Ya tenía hecha la selección, ya había revisado un par de veces, con lupa, cada una de las cinco entrevistas pero no sabía cómo se llamaba el libro. A finales de noviembre de 2015, una amiga me envió la convocatoria del IVEC para publicar un libro y me instó a que participara, al día siguiente o al tercer día, un amigo hizo lo mismo. Faltaba un poco más de una semana para que se venciera el plazo y, sinceramente, me parecía poco tiempo para escribir un libro, sin embargo me entró el gusanito. El siguiente paso era determinar qué libro escribir, ¿una novela?, ¿un poemario?, ¿un cuentario? Cuando caí en la cuenta de que yo no soy escritor, el panorama se complicó, abandoné el proyecto y me dispuse a escribir mi columna, fue entonces cuando me brincó la idea: he hecho muchas entrevistas muy extensas a mucha gente muy interesante, acaso una buena selección resulte publicable.

El siguiente paso, nada fácil, era determinar cuáles, del montón de entrevistas que he publicado en esta columna, debía incluir. Después de darle vueltas pensé hacer una selección que cubriera las diversas manifestaciones del arte: teatro, danza, literatura, artes plásticas y música. Luego pensé privilegiar creadores veracruzanos con una larga trayectoria. Rebuscando entre mis archivos concluí que los convocados serían: Francisco Beverido, actor, director y promotor de teatro, Juan Hernández Ramírez, poeta náhuatl, Víctor Ruiz Pazos, Vitillo, bajista y compositor, y Alejandro Schwartz, bailarín, coreógrafo, docente y promotor de danza. La obra fotográfica y la biografía de Miguel Fematt me parecían dignas de ser divulgadas pero él nació en la Ciudad de México. La relectura de su entrevista me confirmó que debía estar presente: «…toda mi vocación y toda mi pasión y todo mi gusto y jiribilla, como decimos los jarochos, es por Veracruz». En efecto, Miguel es veracruzano.

Faltaba el título, no se trataba de saber cómo ponerle sino descifrar cómo se llamaba el libro. De la nada, se me apareció el fantasma de León Felipe:

Ya no hay locos, amigos, ya no hay locos.
Se murió aquel manchego,
aquel estrafalario fantasma del desierto.
(…)
Todo el mundo está cuerdo,
terrible, monstruosamente cuerdo.

Ya estaba el epígrafe, primero pensé que el libro se llamaba Cinco estrafalarios fantasmas del desierto pero algo me dijo que no, que ese nombre es demasiado largo, que el nombre real era Aún hay locos, seguido del subtítulo Cinco creadores en su tinta para precisar el contenido de las páginas.

Llegué, derrapándome, el día que se cerraba la convocatoria, entregué los dos ejemplares impresos y encuadernados, el cd con el archivo digital y todos los documentos que solicitaron. Unos meses después, me notificaron que el trabajo había sido seleccionado para convertirse en libro. Después de algunos meses de espera, Aún hay locos. Cinco creadores en su tinta está en mis manos y voy a presentarlo en sociedad el miércoles 22 de febrero, a las 18:00 horas, en la Galería de Arte Contemporáneo de Xalapa. Aunque ni permiso les pedí, los entrevistados son coautores del libro, así que me pareció que la presentación debía ser conjunta, Vitillo vive en la Ciudad de México y le es complicado desplazarse pero sí estarán presentes Francisco Beverido, Miguel Fematt, Juan Hernández Ramírez y Alejandro Schwartz. Acompáñennos, no sean así.

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