Una de las máximas de la política nacional y de la administración pública es precisamente que la austeridad no es democrática. Y los políticos pueden ignorar muchas cosas, pero esa no. Por eso, quienes detentan el poder, nunca sufren carencias, no les aplica los “decretos de austeridad” y siempre cuentan con recursos suficientes para lo que ellos determinan como su prioridad, generalmente de carácter electoral.
Lo que en estos días han hecho Sergio Hernández, Presidente de la Junta de Coordinación Política del Congreso, y Julen Rementería, Secretario de Infraestructura y Obra Pública (SIOP), demuestra que para el actual gobierno, la prioridad son las elecciones municipales y no resolver los problemas financieros que enfrenta.
Y por supuesto que eso no es pecado exclusivo de la actual administración. Así lo han hecho otras administraciones, particularmente la anterior. Basta recordar que cuando Javier Duarte fue llamado a cuentas por la Auditoría Superior de la Federación para responder por la infinidad de irregularidades que se habrían detectado y que ya eran motivo de denuncias penales, su respuesta fue diáfana y cínica: utilizó los recursos públicos para garantizar la gobernabilidad, es decir, ganar elecciones.
Pero, ¿no se supone acaso que estamos quebrados y que no podíamos darnos esos lujos? ¿Olvidaron tan rápido la rabia social por la procacidad con que se manejaron los recursos en el pasado reciente? Al fracaso que empieza a perseguir al gobierno actual, habría que agregar que se confirma la percepción de que son los mismos, haciendo las mismas cosas. Es el ejercicio del “pinche poder” que tanto añoraban.
Primero. Con el pretexto de celebrar los primeros cien días de trabajo legislativo, Sergio Hernández se aventó la puntada de organizar un baile popular para agasajar a su estructura electoral –enmascarada en 156 casas de enlace-. El evento se llevó a cabo en el Velódromo de Xalapa, donde después de su discurso se presentó el grupo musical Sonora Dinamita, el cual cobra de más de 100 mil pesos por sus servicios. ¿Quién pagó la renta del inmueble, el costo del grupo, el traslado y los servicios? ¿De verdad son tan cínicos que piensan que hay algo que festejar?
Considerando lo que dijo nuestro efímero patriarca legislativo, parece que sí. Sergio Hernández rebuznó sin sonroja: “Nosotros somos diferentes, hoy somos diputados y estamos dándoles la cara y generando compromisos porque tenemos las ganas de cambiar a Veracruz”. ¿Piensan cambiar a Veracruz gastando los recursos públicos en eventos partidistas para promover su imagen y la de su partido? ¿No era eso lo que más aborrecían de Duarte?
Segundo. Este martes, el Secretario de Infraestructura y Obras Públicas (SIOP), Julen Rementería del Puerto, fue captado en el municipio de Álamo, en horario laboral, haciendo uso de un helicóptero, aún cuando la actual administración ha declarado que debido a la crisis que enfrenta no haría uso de aeronaves para giras como medida de ahorro al erario.
A media mañana, por borbotones corrían las imágenes que fueron filtradas a portales de noticias y grupos de redes sociales, en las que se observa cómo el funcionario estatal habría visitado el municipio de Álamo para tratar asuntos partidarios del PAN, con miras a las elecciones municipales de junio próximo. Ahí lo acompañaban candidatos y militantes con quienes sostuvo una reunión de trabajo.
La réplica no se hizo esperar. Por la tarde, el Secretario difundió en su cuenta de Facebook que realizaba una gira de trabajo por el norte del estado de Veracruz “para buscar conectar de mejor manera 11 municipios”, y explicó que el motivo que lo llevaron hasta esas localidades es mejoras las condiciones de la región, sin embargo, no explicó el motivo del uso del helicóptero.
Y ante la evidencia del gasto oneroso e ilegal con fines partidistas, la respuesta fue la misma en ambos casos: la mentira como recurso para eximirse de la responsabilidad. Otra vez, son los “pinches medios” los que “magnifican los hechos”, los que meten la nariz donde no deben, quienes hacen públicos los excesos de un poder que se muestra insensible a la crisis social que se vive.
¿Mintieron los medios? ¿Exageraron en el manejo de información? Pues entonces que los funcionarios digan la verdad… y la demuestren.
En principio, Sergio Hernández debe explicar cómo los gastos de su absurdo festejo efectivamente salieron de su peculio –difícil de creer cuando hace escasos seis meses se tronaba los dedos para cubrir sus gastos personales-; puede decir, por ejemplo, cómo logra mantener con su sueldo más de un centenar de casas de enlace y cuál es el estado de las gestiones que éstas realizan; si las facturas están al alcance de los medios, que las presente y que diga que con su dinero puede hacer política de la forma que crea conveniente.
Y Julen bien podría dar a conocer la bitácora de vuelo y la agenda que realizó durante el día; pudo también haber emitido un comunicado de prensa –acompañado de imágenes y video- donde se le observe trabajando en el municipio de Álamo; donde se informe sobre las obras o proyectos que fueron sujetos de supervisión y las personas que asistieron a estas actividades. No olvidemos que es un funcionario público, utilizando recursos del Estado, por tanto, está obligado a informarlo.
A menos, claro, que tampoco tengan llenadera.
Las del estribo…
- La Sefiplan concentrará a todos los Organismos Públicos Descentralizados. Es la “licuadora” remasterizada.
- Empiezan a caer los colaboradores más cercanos de Duarte que hoy ocupan un escaño en San Lázaro. Nada qué festejar, se trata del ex gobernador de Chihuahua.