641 días, para rescatar  y cumplir con lo prometido a Veracruz.

Lo definitivo  es el bienestar y progreso de las personas, no de los políticos.

A solo 31 días, para saber del pospuesto presupuesto. ¿De recepción, a decepción?

Mientras, en Finanzas y otras dependencias estatales,  ya hay responsables y denunciables; siguen  licuadora, aspiradora y otros depredadores enseres doméstico-administrativos, del desorden y opacidad aprovechables  para unos cuantos; y en la cámara de diputados de Veracruz,  ¿prevalecen  teoría y práctica de más de lo mismo?

Hay que insistir e intentar. ¿Qué capacidad  y posibilidad de cambio efectivo hay, en hacer y no solo en decir? Cambiar, no para que todo siga igual, ni para simular lo que no se hace.

Interminables lecciones no aprendidas, consecuencias padecidas  e intenciones repetidas.

Salvo  excepciones, en muchas formas, demasiados  diputados siguen contribuyendo y respaldando el creciente daño que causa una irresponsable y convenenciera actitud. Confunden iniciativa con definitiva, corrección con abyección, discusión con aceptación, pero no fuero con orden de aprehensión ¿De desastre a tragedia?

Histórico y  comprobable. Es inocultable,  repetido y padecido, que  desde hace  cuando menos  18 años, el presupuesto como ley  y  “la carabina de Ambrosio”,  son lo mismo.  Ni seguimiento, ni control presupuestal. Ni evaluación ni rectificación.

En contra de lo estipulado  se gasta de más  y  crecen déficits cada año. Lo peor se convierte en descarada costumbre.

Curioso y contradictorio. Imparable  gastar y endeudar, aunque los obligados a informar,  sigan sin determinar, ni  difundir, cuál es el total-total de deuda pública estatal. Ni a dónde pararon miles de millones de pesos desaparecidos. ¿Alternancia de la opacidad?

¿Aumenta costosa burocracia y sus gastos? ¿Más dependencias  y comisiones oficiales, que supuestamente vigilan o controlan a otras y a otras, con nulos o mínimos resultados?

Excepciones aparte, los integrantes del llamado poder legislativo, en su mayoría (porque se requiere), obedientes y disciplinados  autorizan aumentar gasto  y deuda, sin evaluar ni controlar y denunciar a responsables. ¿Continuidad de la impunidad?

Cuento de nunca acabar  de ineptitud, mediocridad y corrupción. Total la única solución encontrada y practicada, sigue  siendo impuesta: que paguen los que vienen.

Así, el problema  se recicla y agrava.

La eterna deuda nuestra de cada día….

Por lo pronto, la Legislatura del Estado tendrá que asumir su responsabilidad y  decidir sobre el cuestionado tema de reestructuración de la deuda pública. Tema  que para los 21 créditos considerados, se divide en bancario, y  de valores. Cuyo tratamiento y gestión tiene, en cada caso,  características propias a considerar.

Más allá de la importancia y precisión de cifras y conceptos,  por esta ocasión,  permítaseme destacar en lo general,  cuatro aspectos que, cuando menos,  deben tenerse  presentes:

1.-Legalidad. Contar con claro sustento,  desde el plano constitucional federal y local,  hasta la legislación financiera correspondiente y del sistema nacional anticorrupción. Garantizar y exigir  lo relativo a transparencia, acceso a información oficial, rendición de cuentas, fiscalización y evaluación social. Y la postura explícita del gobierno federal, al respecto.

2.-Transparencia. Tener presente que se trata de iniciativa, no de  dogma ni de imposición autoritaria. Por tanto, es  imprescindible garantizar libertades y derechos ciudadanos y sociales para ejercer  libre expresión y participación; y, desde luego,  respeto al Poder Legislativo para el ejercicio de sus atribuciones.

Inadmisible  descalificación,  terrorismo informativo, manipulación y   opacidad oficiales, venga de quien venga.

3.-Consistencia, alcances y propósitos claros. Dispocición pública  de información, análisis y estudios actualizados, que fundamenten, tanto opiniones a favor como en contra, para determinar y fijar límites, condiciones, objetivos y metas, así como formas mínimas de seguimiento y control, fiscalización y evaluación públicas. Ante condiciones de desastre y de emergencia, claridad en la responsabilidad otorgada o asumida. Nada de “cheque en blanco”, cualquier costo, e impreciso destino.

4.-Desarrollo y bienestar social prioritarios. Evitar,  más de mal en peor, con crecientes  limitaciones, sacrificios y pérdidas para presentes y futuras generaciones.

Desde luego que hay que atender y resolver  cuestiones financieras,  desastres   y  consecuencias  ocasionadas.

Para ello, es  imprescindible replantear, discutir y analizar alternativas; abrir y fortalecer diálogo y debates públicos, con mayor participación social; y  sobre todo, no dejarse imponer la única solución, de los supuestos “expertos en finanzas” que no saben  otra,  que gastar y endeudar más.

Tampoco dejarse llevar por sensacionalismo informativo, ni por terrorismo comunicativo, típicos de  exageración y  manipulación oficial; útiles, a quienes  acostumbran alarmar,  crear pánico, pavor y  desasosiego social, con intención  de imponer respuestas, soluciones favorables y ventajosas,  al gran negocio de siempre: al de sus propios intereses personales y de grupo; y/o  al  de instituciones financieras o bancarias.

Hay que poner mucha atención a gobernantes  responsables y funcionarios  a cargo.

Sin excepción, exigir  transparencia, seguimiento, control, rendición de cuentas puntual. Verdadera evaluación gubernamental y social,  permanentes. Así como previsión y planeación indispensables.

Es más, dada la importancia  y lo determinante que son   administración y finanzas,  en todo ámbito gubernamental;  y sobre todo, para no repetir el  desmedido desastre,  en el que se dejó al gobierno estatal. Hay que insistir  que  antes que nada,  transparencia para  que se señalen y asuman plena y oportunamente las responsabilidades al respecto. Incluso para consolidar o fortalecer los pocos logros y avances.

Por lo pronto, al término de la entrega recepción del nuevo gobierno,  ya hay responsables,  culpables  y prófugos potenciales.

¿Qué hacer frente a emergencia financiera,  hasta hoy conocida solo por unos cuantos, pero padecida por todos?

Emergencia, cuyos alcances van mucho más allá del obligado y prioritario pago de sueldos y servicios imprescindibles, para mover el aparato gubernamental.

De las contadas contribuciones a la búsqueda y encuentro de soluciones, destaca la del grupo legislativo  MORENA, que propone considerar la situación, incorporando otros aspectos  que permitan la atención integral y  en su justa dimensión, de dicha emergencia financiera,  que es más compleja y de mayor alcance temporal, institucional y social,  que el indiscutible problema de liquidez inmediata. “…el problema de la entidad no se reduce solamente a la reestructura de la deuda”. (Alcalor político.160217, Imagen.130217)

Hoy y siempre. Los veracruzanos deben ser prioridad.

*AcademicoIIESESUV@nullRafaelAriasH.Facebook:VeracruzHoydeRafaelAriasHdez