Javier Duarte mostró su supina ignorancia y torpeza política cuando creyó que, en efecto, Enrique Peña Nieto lo dejaría elegir al candidato del PRI a sucederlo en la gubernatura.

Esa facultad la tienen en exclusiva los presidentes emanados del tricolor y si no se la delegan ni a sus queridas, mucho menos lo harán con un bandido.

Peña Nieto eligió al senador Héctor Yunes Landa y con eso mandó al diablo a Duarte y a su delfín Alberto Silva.

Héctor y otro de los aspirantes, el también senador José Yunes Zorrilla, firmaron un pacto de caballeros en el que el segundo se comprometía a apoyar al primero a llegar a la gubernatura y luego, en el 2018, Héctor apoyaría a Pepe con el mismo fin.

Pero Héctor perdió y no por falta de apoyo de Pepe, sino por una serie de errores que ya no tiene caso mencionar.

Durante su precampaña (aunque en realidad desde mucho antes), Héctor recorrió varias veces el estado y logró conjuntar un poderoso equipo político que abarcaba los 212 municipios veracruzanos.

De todos, fue el precandidato que mejor se preparó, pero aun así perdió.

La derrota fue dolorosa, pero una vez repuesto manifestó su deseo de volver a contender en el 2018 lo que provocó irritación en el tricolor, sobre todo, cuando le recordaron su pacto con José Yunes y Héctor dio una respuesta medio rocambolesca que no satisfizo a nadie.

Yunes Landa regresó a su activismo de antaño y este lunes refrendó a un diario de circulación estatal que va por la gubernatura, pero abrió una puerta: “Si llegado el momento de la decisión, el senador José Yunes está mejor posicionado que yo, no dudaré en sumarme a su proyecto para respaldarlo”, dijo.

Con esto, volvieron a su cauce las aguas que estaban muy turbias en el PRI estatal.

El mejor posicionado en el ánimo de Enrique Peña Nieto es José Yunes Zorrilla. No hay más. Sólo que éste decline a la candidatura o le caiga un meteorito en la cabeza entraría Héctor en su lugar. Menos no.

Ignoro cómo esté la selección de aspirantes tricolores a las gubernaturas en otros estados, pero en Veracruz el asunto está resuelto desde el año anterior: José Yunes Zorrilla va en el 2018 y no hay vuelta de hoja. Reitero, sólo en caso de algo no previsto es como Héctor repetiría como candidato. Punto.

¿Feliz 10 de mayo?

Nuevamente cientos de madres veracruzanas salieron a las calles a protestar por la desaparición de sus hijos (en el resto del país sumaron miles). Eran mujeres de todas clases sociales que exigen el regreso a sus hogares de sus seres queridos.

Tras la marcha se plantaron en la Plaza Lerdo y ya sabes lector, sucedió lo de siempre. Una comisión de segundones habló con ellas para asegurarles que la Fiscalía estatal anda buscando a sus hijos hasta por debajo de las piedras.

Viles mentiras.

Lo cierto es que la dependencia donde cobra Jorge Winckler (ya se va ¿verdad joven?) ha hecho poco o nada por localizarlos y son los mismos familiares los que han recorrido la legua en un intento por encontrarlos en fosas clandestinas.

Conmueve el dolor de esas mujeres, pero indigna más la apatía de la Fiscalía y del gobierno estatal.

Miles de esas desapariciones ocurrieron cuando el gordo Javier Duarte fue gobernador, pero todo parece indicar que no va a responder por ninguna de ellas.

Fe de erratas

En mi columna de ayer escribí como cabecita intermedia IMPUNIDAD ES EL VERBO, pero impunidad jamás será verbo. Cuando reparé en mi babosada ya había mandado el texto. Agradezco a los lectores que me señalaron el error, pero más les agradezco que no me la hayan refrescado en pleno Día de las Madres. No sé en qué estaba pensando cuando escribí esa burrada. Ni hablar, hay días así y el de ayer fue uno de ellos.

bernardogup@nullhotmail.com