Como consecuencia de la crisis financiera y del desvío de las participaciones federales que correspondían a los municipios veracruzanos, casi todos los ayuntamientos de la entidad enfrentan fuertes problemas económicos. En medio de la tormenta, algunos presidentes municipales optaron por bajar la cortina y reducir al mínimo los trámites y la prestación de servicios a la población.

Hasta hace unas semanas, algunos palacios municipales fueron cerrados porque ya no se contaba con los recursos para la operación normal del ayuntamiento; fue el caso, por ejemplo, de Ixhuatlán del Sureste, Río Blanco, Apazapan, Xico, Tihuatlán, Álamo, Acajete, Platón Sánchez y de al menos dos docenas más.

Esa crisis financiera obligó a los presidentes municipales a reducir la nómina de manera significativa, como en San Andrés Tuxtla, donde el alcalde Manuel Rosendo Pelayo habría ordenado el despido de unas cincuenta personas de confianza.

Otro ejemplo se ubica en Alto Lucero; el alcalde Manuel Domínguez declaró que el hecho de que ese ayuntamiento no haya recibido a tiempo las participaciones federales tendrá dos repercusiones a corto plazo: la no conclusión de la obra pública y la imposibilidad de cubrir las prestaciones de fin de año.

235 empleados municipales de Alto Lucero no recibirán aguinaldo; sin embargo, en el ámbito estatal la cifra incluirá al menos a los trabajadores de cien ayuntamientos más.

Así las cosas, lo que se observa en la gran mayoría de los municipios de Veracruz es una crisis sin precedente en la historia de la entidad; nunca como ahora, los gobiernos municipales habían registrado un cierre de año tan dramático; y nunca como hoy, el temor y la incertidumbre sobre el futuro laboral se había apoderado de la inmensa mayoría de los trabajadores y burócratas de los municipios y del gobierno estatal.

Corrupción, crisis e inestabilidad social

Lo peor es que se observa poco probable un rescate financiero desde la Federación. El mensaje del presidente Peña Nieto al clausurar la reciente reunión de la Conferencia Nacional de Gobernadores, Conago, fue muy claro: el gobierno federal acompañará y apoyará el saneamiento de las entidades, pero los gobiernos estatales tendrán que responder a sus propios retos.

No habrá rescate financiero para las entidades en problemas; a eso se puede resumir el mensaje presidencial del pasado sábado ante los gobernadores del país. Por si fuera poco, los problemas económicos, la debilidad del peso frente al dólar y la crisis petrolera internacional asfixian la economía nacional, por lo que las posibilidades de un rescate a los estados endeudados, como es el caso de Veracruz, se observan lejanas.

Yunes Linares y los alcaldes de Veracruz a los que les desviaron las participaciones federales tienen razón en estar preocupados porque el gobierno estatal y la mayoría de los municipios enfrentarán problemas para cubrir sus compromisos de fin de año, lo que anticipa en Veracruz un cierre agitado y turbulento en cuanto a manifestaciones, demandas y bloqueos de vialidades.

De la corrupción, la entidad pasó a la crisis financiera y de ahí transita a paso acelerado hacia la inestabilidad social.

Tuxpan cubre deudas heredadas

Debido a la crisis financiera que enfrentan, la mayoría de los alcaldes veracruzanos ha optado por desaparecer o limitar su presencia en sus respectivos municipios; es el caso, por ejemplo, de quienes se ven obligados a reducir el gasto, la nómina y los servicios públicos que la población demanda.

Sin embargo, hay otros que decidieron enfrentar la situación, anticiparse y resolver los problemas; tenemos el caso de Tuxpan, donde la administración municipal no sólo atiende sus compromisos, sino que cubrió un enorme pasivo con el Instituto Mexicano del Seguro Social, mismo que fue heredado por las anteriores cuatro administraciones, cuyos alcaldes prefirieron que la deuda creciera y se acumulara, con la idea de que el siguiente pague.

Raúl Ruiz Díaz, presidente municipal de Tuxpan, prefirió no heredar problemas ni permitir que la deuda con el IMSS siguiera su alarmante crecimiento, porque ello inevitablemente perjudicaría a los trabajadores del ayuntamiento.

Precisamente, por esa decisión cobra mayor relevancia el anuncio que realizó el munícipe el pasado miércoles, en el sentido de que la administración municipal saldó con el IMSS el adeudo que arrastraba desde hace más de una década, 343 millones 969 mil pesos que fueron cubiertos y que ponen a Tuxpan al corriente en sus obligaciones patronales y en sus aportaciones de seguridad social para sus trabajadores.

En su conferencia de prensa, el alcalde de Tuxpan declaró que la actual administración no sólo aportó sus cuotas al IMSS de manera puntual, sino que también cubrió el enorme adeudo, que se había convertido en un lastre para las finanzas municipales.

En agosto pasado, el ayuntamiento cubrió al Instituto 180 millones de pesos; un mes después, en septiembre, el depósito fue superior a 100 millones; por otro lado, con esos pagos, Tuxpan negoció la condonación de multas por más de 63 millones.

Con esa medida, que implico un ajuste en el gasto, el gobierno local se puso al corriente y, de paso, demostró que con orden y disciplina financiera es posible resolver los problemas propios de un ayuntamiento.

El anuncio de Ruiz Díaz es, sin duda, una buena noticia para Tuxpan, porque libera recursos y compromisos futuros a ésta y a las siguientes administraciones municipales, que podrán enfrentar sus retos y problemas en mejores circunstancias. @luisromero85