El góspel, el flamenco y la música ranchera son algunos de los temas de esta segunda parte de la conversación que sostuve con Edén Soria Tinoco.
Lord, oh, my Lord
En el festival de jazz del Ayuntamiento de este año tomé el taller de Jonathan Hoard, ha sido una de las experiencias más grandes que me han pasado, a este hombre yo lo amo, es increíble, es increíble, tiene un conocimiento impresionante y un sonido que muchos cantantes jazzistas suoleros y blueseros hemos buscado pero aquí es muy difícil encontrarlo, ese sonido lo escuchas en discos o en el internet pero pocas veces tienes la oportunidad de escucharlo enfrente de ti, fue magnífico. Participar en el coro góspel fue una gran experiencia para mí.
Esas cosas son las que yo creo que deberían implementar en la escuela, así como traen a tantos maestros, Tim Mayer, Rafa Alcalá, Aldemar [Valentín], que son músicos muy buenos en su instrumento, yo creo que los alumnos de canto también tenemos el derecho de tener un maestro de ese mismo nivel.
Me parece que Karina Galicia fue la que pidió que se trajera a Jonathan Hoard como maestro residente en octubre pero por «x» o por «y» razones no han sucedido esas cosas, ese es el disgusto que yo creo que muchos tenemos, a lo mejor nadie lo ha dicho pero a mí sí me gustaría decirlo porque uno batalla mucho para irse de su tierra y mantenerse en otra ciudad, en otra cultura totalmente distinta, buscando un objetivo y, si no lo recibe, pierde mucha ilusión, esas cosas te destruyen de cierta manera, es muy triste.
También tomé un taller con Iraida [Noriega] el año pasado, es increíble, es buenísima pero no se dan las oportunidades para traerla.
Un mundo raro
En Xalapa es bien padre la parte geográfica, Chihuahua es desierto, es distinto, aquí es súper verde, tienes el mar cerca, eso es genial. La música de aquí es increíble, los fandangos, el son, esa diversidad que hay es magnífica. Es una ciudad de estudiantes, eso es bueno porque todo es más barato y hay mucha gente de muchísimos lados con la que puedes convivir, todo eso está muy bien pero la forma de vivir es muy distinta, eso es lo fuerte porque, sin ofender a los xalapeños, son más toscos, no tienen tanta hospitalidad como allá en el norte, en la Central [de autobuses] te tratan distinto, los taxistas te tratan distinto, en todos los lugares que tratan distinto, allá en el norte la gente es más hospitalaria, más entrona.
Por bulerías
Canté un tiempo con Alhambra Flamenco, fue una experiencia increíble, me gustó muchísimo conocer el flamenco, sobre todo porque es la perfecta combinación de la complejidad musical como la que tiene el jazz pero con un sentimiento como lo tiene la música ranchera, para mí fue increíble tener la oportunidad de haber cantado en ese grupo y la experiencia que fue convivir con los compañeros, hacerme amiga de ellos, viajar con ellos. Con ellos tuve mi primera participación en un festival internacional, allá en Chihuahua.
Cantar con Alambra fue una experiencia muy enriquecedora, eso siempre se lo voy a agradecer, fue algo muy especial. También tuve la oportunidad de cantar con Érika Suárez, es una maestrísima de maestras, increíble.
No tengo trono ni rey, / ni nadie es mi sostén / pero sigo siendo Edén
Ahora he andado persiguiendo al Mariachi Universitario, yo nunca los había visto pero me enteré que iban a dar un concierto, previo al Día de Muertos, en la Escuela Industrial y fui a verlos. Qué tremendo tocan, la verdad yo nunca me imaginé que ese mariachi tocara con tanta calidad, que los músicos estuvieran tan preparados, wow, me impresionó verlos.
Cuando terminó el concierto me metí al camerino y hablé con un par de los músicos que estaban, les pregunté si había audiciones, qué se necesitaba para entrar a cantar con ellos y me encontré con la sorpresa de que, en los 11 años que tiene el mariachi de haberse formado, nunca ha habido una mujer.
Hablé con el promotor y me dijo es que nunca ha habido una mujer que llene el ojo (así, literal), sí se ha invitado a cantantes en algún concierto, cantan una canción o un popurrí pero nunca ha habido una mariachi.
Siempre te topas con que, para ser mariachi, a fuerza tienes que tocar un instrumento y yo digo ¿entonces de qué manera salieron Lola Beltrán, por ejemplo, que es mi ídola de ídolas, o Aída Cuevas?, ellas son cantantes y hay muchísimas otras entonces ¿qué es lo que pasa?, ¿qué es lo que impide que puedas dedicarte solamente a cantar mariachi?, ¿por qué no puedes acercarte a un mariachi y decirle vamos a hacer un concierto?
Entonces dije tengo que cantar con ese mariachi porque, de verdad, no le pide nada a ningún otro, son increíbles, todos cantan y tocan padrísimo y el director musical hace una chamba increíble con los arreglos. Lo decepcionante es que mucha gente no los conoce, no los ha escuchado porque la Universidad no los mueve, ahí están, ensayando diario y dando conciertos a los que ni siquiera les hacen promoción.
Es muy triste porque mucha gente aquí en Xalapa defiende la tradición pero tampoco se apoyan entre ellos entonces es una incongruencia. Es fuerte que pasen estas cosas, que se desperdicie tanto talento, tanto trabajo que hay aquí, hay músicos increíbles en todos los géneros y es increíble pero aquí se quedan.
Quedamos en que me van a escuchar pasando mi titulación, no me voy a ir de Xalapa hasta no conseguir eso, te lo juro, ya lo decidí y le voy a hacer como sea, incluso hablé con José Luis Ordóñez, un cantante de Chihuahua que es cantante de ópera pero también se dedica a dar conciertos con mariachi. Él vive en México, hablé con él y le dije ¿sabes qué?, quiero cantar mariachi pero necesito un maestro que me ayude a cantar eso y quién mejor que alguien que se dedique a cantar esa música, me dijo sí, claro, cuando tú me digas yo te escucho y trabajamos; por ahí voy a empezar.
Tengo un contacto en cultura allá en Chihuahua y quiero llevar al mariachi a las Jornadas Villistas que se hacen todos los años en Parral. Ya hablé con el promotor, quiero llevarlos y cantar con ellos ahí.
Quiero cantar la alegría / de mi tierra mexicana
Otra cosa curiosa que veo es que mucha gente dice ay, no manches, ¿estás estudiando jazz y te vas a poner a cantar mariachi?, ¿de qué sirvió todo lo que estudiaste?, pero dales una cerveza, un tequila o lo que sea y ponlos escuchar esa música y verás que se prenden luego luego porque es música que te mueve las entrañas, con eso creciste, es como los fandangos, tú vienes del norte y llegas a un fandango y no sabes qué pasa pero te roba el corazón.
(CONTINÚA)
PRIMERA PARTE: S’Wonderful
TERCERA PARTE: El último trago
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