En 1977 obtuvo nueve premios internacionales; en 1978, cuatro; en 1980, tres; en 1981, uno; en 1982, tres; en 1983, uno; en 1992, uno; en 1997, uno; en este siglo, tres: uno en 2001, otro en 2002 y uno más en 2007. Tuvo, además, nueve nominaciones al Grammy. Grabó más de 20 discos. Cantó desde los cuatro años con sus hermanos. Durante más de medio siglo, exploró diversos géneros: jazz, soul, rhythm and blues, pop y en todos ellos fue una figura destacada. Se convirtió en leyenda, sin embargo, fue hasta los 28 años cuando sucumbió a los llamados de la música y tuvo que esperar hasta los 35 para ser descubierto y grabar su primer disco. De adolescente fue deportista y estudiante destacado. Obtuvo la licenciatura en psicología y una maestría en rehabilitación vocacional. Su vocación de servicio lo llevó a trabajar en rehabilitación de gente con alcoholismo, drogadicción, esclerosis múltiple o amputaciones.
Con virtuosismo, recorrió el abanico entero de la música negra, característica que consideraba menos una virtud que un destino. Se sabía habitado por la música y no hacía sino externarla, en 2013, en un concierto en España comentó: «Tener la oportunidad de reflejar todos los estilos que están dentro de mí es lo más maravilloso. La música es improvisar, hacer que algo suene nuevo cada vez que lo cantas»
Al Jarreau fue un misionero que hizo de la voz un instrumento de sanación y de entrega a la otredad, en una nota sin firma que se publicó en su página web el mismo día de su muerte, acaecida el pasado domingo, 12 de febrero, se lee:
«Hace unos días, se me pidió que describiera a Al a alguien que sabía de su éxito, pero no lo conocía como persona. Respondí con esto: Su segunda prioridad en la vida era la música. No había una tercera. Su primera prioridad, muy por delante de la otra, era sanar o reconfortar a cualquiera que lo necesitara. Ya fuera por dolor emocional o malestar físico o cualquier otra causa de sufrimiento, necesitaba poner nuestras mentes a gusto y nuestros corazones en reposo. Necesitaba ver una sonrisa cálida y afirmativa donde no la había habido antes. El canto era solo su herramienta para hacer que eso sucediera».
En concordancia con sus convicciones, en la misma nota, la familia pide «que no se envíen flores ni regalos. En su lugar, considere una contribución a la Fundación Wisconsin para la Música Escolar, una maravillosa organización que apoya con oportunidades musicales, maestros y becas para estudiantes en Milwaukee y Wisconsin».
En 2005, el propio cantante declaró al diario argentino Clarín: «En la música no hay inmigrantes; la música ayuda en todos los órdenes de la vida, en la convivencia, en los vínculos, y nos acerca a pueblos distintos. También es un modo de expresar apoyo o discrepancia», palabras muy ad hoc para el momento que vivimos. «Mi conexión con la música es absoluta e inextinguible», comentó también en esa entrevista.
Se fue exactamente un mes antes de cumplir los 77 años, nació el 12 de marzo de 1940, su hijo comentó que el día anterior a su muerte lo encontró cantándole Moonlighting, su primer gran éxito, a una enfermera. Cumplida su misión terrena, Al Jarreau seguirá cantándonos, apaciguándonos y sanando nuestros desasosiegos con esa voz que ahora es luz de luna.
https://www.youtube.com/watch?v=rdhbmYTu5Gs
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