En Xalapa, los candidatos a la alcaldía parecen estar casi definidos, lo que no se encuentra aún claro es cómo serán acompañados durante la campaña, y en la administración en caso de que resulten triunfadores. Si bien el OPLE les da chance de definir sus planillas e inscribirlas entre el 15 y el 26 de abril, aún no se ve que haya una definición concreta de los que se pretende abanderar como candidatos a síndicos y a regidores.

Y es que poco a poco llegan los clásicos y no siempre mentirosos rumores de quiénes son los que tienen chance de entrar; sin embargo, y para la mala suerte de los aspirantes priistas (en este caso) surgirán nombres que nada tienen que ver con su partido, su estructura y mucho menos con su militancia; simplemente habrá algunos improvisados, como bien acostumbra el PRI, pues está tomando cada vez más fuerza el rumor de que como en cada elección, serán impuestos candidatos a ediles. En esta ocasión, parece ser que será uno que no es xalapeño sino oriundo de la Ciudad de México, antes Distrito Federal y que al parecer su residencia, se encuentra en Coatepec y que nunca ha sido reconocido dentro del PRI, pero tiene un apellido “importante” dentro de los grupos de poder económico y social en la capital.

Aunque no se sabe con exactitud a cuál de los hermanos buscan imponer, ya se plantea que la Regiduría Primera por el PRI será para alguno de los hijos de Justo Fernández. Desconocemos si esa posición es para que el lleva el mismo nombre de su padre, quien ya fue diputado por el partido verde y que como presidente de la comisión de medio ambiente inició la destrucción del predio “La Joyita” en esta capital o su hijo Luis Miguel ¿Quién en el PRI ha visto alguna vez a Luis Miguel Fernández Garibay en alguna colonia, en algún evento o mitin del partido?

Lo más interesante es que hay militantes, ya de muchos años que le siguen viendo futuro a su instituto priista y buscan algún espacio dentro del siguiente cabildo; sin embargo, parece que nuevamente no serán tomados en cuenta, y es que no es que le aventemos la mala vibra al PRI, pero parece que habrá grandes decepciones e incluso hasta posibles desbandadas.

¿Acaso se irán a conformar con falsas promesas de direcciones para dejar pasar al cachorro de Justo Fernández los siguientes cuadros?:

Adolfo Toss, ha sido diputado local, ha sido Regidor y ha trabajado en el Centro de Especialidades Médicas; actualmente se desempeña como Director del DIF en Xalapa, fue candidato a diputado local en el 2016, contienda en la que representó la nada despreciable cantidad de 20 mil votos; José Luis Hernández López, priista de toda su vida, ex regidor, dirigente del sindicato de los trabajadores de CMAS del Ayuntamiento de Xalapa y actualmente Presidente del PRI en la capital veracruzana; Rodrigo Montoya, joven priista ex dirigente de la Chaviza Revolucionaria en todo el estado de Veracruz, ex dirigente del FJR en Xalapa, consejero político de PRI y ex secretario privado del Presidente Municipal de Xalapa; Ernesto Rizzo, ex regidor del Ayuntamiento de Xalapa, priista de toda su vida y uno de los fundadores del Movimiento Territorial en Veracruz; Manuel Meza, Secretario del Ayuntamiento al inicio de la actual administración municipal, delegado distrital del PRI, afín a uno de los grupos políticos rescatables del partido (el de Pepe Yunes); Rolando Ortega, secretario general del sindicato más representativo del ayuntamiento de Xalapa, respaldado por más de mil trabajadores.

Los anteriores son precisamente algunos de los nombres de aquellos que buscan ser regidores en el próximo proceso, los cuales tienen experiencia partidista y gubernamental, pero parece que nuevamente les darán las gracias por participar, pues la militancia no es algo que le importe al candidato a la alcaldía del PRI en Xalapa Alejandro Montano y al concilio que se encarga de palomear las posiciones. A ver si no le llueven renuncias, manifestaciones y hasta impugnaciones ante los órganos electorales de militantes xalapeños priistas.

A más de 6 meses del fallido resultado de la elección a gobernador, el PRI no parece haber aprendido por ningún motivo la lección, y desde estas fechas, se va vislumbrando la estrepitosa derrota en la capital veracruzana.

Cobro de facturas contra diputado incómodo

Parece que le quieren cobrar facturas a quienes objetaron la manera como se pretendía llevar a cabo la reestructuración de la deuda y obligaron al gobierno estatal a transparentar las operaciones que se llevarán a cabo para tal efecto.

De la nada, un contingente de una agrupación denominada como Mociv, se presentó en el palacio municipal de Altotonga para amagar con tomarlo y prácticamente secuestrar al personal, incluido el alcalde Ramiro Arcos Toledano, si el Ayuntamiento no firma de inmediato un compromiso para entregarle 100 casas a esta organización.

Esa misma agrupación ya era “cilindreada” desde la Secretaría de Gobierno en la pasada administración para presionar políticamente a los presidentes municipales cuando no accedían a los caprichos del anterior gobernador.

Pues vemos que son bastante “institucionales” en el Mociv, pues siguen al servicio del gobierno, aunque éste haya cambiado de partido. Ahora, en lugar de Gerardo Buganza o Erick Lagos, el cilindrero es Rogelio Franco. Y a quien se buscaría presionar no es al actual alcalde, por cierto un hombre mayor, sino al munícipe con licencia y diputado local por el Distrito de Perote, Carlos Morales Guevara, quien coincidentemente ha sido el legislador de oposición que más señalamientos ha realizado al gobierno de Miguel Ángel Yunes, que ha defendido con todo el tema municipal y que fue el principal impulsor del artículo transitorio del dictamen de la reestructura de la deuda sobre el tema de transparencia, así como del pago a los municipios.

Y para que no haya dudas, durante la manifestación fueron captados al frente de la misma el precandidato del PAN a la alcaldía de Altotonga, Jesús Lazcano, y la regidora del mismo partido Orquídea Pontón.

No es la primera que le hacen al diputado por Perote en su tierra. El “calambre” de dejar de surtir alimentos en el hospital de Altotonga tenía el mismo remitente, cuyas frases de cordialidad a sus adversarios se quedan en el mero nivel discursivo.

Lamentable.