestra que esta es la peor Cámara de Diputados que ha tenido el estado.
No cabe duda que el Gobernador debe estar feliz con este nuevo grupo de chamacos, embelesados con el poder y el dinero, que no le representan el mínimo contrapeso. Exactamente igual a lo que tanto criticaron.
La del estribo…
- La Secretaría General de la CEAPP es una vergüenza. Luego de aferrarse con uñas y dientes al cargo, de naufragar en la confusión de auto asignarse facultades fiscal, de una entidad laboral o administrativa, ahora resulta que Jorge Morales se ha convertido en una carísima oficialía de partes. Para quienes piden su apoyo o intervención, la respuesta es la misma: enviar un oficio a la dependencia y luego el silencio, salvo que sea de los favoritos.
- La catarsis que han hecho los medios en contra del gobierno de Miguel Ángel Yunes ha arrastrado, de manera involuntaria, famas y prestigios de funcionarios que si han dado el ancho. El Secretario de Salud, Irán Suárez Villa, hace su trabajo lejos de reflectores y escándalos; ahí anda, incluso supervisando personalmente las obras de ampliación del CEM.