Quién sabe si fue de facto o de manera formal su alianza, pero lo cierto es que los grupos del ex gobernador Fidel Herrera Beltrán y del senador Pepe Yunes Zorrilla lograron finalmente sacar a Felipe Amadeo Flores Espinosa de la dirigencia estatal del PRI.
Y es que más allá de pretextos como ese de que dizque no supo conciliar a las diferentes corrientes y expresiones del priismo veracruzano –cuando la conciliación requiere siempre de la buena voluntad y disposición de ambas partes–, lo que realmente motivó la salida de Flores Espinosa en pleno arranque del proceso electoral municipal fue la lucha intestina y anticipada por la candidatura al gobierno de la entidad que habrá de decidirse hasta el 2018, misma que estará vinculada a la sucesión presidencial de ese mismo año.
Casualmente la renuncia de Amadeo se da escasos días después de la reivindicación de Luis Videgaray, quien la semana anterior fue reincorporado al gabinete del presidente Enrique Peña Nieto como secretario de Relaciones Exteriores, luego de que el año pasado tuvo que dimitir a la Secretaría de Hacienda por las críticas que recibió por abrirle las puertas de Los Pinos al entonces candidato presidencial del Partido Republicano, Donald Trump.
Por su relación personal con el presidente electo de los Estados Unidos, Videgaray no sólo fue colocado por Peña en la SRE sino que para algunos analistas y politólogos, como el ex canciller foxista Jorge G. Castañeda, también vuelve a ser encartado para la candidatura del PRI a la Presidencia de la República, lo que el ex secretario de Hacienda ha negado.
Sin embargo, Videgaray es cabeza de un fuerte grupo de poder que busca suceder a su jefe Peña Nieto en el 2018. Así, pues, si a él no se le dieran las circunstancias para contender en la próxima sucesión presidencial, sus preferencias se inclinarían hacia José Antonio Meade Kuribreña, quien el año pasado tuvo que dejar la Secretaría de Desarrollo Social para sustituirlo en Hacienda. Meade pasó primero por la Cancillería y luego por la Sedesol. Una segunda opción para el flamante canciller la representaría el secretario de Educación Pública, Aurelio Nuño.
A este grupo de Videgaray, que internamente compite por la candidatura presidencial del PRI con el del secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, pertenecen Enrique Ochoa Reza, quien de la Comisión Federal de Electricidad saltó a la dirigencia nacional del PRI, y el senador Pepe Yunes Zorrilla, presidente de la Comisión de Hacienda de la Cámara alta del Congreso de la Unión y aspirante a la gubernatura de Veracruz que se renovará el año próximo y quien hasta ahora no ha podido colocar a ninguno de sus operadores políticos más cercanos en una delegación federal de Veracruz porque todas en el país deben pasar por el filtro de la SEGOB.
¿Fue casual, pues, que en su reciente visita al puerto de Veracruz, el pasado viernes 6 de enero, Ochoa Reza fuera encerrado con alcaldes y diputados afines a Yunes Zorrilla y al grupo del ex gobernador Herrera Beltrán –actualmente subordinado del canciller Videgaray como titular del Consulado de México en Barcelona–, quienes le exigieron la salida de Amadeo de la presidencia del CDE del PRI?
Entrevistado por la reportera Ángeles González Ceballos, del portal de noticias Alcalorpolitico.com, el alcalde de Coscomatepec, Manuel Álvarez, uno de los presentes en dicha reunión, declaró precisamente que el nuevo dirigente del partido tricolor en Veracruz debe ser alguien “que no esté vinculado hacia ninguno de los aspirantes a la gubernatura porque automáticamente empieza a haber división”, observando que “Amadeo fue dirigente estatal cuando Héctor Yunes fue candidato” y que “ahora se entiende que Héctor después de haber perdido, sigue levantando la mano para volver a contender por la gubernatura de Veracruz, pero hay más actores que pueden tener las mismas condiciones, pero que no han participado”.
Yunes Landa, cercano como Amadeo al ex dirigente Manlio Fabio Beltrones y a Osorio Chong, pretende en efecto que se le postule otra vez a la gubernatura en el 2018 porque argumenta que el pacto que hizo con Pepe Yunes en 2016 no preveía que se perdiera la elección, en cuyo resultado adverso impactó también que Yunes Zorrilla y su grupo no se metieran con todo a apoyar al senador priista de Soledad de Doblado.
Héctor Yunes, por ejemplo, le pidió al de Perote solicitar licencia temporal al Senado para que asumiera la coordinación de su campaña pero éste lo desairó. Otros pepeyunistas tampoco quisieron incorporarse al CDE del PRI con Amadeo ni antes ni después de la elección de junio pasado.
El ex diputado local Marco Antonio del Ángel Arroyo, uno de los que interpusieron un recurso legal ante el Tribunal Electoral del estado para impugnar la dirigencia de Flores Espinosa celebró la salida de Amadeo pues acusó al ex dirigente de pretender entregar el PRI “a la derecha”. Sin embargo, este fin de semana, en la cabecera municipal de Álamo, el hijo de César del Ángel, líder del Movimiento Nacional de los 400 Pueblos –que Fidel Herrera y Javier Duarte financiaron para hostigar a Miguel Ángel Yunes Linares–, le organizó un mitin multitudinario a Yunes Zorrilla, el operador en el Senado de Videgaray y de Meade (uno amigo de Trump, y el otro ex secretario de Hacienda de Felipe Calderón) para sacar la repudiada reforma fiscal que incluyó el nefasto “gasolinazo”.