El momento se acerca. Faltan menos de diez días para que Miguel Ángel Yunes Linares asuma el poder, y es fecha en la que aún no explica cómo habrá de sacar al estado del atolladero.
Quejas van, quejas vienen. Día con día el gobernador electo dedica sus entrevistas con los medios para lamentarse del caos financiero que habrá de encontrarse el primero de diciembre… pero no da solución alguna.
Hasta hoy el único paso que ha dado para rescatar a Veracruz ha sido pedirle ayuda a la Federación.
Ya nos dijo que no contratará más deuda, ya anticipó que no creará nuevos impuestos (aunque los diputados de la alianza que lo llevó al triunfo ya hablan de revivir el tributo al hospedaje) y también adelantó que no elevará los impuestos ya existentes.
¿De dónde -entonces- sacará los recursos para, en principio, eliminar ese déficit estructural con el que está lidiando Veracruz desde hace más de 15 años?
Dice que obligará a los corruptos a devolver lo robado. Eso suena bien, pero en la práctica es una utopía. Nunca, ningún político ha sido obligado a devolver todo lo que se llevó. Las leyes son tan laxas en materia de combate a la corrupción que no hay mecanismo que facilite esa medida.
¿Qué hará Miguel Ángel Yunes Linares el primero de diciembre, cuando la burocracia estatal se le plante frente a Palacio Legislativo y le exija el pago de su salario?
¿Qué les responderá a los miles de jubilados que acudan a él para demandar el pago de sus pensiones?
¿De dónde sacará dinero Yunes Linares para pagar salarios y aguinaldos del mes de diciembre?
¿Qué hará el gobernador electo con las largas filas de acreedores que habrán de formarse desde el primer día de su mandato exigiendo la liquidación de los pasivos?
¿Cómo responderá su gobierno a las múltiples demandas penales que impondrán empresarios que reclaman el cumplimiento de contratos y el pago de pasivos?
El gobierno federal ha sido muy claro frente a las peticiones de varias entidades (no sólo de Veracruz) de que se apliquen planes de rescate financiero. Las arcas nacionales no están tan boyantes como para disponer de recursos adicionales para esos estados; se tomarán medidas para ayudar a las entidades más afectadas, pero siempre partiendo de la disposición de los gobernadores de asumir la parte más importante del sacrificio.
Esto quiere decir que para que Veracruz reciba el apoyo del gobierno federal primero tiene que tomar medidas que demuestren la disposición a un cambio real en la política financiera local.
Miguel Ángel Yunes Linares deberá asumir, desde el primer día de su mandato, medidas extremas en materia de ahorro del gasto público, que van desde la desaparición de secretarías, hasta la reducción de salarios y el despido de buena parte de la burocracia estatal.
Reducir diez mil millones de pesos del gasto anual es una tarea titánica, y eso apenas evitará que la grieta financiera siga creciendo. Lo siguiente será trabajar en la reparación del hoyo que ya existe.
¿Alguien puede explicar cómo lo harán?