A casi 60 días de haber tomado protesta como gobernador, Miguel Ángel Yunes Linares sigue siendo un verdadero misterio. Pese a sus continuas apariciones ante los medios, donde ha hablado sin tapujos de todos los temas imaginables, el gobierno veracruzano no termina por cuajar. Vamos, el único funcionario visible es el Gobernador, pero sus secretarios apenas titilan detrás de su luminosa presencia.

Imposibilitados para hablar de los temas que les competen, acaso porque están haciendo muy poco (y algunos nada), más allá de detectar anomalías heredadas y despedir burócratas, son contados los secretarios que han tenido la oportunidad de presenciar las acciones de gobierno, luego de los intrincados temas que tienen que ver con el enorme saqueo a las arcas públicas por sus dos inmediatos predecesores, Fidel Herrera Beltrán (cuyos voceros anuncian que llegará al aeropuerto de Veracruz el sábado 28 por la mañana; como para que se le espere a jitomatazos) y Javier Duarte de Ochoa, quien sigue a salto de mata.

Los más destacados por la luz gubernamental han sido los secretarios de Gobierno, Rogelio Franco Castán, y de Seguridad Pública, Jaime Téllez Marié, por el asunto de los saqueos a tiendas comerciales que pretextaron el gasolinazo, además de los operativos de seguridad en diversas regiones; la secretaria de Desarrollo Social, Indira Rosales San Román, por las negociaciones para desactivar el conflicto en Tatahuicapan que amenazaba con desabastecer de agua potable a medio millón de habitantes en el sur, y el Secretario de Salud, Arturo Irán Suárez Villa, por las obras en instalaciones de salud, la distribución de medicamentos en el estado y el escándalo por los medicamentos apócrifos suministrados a enfermos con cáncer.

El último ha sido el titular de la Secretaría de Infraestructura y Obras Públicas (SIOP), Julen Rementería del Puerto, quien acompañó al mandatario durante la visita de Gerardo Ruiz Esparza, secretario de Comunicaciones y Transportes, al Puerto de Veracruz, y este miércoles estuvo presente como responsable del ramo en la puesta en marcha de más de 80 obras camineras en que se invertirán más de 650 millones de pesos, y a las que dio banderazo de inicio el gobernador Miguel Ángel Yunes Linares en su tierra natal Soledad de Doblado.

De ahí p’al real, ningún otro ha tenido protagonismo; todos siguen empantanados en el proceso de entrega-recepción, cuyo plazo fatal es el último día de febrero. Buscan con lupa la evidencia de la mayor rapacidad cometida contra las finanzas públicas de un estado en todo el país, mientras se recompone el tema de los recursos que se requieren para operar.

En la SEV, hacen como que hacen

Es tan poco o nada lo que hacen que algunos, para distraerse, incurren en verdaderos esperpentos burocráticos. Ahí está el ejemplo del secretario de Educación (SEV), Enrique Pérez Rodríguez quien, acabada la lista de los cientos de burócratas que había que despedir, aburrido en su espaciosa oficina, creyó conveniente imponer discriminatoriamente al “personal femenino” la ordenanza de “vestir con decoro como lo marca el protocolo de oficina, así como el que su área de trabajo no es salón de belleza, manualidades, venta de pasillos, etc.”.

¿Las trabajadoras y empleadas de la SEV acudían normal o esporádicamente con vestimenta indecorosa? ¿Quiere esto decir que deberán abstenerse de usar vestidos o faldas demasiado cortas o blusas con escotes exagerados? ¿Los hombres, en cambio, siempre acuden con el vestuario adecuado y, por ello, no tienen señalamiento al respecto? ¿La derecha casposa se ha posesionado del gobierno de Veracruz?

Y, bueno, todo ello por supuesto tiene su origen en que las dependencias no tienen recursos para operar normalmente. Lo único que cae tiene que ver con la nómina, pero de ahí en adelante hasta que el gobernador Yunes Linares determine programas que valgan la pena.

Incluso en la misma dependencia, la SEV, el titular sigue –según sus declaraciones– analizando la información recibida de la administración anterior, sin siquiera presentar una sola denuncia por el presunto desvío de recursos, el uso de empresas fantasma o incluso por sus famosos aviadores, que sirvieron de parapeto para despedir a gente con décadas de servicio.

Atrapado por los periodistas en el Congreso local, Pérez Rodríguez balbuceó: “Estamos todavía en el proceso de entrega-recepción, todavía no concluye, formalmente culmina hasta el mes de febrero, de acuerdo con lo que establece la ley, por lo tanto no tenemos conclusiones, ni avances que pudiéramos decir”.

Eso señala el titular de la SEV, mientras la titular de Sedesol, Indira Rosales San Román, este mismo miércoles reconoció que su dependencia ha interpuesto 7 denuncias por  irregularidades en la pasada administración, número que podría incrementarse con las denuncias por la compra o adquisición de bienes y servicios que no se localizaron.

En tanto, Julen Rementería informó que se han detectado en la SIOP más de 2 mil expedientes de obras con problemas, lo que ocasiona problemas para que la infraestructura se pueda realizar; en algunos casos, fueron contratadas pero nunca se pagó el anticipo por lo que no iniciaron; en otros, se pagaron pero no se ejecutaron y en algunas más las obras comenzaron pero quedaron inconclusas.

En la SEV, sin embargo, la cosa es tranquila. Lo importante es que el personal se comporte a la altura de las expectativas de su jefe. Lo demás, ya vendrá. Esta situación ha hecho que los profesores, empleados y oficinistas extrañen a secretarios anteriores como el hoy diputado federal Adolfo Mota Hernández quien, pese a las críticas, parecía que trabajaba en el tema de la educación más que el actual titular.

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