Aunque a muchos sorprende el estilo de comunicar del gobernador Miguel Ángel Yunes Linares, lo cierto es que por primera vez los veracruzanos estamos conociendo con detalle la situación que guarda la administración pública. Y no es precisamente bonancible.

Este lunes, en un mensaje claro y sin florituras, Yunes Linares nos volvió a colocar en la realidad y, al mismo tiempo que explicó en qué se ha gastado lo poco que se pudo rescatar del grupo delictivo priista que nos gobernó, y en qué fechas se pagará lo que se debe, dio a conocer cómo se lograrán los recursos para cubrir el déficit de más de 7 mil millones de pesos solo para el mes de diciembre, y pidió paciencia a los trabajadores del estado.

Es claro que la mención al principio de su mensaje de los dos eventos en que intervino la fuerza pública para rescatar vías de comunicación, afectadas por grupos de presión tanto en Xalapa como en la autopista Veracruz-México, fue una especie de alerta a las organizaciones de maestros, médicos, policías y demás burócratas de que no se permitirá que obstruyan la movilidad como forma de presión para que los pagos de sueldos y prestaciones se realicen conforme a los plazos convenidos con los sindicatos.

La situación es de emergencia. Aunque reconoció que el presidente Enrique Peña Nieto ha instruido al secretario de Hacienda para que apoye a que Veracruz salga de la crisis en que la dejó Javier Duarte (quien ya no es mencionado directamente por el actual gobernador) y a trabajar conjuntamente con el gobierno local en una estrategia de rescate, lo cierto es que tampoco alcanza para saldar la crisis de diciembre.

Por ello, aunque en su campaña se comprometió a no usar esa solución, anunció que su gobierno contratará líneas de crédito con tres bancos para solventar la falta de solvencia para atender el pago de sueldos y prestaciones con los burócratas del gobierno estatal, así como deudas con municipios, la Universidad Veracruzana y los poderes legislativo y judicial.

Un nuevo calendario de pagos

Son más de 6 mil millones de pesos los que deben pagarse antes del 5 de enero próximo, por lo que no ha quedado otra opción que la contratación de un crédito de corto plazo que, según se ha comprometido, se liquidará antes de que concluya su gestión de dos años al frente del Ejecutivo de la entidad.

En su mensaje, pronunciado en el Salón Carranza del Palacio de Gobierno, Yunes Linares afirmó que su gobierno cumplirá puntualmente con los compromisos de pago de pensiones, jubilaciones, sueldos, aguinaldos y otras prestaciones, y que se devolverá a los municipios una primera parte de lo que fue robado por el gobierno anterior.

Hasta ahora, dijo, el Gobierno del Estado ha pagado 3 mil 643 millones de pesos. A partir de este martes 20 de diciembre, se pagarán 1 mil 023 millones de pesos para cubrir con el compromiso con jubilados y pensionados del IPE, y se entregará una primera ministración por 327 millones a los ayuntamientos.

El jueves 22 se aplicarán 1 mil 444 millones de pesos para el pago de la segunda quincena de diciembre y segunda parte del aguinaldo de maestros y trabajadores de la SEV. El viernes 30 de diciembre se hará el depósito de 127 millones de pesos de la segunda quincena de trabajadores del Poder Ejecutivo, y de 50 millones para segunda quincena y segunda mitad del aguinaldo para los trabajadores de la Fiscalía General del Estado.

Será el jueves 5 de enero de 2017 cuando se depositen 150 millones de pesos para la segunda parte del aguinaldo de trabajadores del Poder Ejecutivo, y 400 millones de pesos de la tercera parte del aguinaldo de trabajadores de la educación.

Ahora, la incógnita será cómo se comportarán las organizaciones sindicales en caso de que los plazos señalados sean considerados injustos.

Este lunes, uno de los dirigentes del movimiento magisterial desalineado mostró la cara de la discordia. Criticó acremente que dos bloqueos carreteros hubieran sido desactivados con la intervención de la fuerza pública, sin importarle si quienes los realizaban tenían razón o no; lo único que le preocupó es que el nuevo gobierno mantenga la línea de defender el interés mayor de la colectividad, al de una parte pequeña de burócratas, sean estos o no trabajadores de la educación, y que en caso de que ellos opten por lo mismo sean desalojados con la fuerza pública.

La verdad, aunque incomode

Con Fidel Herrera Beltrán, luego de un periodo sexenal de mentiras y robos en despoblado, además de evidentes colusiones con el crimen organizado, los veracruzanos que no tenía cercanía con el poder fueron lastimosamente engañados de que las cosas estaban bien y, como rezaba el eslogan, “viene lo mejor”.

Lo mejor resultó descubrir que Fidel había sobre-endeudado a la entidad y que los recursos que habían sido enviados para apoyar a damnificados, que fueron muchas las tempestades en los últimos días del de Nopaltepec, habían ayudado a abultar las cuentas bancarias del hoy Cónsul de México en Barcelona y de su familia. Y lo que él señalaba como lo mejor fue imponer, con alto costo para las arcas públicas, del cerdo ladronzuelo que le cargaba su portafolio y le lamía las suelas de sus zapatos, el hoy prófugo Javier Duarte de Ochoa.

Con el barco de la administración pública haciendo agua por miles de orificios y a punto de naufragar, Javier Duarte, en medio de sus sonoras carcajadas de psicópata desquiciado, dijo a un grupo de periodistas que 2016 sería “el mejor año”.

La pesadilla, en efecto, si ese era su propósito, sigue siendo patente en la cabeza de millones de veracruzanos que perdieron su empleo, o vieron quebrar sus pequeños o grandes negocios, con decenas de miles de trabajadores a los que no se les pueden pagar a tiempo sus sueldos y prestaciones, con comercios quebrados porque no hay dinero circulante, con todo el sistema de carreteras prácticamente destruido y la producción rural detenida.

Fidel y Duarte fueron no solo los peores mentirosos de las últimas décadas, incapaces de decir que las cosas estaban mal porque sería tanto como declarar sus culpas por arruinar la hacienda pública, sino que constituyen los ejemplos más acabados de la delincuencia hecha política, a la que sabemos que está sumado el mismísimo presidente Enrique Peña Nieto.

Que en menos de 20 días, el nuevo gobernador nos tenga información precisa del estado desastroso de las finanzas públicas, casi con pelos y señales de dónde se operó el quebranto, es una señal que debemos apreciar, aunque a muchos veracruzanos (y a muchos periodistas) les siga encantando que los gobernantes los adormezcan con mentiras nada piadosas.

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