Prefacio.

Con profunda tristeza y una terrible sensación de impotencia, fui enterado el domingo del asesinato de un gran amigo, el periodista Ricardo Monlui Cabrera. Un experimentado comunicador y excelente persona, quien fue acribillado cuando salía, acompañado de su familia, de un restaurante en Yanga. Otra más de las promesas incumplidas del gobernador. Ahí está la primera pluma que cae durante su gestión. ¿También se la va a achacar a Javier Duarte? ¿También lo va a criminalizar?

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Ni los más ingenuos pudieron suponer que Flavino Ríos sería exonerado por la juez de control Alma Aleida Sosa Jiménez, la misma que le decretó la prisión preventiva por un año. *** Sin embargo, en la audiencia celebrada el sábado lo interesante era saber “qué armas” portaban las partes. *** La Fiscalía mostró pruebas documentales sobre los pasos que habría dado Javier Duarte para viajar a Coatzacoalcos en un helicóptero del gobierno estatal, para después desaparecer. Aseguran que el propio exgobernador interino dio instrucciones para que al hoy prófugo se le dieran “todas las facilidades”. *** Extrañamente la defensa no presentó prueba alguna, a pesar de que se argumentó que Flavino Ríos nunca acudió al aeropuerto de El Lencero para ordenar se atendiera a Duarte. *** Si hubieran presentado declaraciones juradas del entonces secretario de gobierno, Genaro Mejía y de otros exservidores públicos que estuvieron presentes cuando el gobernador interino les tomó protesta, para ratificar la coartada, se le hubiera caído el caso a la Fiscalía. *** Ahora los abogados de Flavino Ríos tienen dos opciones, la apelación o el amparo directo. En los primeros días de abril sabremos qué camino toma este caso.

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La semana pasada fue de severos contrastes para el gobernador Miguel Ángel Yunes Linares.

Apenas el martes, los diputados decidieron rechazar su petición para renegociar la deuda del Estado, lo que desató a esa fiera que lleva dentro y salió a lanzar amenazas a diestra y siniestra.

Ya un poco más calmado, luego de desahogarse ante los medios de comunicación, Yunes Linares se sentó con sus asesores financieros y jurídicos, para replantear su petición al Congreso, atendiendo las observaciones que le hicieron a su primer trámite.

Las cosas mejoraron para el cierre de la semana.

El viernes, finalmente, y luego de una verdadera labor de cabildeo, los diputados volvieron a sesionar y le aprobaron la renegociación.

Al día siguiente, el sábado, una juez de control vinculó a proceso al exgobernador interino Flavino Ríos Alvarado y le ratificó la prisión preventiva por un año.

La semana pudo haber sido perfecta, de no ser por la nueva ola de ejecuciones en el sur de la entidad.

Ha pasado casi un año, desde aquel 4 de abril, cuando en su gira de campaña, en Coatzacoalcos, anunció las que serían sus 10 acciones para recuperar la seguridad:

1.- Solicitar mayor presencia y coordinación del Ejército Mexicano, la Marina, la Policía Federal y la Gendarmería; 2.- Designar como Secretario de Seguridad Pública a un militar de alto rango. Consultar el nombramiento con el Secretario de Gobernación y el de la Defensa Nacional. 3.- Dar de baja a los altos mandos de la policía estatal vinculados con la delincuencia organizada e iniciar acciones penales en su contra. 4.- Dar de baja a todos los policías estatales y municipales que no hayan aprobado los exámenes de control de confianza. 5.- Crear una nueva Policía Estatal. 6.- Definir 10 zonas de atención prioritaria en materia de seguridad y crear policías regionales. 7.- Aplicar tecnologías avanzadas para combatir a los delincuentes. 8.- Mano dura contra los delincuentes. 9.- Implementar una red estatal de video-vigilancia para prevenir el delito, y 10.- Programas de prevención del delito.

En ese mismo evento Yunes Linares anunció que a seis meses de iniciado su gobierno, Veracruz recuperaría la seguridad, pues –dijo- tenía la experiencia suficiente para lograrlo y la mano dura para actuar en contra de los delincuentes.

Casi nada de lo prometido hace un año lo ha cumplido. Salvo la petición de una mayor presencia de las fuerzas federales, y la captura del exsecretario de Seguridad Pública, lo demás sigue sin resolverse.

En lugar de un militar de alto rango, nombró a un amigo personal, el abogado Jaime Téllez, como titular de Seguridad Pública; los mandos y elementos policiacos han sido reubicados, no cesados; no existe hoy una “nueva policía estatal”; tampoco se han formado las “policías regionales”; acerca de las nuevas tecnologías, el fiscal ha admitido que carece de los elementos necesarios para identificar los cuerpos hallados en las fosas clandestinas; por el alza en la incidencia delictiva, todo parece indicar que los bandoleros no sienten la “mano dura” del gobernador; la video-vigilancia es un mito, pues la mayoría de las cámaras están inservibles, y no se han implementado los programas de prevención del delito.

Pidió seis meses para devolverles a los veracruzanos la seguridad, y ya va en el cuarto mes, con una creciente situación de violencia en toda la entidad.

Y no se trata, como él asegura, de meras percepciones.

La tarde del viernes, un comando armado ejecutó a cinco hombres en la colonia López Mateos de Coatzacoalcos. Varias camionetas de lujo llegaron a una vivienda en la avenida 5 de Febrero y de su interior salieron los sicarios que les dieron muerte a los cinco sujetos. Las víctimas fueron identificadas con los apodos de “El Nene”, “El Chino”, “El Lagarto” y “El Salinas”; dos eran exagentes de Tránsito.

Al día siguiente, el sábado, en la colonia Francisco Villa de Coatzacoalcos, dos personas fueron asesinadas por un grupo de sujetos armados, quienes los siguieron sobre la calle Campesinos hasta alcanzarlos y dispararles en repetidas ocasiones. Testigos informaron que los fallecidos, acompañados de una tercera persona, caminaban por la calle Campesinos cuando fueron interceptados por un grupo de sujetos que se desplazaba en un automóvil. Los tres intentaron huir, pero dos de ellos fueron alcanzados por las balas.

Ese mismo sábado, en la sierra del Totonacapan se suscitó una balacera; se habla de la muerte de al menos ocho personas, algunos de ellos policías municipales y un cuñado del alcalde.

El de la seguridad es un tema en el que está reprobando Miguel Ángel Yunes Linares, un supuesto “especialista” en el tema.

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Epílogo.

Una verdadera pena que el PRI no haya sabido valorar los méritos y las capacidades de Ezequiel Castañeda Nevares, quien buscaba, de forma legítima, ser el candidato de su partido a la alcaldía de Tuxpan. El elegido fue Moisés Acosta Cervantes, al parecer con la bendición del senador José Yunes Zorrilla. *** En Xalapa, mientras tanto, fue ratificada la precandidatura de Alejandro Montano Guzmán, en un evento en el que el exdiputado federal y extitular de Seguridad Pública hizo un llamado al priismo de la capital para defender la plaza. Los presentes no vieron con buenos ojos que al evento asistiera el senador Héctor Yunes, primo hermano del actual gobernador y sinónimo de derrota. *** Por la alianza PAN-PRD todo pinta para que sea confirmado David Velasco Chedraui como el candidato, una vez que se conozcan los resultados de la encuesta que se realizó este fin de semana. *** Con el maestro Hipólito Rodríguez por Morena, la elección municipal promete estar muy cerrada, de las llamadas “de tercios”.

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