El viaje a Cuba y el inicio de su carrera de solista son los temas que aborda Amanda Alafita en esta segunda parte de la conversación

Espacios inmensos

Me gusta disfrutar los detalles del universo
Cada uno tan pequeño, va llenando los espacios inmensos
Todo es tan infinito y tan bello
Que me inspira a cantar, que me inspira a cantar.
(La calma. Amanda Alafita)

Siempre me ha gustado escribir, de niña escribía cuentos y cosas así pero más en una onda de escribir un diario. Me gustaba escribir lo que pensaba, lo que sentía para desahogarme un poco, para desenmarañar la cabeza. Escribía algo que estaba sintiendo en ese momento y un día dije esto podría ser una canción y empecé a escribir canciones a la par de aprender a usar el programa, aprender a grabar y aprender a tocar la guitarra.

Cuba, qué linda es Cuba

Después pensé irme al DF a seguir estudiando y un amigo que estaba conmigo en el JazzUV, un cubano que se llama Carlitos Manzo, guitarrista, me dijo oye, nosotros tenemos casa en La Habana y conocemos maestros súper chidos, las clases son bien baratas, te puedes quedar en la casa sin ningún problema y nosotros te hacemos paro para presentarte a la gente correcta allá, entonces dije bueno, voy a planteárselo a mi papá, a ver qué dice, y mi papá me dijo bueno, investiga lo que necesites para irte y lánzate.
Me lancé a Cuba, estuve allá cinco meses y entré a la Escuela Nacional de Música. Estuve, a la par, tomando clases particulares con el maestro de canto Jorge Porrúa, que vivía cerca de mi casa, y con un maestro de guitarra que se llama Idalberto Valdés, le dicen Mr. Acorde.
Allá seguí escribiendo, estuve estudiando canto, guitarra, piano, armonía y conociendo a otros músicos y tocando. Realmente, esa experiencia de ir a la Habana, estar allá y empaparme de toda la cultura de la isla fue magnífica, una de la experiencias más chidas que he tenido.

Recorrer la senda

A veces me pregunto
Si este es el camino correcto a seguir
Pero olvido que no importa tanto la senda
Lo que importa es caminar.
(La senda. Amanda Alafita)

Regresando de La Habana dije a ver, ¿qué quiero hacer?, porque todo había sido muy bonito pero ya tenía que decidir qué seguía. No sabía muy bien qué hacer y dije bueno, voy a juntar las rolas que tengo y voy a empezarlas a trabajar para hacer un proyecto, no podía hacer una banda en ese momento entonces dije lo que tengo a la mano es esto y esto, pues voy a empezar yo solita, y así empecé a despegarme un poco del temor que tenía de presentarme yo sola y, a pesar de las inseguridades, decidí tomar el reto de pararme en el escenario y presentar mi proyecto porque, además, las canciones que tengo son bastante personales, pero en el camino me he dado cuenta de que aventarte a hacerlo te va enseñando de todo lo que eres capaz.

La casa de los espejos

Cada día me convenzo más de que el mundo es un espejo
Que refleja lo que somos, lo malo y lo bueno
Por eso hoy en día he descubierto que el rencor es un veneno
Que transforma todo lo que nos rodea en un vasto infierno

Y ya no quiero gastar más energías en pensar
Que mi realidad sería mejor en otro planeta
Eso es sólo absurdo, pues no tengo otro lugar
Mas tengo el poder para cambiar
(Espejo. Amanda Alafita)

Yo siento que todos nos ponemos intensos en nuestra cabeza algunas veces y yo descubrí que la música era la forma de bajar la intensidad, de ponerme en otro canal y vibrar de una manera distinta todos los rollos negativos o de cosas que a veces crees de ti pero que no son tan ciertas. Muchas veces uno se juzga muy fuertemente a sí mismo y mis canciones me ayudan a hacerme sentir un poco más tranquila, a decirme mira la belleza que hay a tu alrededor, recuerda siempre esta sensación de paz y tranquilidad, si tienes errores, no hay problema, todo el mundo tiene errores, si te sientes triste, no te preocupes, todo el mundo se siente triste y esa misma tristeza o esas mismas cosas, a veces negativas y fuertes, son parte de la vida, no todo es color de rosa todo el tiempo, a veces, esas experiencias nos ayudan a crecer.
A la par que descubría todo esto, tomé un taller con una señora que es terapeuta pero es más bruja que terapeuta, ella es como mi gurú espiritual, me ayudó a entender quién soy yo, por qué soy así, por qué me gusta lo que me gusta, por qué sufro por las cosas que sufro, entonces, todo ese proceso de crecimiento que yo estaba teniendo, también lo estaba teniendo en la música, todo eso me ayudó a encontrar un camino bien chido en el que a la vez que estoy entendiéndome, estoy entendiendo todo lo que pasa alrededor y entendiendo cómo, a veces, mi manera de ver las cosas afecta todo lo demás.
La música que hago me ayuda a deshacerme de todo lo malo, a aterrizar, a decir ok, mientras pueda hacer lo que amo y compartir con los demás esto que estoy experimentando, estaré haciendo mi aportación al mundo de alguna manera.

(CONTINUARÁ)


PRIMERA PARTE: Learning to Fly
TERCERA PARTE: Latidos del corazón
VER TAMBIÉN: Conversación con Amanda Alafita │ Avance

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