Los hospitales públicos en Veracruz fueron olvidados durante los últimos años. La infraestructura es deprimente; los equipos, limitados y, por si fuera poco, en muchos casos no tienen personal ni medicamentos. Un verdadero drama.

La corrupción gubernamental en el sexenio de Duarte y la crisis financiera veracruzana dejaron al sector salud casi en el abandono.

Probablemente la etapa más complicada de los hospitales públicos de Veracruz se registró en noviembre de 2016, cuando médicos y enfermeras pararon labores como medida para exigir el pago de salarios y prestaciones. Recordamos al comenzar la última quincena del pasado sexenio, unos 20 mil trabajadores del Sector Salud de diversos sindicatos desarrollaron un paro en 59 hospitales, donde sólo había servicios de urgencias médicas.

Antes de ello, la situación de los hospitales ya era complicada, porque no había equipo, instrumental y medicamentos; por si fuera poco, el nivel de la atención era lamentable por el tiempo de espera para consultas.

Si eso pasaba en los hospitales generales, los de segundo nivel, que en teoría cuentan con profesionales en diferentes especialidades médicas, cirugía, medicina interna, ginecología y pediatría, en los centros de salud la realidad es mucho más dramática.

En las comunidades rurales de Veracruz muchas veces no hay médicos y el abasto de medicamentos sólo incluye paracetamol y acaso algún antibiótico.

Debido a esa dura realidad, resulta de mucha importancia el evento que este martes encabezó el gobernador Miguel Ángel Yunes Linares, quien en el aeropuerto de El Lencero entregó medicamentos para hospitales y centros de salud.

En total, casi dos millones de medicamentos serán distribuidos entre los 59 hospitales y 708 centros de salud con que cuenta la entidad. Únicamente Xalapa, por ejemplo, recibió más de 137 mil piezas, entre medicamentos y material de curación.

En ese marco, el ejecutivo veracruzano anunció una inversión superior a 500 millones de pesos para la construcción de hospitales, reparación de equipos médicos y remodelación de edificios, a fin de garantizar una atención digna a los usuarios de los servicios públicos de salud.

Por supuesto, resolver los problemas del sector llevará mucho más que la cifra anunciada; sin embargo, este será un paso importante para mejorar las condiciones en que operan los hospitales y centros de salud de la entidad. 

Tuxpan, la obra prioritaria

Ante la crisis financiera, algunos ayuntamientos veracruzanos han comenzado a adoptar medidas para volver más eficiente el gasto público; hay autoridades municipales que optaron por el recorte de personal desde el tercer y cuarto trimestre del año pasado; y otras más se inclinaron por ejercer el presupuesto con un criterio que privilegia el impacto social; es decir, apoyar a quienes enfrentan condiciones de rezago y vulnerabilidad. Es el caso de Tuxpan, donde el alcalde Raúl Ruiz Díaz anunció que en el último año de su administración se asignará la mayor cantidad de recursos a la ejecución de obras prioritarias.

El edil tuxpeño enfrentó un enorme reto cuando tomó las riendas de un ayuntamiento asfixiado por las deudas heredadas; aun así, durante 2016 logró la construcción de obras de alto impacto para las familias más pobres: construcción de cuartos dormitorio; y ampliaciones de la red eléctrica, por ejemplo, mismas que cambiaron la vida de cientos de personas de ese municipio y, sobre todo, de sus comunidades rurales.

Ruiz Díaz expone que el programa de obras será valorado de acuerdo con las necesidades más apremiantes y que se dará la mayor atención a zonas de rezago social; “nuestra objetivo en estos momentos es tratar de hacer más con menos, avanzar y buscar recursos, gestionar programas y solicitar el apoyo del gobierno federal y estatal; nada es pretexto para no trabajar y nosotros desde el primer día, pese a las dificultades económicas que enfrenta el estado y el país, estamos trabajando”, destacó el alcalde de Tuxpan. 

Renato Alarcón por Xalapa

En la capital del estado corre la versión de que el Revolucionario Institucional podría lanzar como candidato a la alcaldía al delegado del ISSSTE en la entidad, Renato Alarcón Guevara.

El funcionario federal ha trabajado con esa meta desde hace una década; ya fue dirigente municipal del partido y secretario del Ayuntamiento, lo que le ha dado la posibilidad de mantener contacto con diferentes sectores sociales.

Además, nos comentan que Alarcón Guevara cuenta con una relación muy cercana con los representantes de la Iglesia Católica, un indiscutible factor de poder, mismo que puede ser determinante en el rumbo de un proceso electoral.

Por otro lado, se trata de un aspirante que prácticamente no está enfrentado con los grupos internos priistas y que en su momento podría contar con el apoyo del alcalde Américo Zúñiga Martínez.

Esa podría ser la carta priista para hacer frente a los abanderados que envíen PAN-PRD y Morena, partido, este último, que se ha consolidado en la capital veracruzana como la principal fuerza política en los últimos dos procesos electorales.

En fin, habrá que estar pendientes del crecimiento que registre Renato Alarcón en Xalapa, para saber si lo que trae le alcanza para frenar el avance panista y la fuerte presencia de Morena. @luisromero85