Antes de los comicios, el dirigente estatal priista Renato Alarcón, quien nunca ha sido candidato y no tiene la experiencia directa de dirigir una campaña electoral, aseguraba que el domingo 4 de junio el PRI repetiría el esquema de la elección de 2016, un escenario de tres tercios, con los que calculaba que cada uno de los tres partidos dominantes (PAN, PRI y Morena) se repartirían los 212 ayuntamientos a razón de unos 60 cada uno. No fue así.

Con la inexperiencia del exdelegado del ISSSTE en Veracruz, y el nulo apoyo del exdirector de la CFE, Enrique Ochoa Reza, líder nacional priista que estuvo centrado en el Estado de México, el destino del tricolor estuvo definido desde el momento mismo en que fueron seleccionados sus candidatos.

Y es que dirigente estatal priista estuvo más preocupado por quedar bien con todos los grupos de poder en el interior del PRI que en decantarse por hombres y mujeres que les permitieran victorias; incluso, la integración de las planillas fue una razón para el desánimo en varios candidatos pues, para agrupar al mayor número de grupos, fueron impuestos muchos que socavaron sus ya disminuidos prestigios.

Es cierto que mantuvo el segundo lugar como coalición, y que su compañero, el PVEM, recibió la mayor cantidad de votos en su historia (pese a lo cual se cuestiona el ir en alianza con los priistas en 2018); también, que el PRI no contó con los recursos financieros que, como gobierno, dilapidaron el PAN y el PRD en favor de sus adocenados lugartenientes; que fue descomunal el uso de la Fiscalía para ametrallar con denuncias y procesos tanto a los priistas como a los morenistas, que se violentó a candidatos y militantes opositores, muchos de ellos baleados o secuestrados por bandas criminales.

El problema es que buena parte de los resultados tuvieron que ver más bien con la inexperiencia del dirigente estatal, quien incluso hizo a un lado a quienes hubieran podido darle victorias en varios municipios. Por ello, el PRI vivió la peor elección municipal de la historia y Renato Alarcón bien puede erigirse como el que dio la puntilla a un partido herido de muerte por la enorme corrupción de sus últimos dos gobernadores, Fidel Herrera y Javier Duarte.

Apenas se hablaba de 39 alcaldías ganadas, es decir, el 18 por ciento de las 212 que estuvieron en juego, 36 de ellas en coalición con el PVEM y tres en solitario, con lo que se distanció significativamente de la previsión del dirigente priista, y significará que apenas gobernará a aproximadamente 1.5 millones de veracruzanos, frente a los 4.5 millones que gobernará la alianza oficialista y los 1.4 millones que tendrá Morena, que fue solo a los comicios y recibió baños de lava por parte del gobierno estatal.

Pese a la drástica caía del PRI, hay que destacar que el priismo de Veracruz se puso de pie, y un factor clave en este vapuleado pero no menor resultado fue la Delegada del CEN del PRI, Lorena Martínez, quien levantó al tricolor pese a que fue golpeado por los escándalos de corrupción del exgobernador Javier Duarte y muchos de sus colaboradores. Ante esto, cientos de opositores que lo mandaban a la derrota total, vieron cómo, de la mano de Lorena Martínez, el PRI se repuso con fuerza y logró mantenerse como segunda fuerza electoral en el estado.

Y es que con el 22 por ciento de los votos, la alianza PRI-PVEM conserva 700 mil votos, y en 50 municipios peleó con todo en contra, con una elección de Estado que instrumentó Miguel Ángel Yunes Linares. Aunque a muchos les cueste aceptarlo, sin Lorena Martínez y su actuación a nivel local esto no se hubiera logrado.

Pierde Xalapa y va a tercer lugar

El caso más patético ocurrió en Xalapa. Según datos preliminares, Morena se fue con todo, ganó todas las casillas y obtuvo cerca de 70 mil votos, casi el doble de los que obtuvo el PAN (unos 38 mil) con la candidata conjunta con el PRD, Ana Miriam Ferráez.

El PRI, con Alejandro Montano, tuvo uno de sus peores desempeños, al no obtener ni 15 mil sufragios, es decir, menos de una cuarta parte de los que obtuvo su contrincante Hipólito Rodríguez Herrero, que será uno de los primeros alcaldes del partido de Andrés Manuel López Obrador.

Es cierto que al PRD le fue peor, pese a que supuestamente le correspondió designar al candidato de la coalición gobernante. Los perredistas no han entendido que los triunfos obtenidos en la capital del estado, incluido el anterior diputado federal, Uriel Flores Aguayo (quien lame sus heridas como subsecretario de la inoperante Secretaría de Educación de Veracruz), fueron gracias a la popularidad y arrastre de Andrés Manuel López Obrador.

Huérfano de esa figura, los perredistas solo levantaron para sus siglas poco más de 5 mil 500 votos, cuando llegó a decirse hace años que aun postulando a una vaca, ganaría en Xalapa. Incluso, el PRD fue rebasado poderosamente por el partido Nueva Alianza (Panal), con un candidato sobrio, serio y comprometido como el empresario Nicanor Moreira, quien le permitió al turquesa cerca de 9 mil votos. Y no le alcanzó el impulso porque se debatían los xalapeños en el voto útil a favor de la izquierda no sometida, en contra de la alianza oficialista y del PRI gobernante en el municipio, y porque no contó con los enormes recursos financieros con que contaron sus rivales.

En Martínez de la Torre fue masacre

Pero uno de los lugares donde el PRI tuvo uno de sus peores desempeños fue en Martínez de la Torre, pese a gobernarlo, entre otras cosas por el capricho de imponer a un candidato absolutamente desconocido, con antecedentes de corrupción a su paso por el gobierno poblano, donde estuvo a cargo de adquisiciones bajo las órdenes de Mario Marín, el famoso ‘góber precioso’.

Ahí, lo que hizo Renato Alarcón (de cuya renuncia ayer empezó a darse por hecha en redes sociales de periodistas) fue imponer a Jorge Mendoza Velarde, que es limonero porque la franquicia del futbol de la tercera división que posee tiene ese nombre, pero de conocer y ser conocido en ese difícil y politizado municipio, nada; incluso, las malas lenguas aseguran que compró la candidatura del PRI. De poco le valió, a no ser para arrastrar la cobija tricolor por los polvosos caminos del municipio.

La real contienda se dio entre dos personajes muy conocidos allá. Por un lado, José de la Torre Sánchez, que ganó por tercera ocasión la alcaldía (ahora completará una década al frente de ese ayuntamiento) por la coalición PAN-PRD, y por otro, Eduardo Sánchez Macías, empresario de medios, quien saltó a la palestra por el único partido que lo arropó, Movimiento Ciudadano, y estuvo en un tris de lograr su preciado sueño de ser alcalde de su tierra adoptiva.

Y el PRI, ¡oh, caray!, ¿dónde quedó? Veamos los números: El ganador, PAN-PRD, habría obtenido 10 mil votos, con lo que tendrá oportunidad José de la Torre Sánchez (quien siempre ha perdido cuando postula a sus familiares) de gobernar por 10 años este rico municipio, capital mundial del limón persa. En segundo lugar, solo amparado por las siglas creadas por Dante Delgado, MC, Edurado Sánchez Macías, con 9 mil 211 sufragios. Le sigue Morena, quien postuló a un buen amigo, Adrián Montiel Martínez, con 7 mil 378 votos. Y en cuarto lugar, con apenas 4 mil votos, el exfuncionario poblano y candidato priista, Jorge Mendoza Velarde, con apenas el 19 por ciento de los votos obtenidos por el actual alcalde priista, Rolando Olivares Ahumada.

Rolando había sido una garantía para el triunfo del PRI. En ese municipio ganó la elección para la diputación federal Edgar Spinoso Carrera, y también ganó la elección para la diputación local Nora González González, candidata de la coalición PRI-PVEM-Panal-AVE, en el municipio de origen de quien resultó ganadora, Mariely Manterola. De hecho, con Rolando, Héctor Yunes Landa ganó la elección para Gobernador, algo que no sucedió ni con Fidel Herrera ni con Javier Duarte.  Solo que Renato le pidió a Rolando Olivares que sacara las manos, y ahora deben dolerle los resultados.

Una pausa en Hora Libre

No retomaré la escritura de esta columna sino hasta la próxima semana. Este miércoles 7 de junio acudiré al viejo edificio del Senado de la República en la calle de Xicoténcatl, en la Ciudad de México, para recibir el Reconocimiento al Mérito Periodístico que otorgan las comisiones Especial para dar Seguimiento a las Agresiones a Periodistas y Medios de Comunicación y la de Radio, Televisión y Cinematografía del Senado, conjuntamente con la organización Comunicadores por la Unidad. Lo recibiré junto con las colegas Ana Laura Pérez, Brisa Gómez y Billy Parker, y mi amigo Luis Ramírez Baqueiro. A mi regreso, el jueves, me someteré a un tratamiento de salud que requerirá mi hospitalización. Ruego a todos no olvidarme y que nos leamos nuevamente la próxima semana. Comentarios: belin.alvaro@nullgmail.com | www.alvarobelin.com | Twitter:  AlvaroBelinA | Facebook | Google+ | Linkedin | Instagram