¿Qué hay detrás de una mujer que con traje de charra canta, orgullosísimamente, nuestra música vernácula?, en el caso de Edén Soria Tinoco, a quien muy pronto veremos así, un cuarto de siglo corriendo tras el sueño por varios caminos: la ópera, el jazz, el góspel, el cante jondo, el tango.
Chavela Vargas fue la señal, JazzUV, el tránsito necesario, el Mariachi Universitario de la Universidad Veracruzana, el avistamiento más cercano de la tierra prometida. Con desenfado y franqueza norteños, y tomándose una botella con nosotros, Edén nos hace una narración que va desde el primero hasta el último trago.

Tierra que sabe a cariño, / tierra que huele a sotol

Toda mi familia es de Parral pero mi mamá hizo un viaje a Chihuahua, la capital, y fui prematura, ahí nací. Tengo dos hermanas mayores, Alejandra y Zaira. Desde siempre ha habido música en mi casa, mi papá es guitarrista, nunca estudió pero toca muy bien y canta increíble. Mi mamá es fotógrafa y también le gusta muchísimo la música. Mi abuelo tocaba el órgano. Mis papás tienen un grupo de amigos entrañables desde hace muchísimos años con los que siempre se hacen bohemias, no hay vez que nos juntemos que no termine en una tremenda bohemia, todos tocan y todos cantan increíble, siempre estuve rodeada de eso.

Alejandra Soria Tinoco (Foto tomada de su cuenta de Facebook)
Alejandra Soria Tinoco (Foto tomada de su cuenta de Facebook)

Yo canto desde niña, mi hermana Alejandra (la de en medio) siempre me recuerda que mi mejor amigo, que vivía enfrente de mi casa, y yo nos la pasábamos cantando, cada quien en su casa, uno cantaba y el otro le contestaba, nos sabíamos toda la música de las películas de Disney.
Hay una maestra de piano en Chihuahua que es muy importante para nosotras, la maestra Socorrito Soto Ponce, es una pianista increíble, no es muy conocida aquí en México pero es de talla internacional. Las tres hermanas y mi mamá tomamos clases de piano con ella, yo empecé cuando tenía como 11 años, ese fue mi primer acercamiento a la música, ya estudiando.
Mi hermana Zaira (la mayor) fue la primera que decidió dedicarse a la música profesionalmente, es cantante de ópera, se fue a la Ciudad de México, ahí hizo toda su carrera y sigue ahí hasta la fecha, ella fue la que, de cierta manera, me motivó a seguir la carrera de cantante profesional.
En el 2009 salí de la prepa y me metí a la carrera de canto pero no me gustó porque es carrera clásica y la música que a mí más me gusta es la música ranchera y la música norteña, el mariachi para mí es lo máximo y en canto clásico te quitan la voz para poder cantar esa música.

So Nice

Mi papá siempre ha sido de estar escuchando muchísima música entonces siempre va encontrando artistas y artistas, compraba sus discos y así conocí Kind of Blue, después empezó con Nora Jones, Diana Krall, Randy Crawford (que es soul pero está unido al jazz). Cuando escuché a Nora Jones y Diana Krall fue cuando me empezó a llamar mucho la atención el jazz, ya había escuchado a Louis Armstrong (a mi mamá le encanta) y a Ella Fitzgerald pero no me había llamado tanto como cuando escuché a esas dos cantantes, y a Frank Sinatra, por supuesto.

Zaira Soria Tinoco (Foto tomada de su cuenta de Facebook)
Zaira Soria Tinoco (Foto tomada de su cuenta de Facebook)

Después conocí a Ingrid y Jenny Beaujean en un concierto del Festival Internacional Chihuahua y cuando las escuché cantar me impresionaron, me encantó, me gustó muchísimo y decidí que quería estudiar jazz, entonces me fui a México con la intención de entrar a la carrera de ópera donde estaba mi hermana y cambiarme a la carrera de jazz, a la [Escuela] Superior de Música.
Estuve dos años en la que ópera y no me pude cambiar nunca a la escuela de jazz porque en esos dos años no se abrió la convocatoria, no sé por qué, todavía hubo como uno o dos años posteriores en los que no se abrió la convocatoria en canto jazz, entonces me devolví a Chihuahua porque no me gustaba el ambiente y no quería formar mi voz de tal manera por los motivos que ya te dije.

Ya llegué de donde andaba…

Me fui a Chihuahua y dije bueno, me voy a dedicar a otra cosa. No sé por qué pero medicina me llamaba muchísimo la atención. Hice el examen a Medicina, no quedé y decidí estudiar fotografía porque me gustaba mucho. Me metí a un curso, conocí a un maestro que se llama Engelbert Grijalva, un fotógrafo muy bueno de Chihuahua, y me hice muy amiga de él. Me gustó muchísimo la fotografía, traía el ojo y todo por mi mamá, que es muy buena fotógrafa, pero no me terminó de llenar entonces busqué otras opciones y fue cuando encontré JazzUV. En el 2011 ya habían abierto la carrera de canto y casualmente estaba la convocatoria abierta en ese momento.

S’Wonderful

Yo conocía a Quique Montes, un trombonista de allá de Chihuahua que es hermano de Mario Montes. Preguntando entre los compas supe que Mario estaba aquí, no lo conocía pero le escribí. Vivía aquí con otro compañero, Gil Hernández, trombonista. Hablé con ellos, les pregunté por la escuela y les dije que si me podían recibir para venir a hacer mi examen de admisión. Me vine prácticamente a escondidas, de mochilazo total, no le dije nada a mis papás porque estuvieron años y años y años resistiéndose a que yo me dedicara a la música, ellos preferían que fuera ingeniero civil porque mi papá es ingeniero civil, pero no me gustaba.
Mario y Gil me recibieron en su casa y me ayudaron un montón para hacer mi examen de admisión. En ese momento, estaba súper ilusionada. Hice mi examen de admisión, quedé y la sorpresa más grande fue que justo en ese semestre entró Jenny a dar clases de canto, para mí fue la locura. Jenny daba canto jazz para licenciatura y la maestra Noila [Carrazana] daba canto latino para los propedéuticos, cuando había cosas que no podía arreglar con Jenny, iba con Noila y me ayudaba muchísimo.

¿Y qué hiciste del amor que me juraste?

Me parecía increíble pero el gusto me duró nada más el año y medio que Jenny estuvo aquí, después todo se fue para abajo porque sentí que ya no estaba recibiendo esas clases de canto que yo estaba buscando porque nunca ha habido un plan de estudios, la escuela, respecto al canto, siempre ha sido demasiado inestable y no le da la importancia que se necesita.
De ahí empecé a perder total interés por la escuela, sobre todo porque allí te manejan como instrumentista, uno como cantante tiene la responsabilidad de saber las armonías, de saber arreglar, de saber tocar un instrumento para acompañarse y para estudiar, es un complemento muy importante pero tu instrumento sigue siendo el canto entonces no te pueden tratar igual que a un saxofonista o a un trompetista porque es un instrumento totalmente distinto, es como si quisieran tratar a un baterista igual que a un pianista, no se puede, cada instrumento tiene sus necesidades muy específicas y yo creo que en JazzUV nunca le han dado importancia al instrumento de canto. Me desilusioné muchísimo y me empecé a apartar, sí terminé mi carrera pero a punta piedra.
Después vino otra maestra que creo que hizo un buen trabajo en cuanto a tomar el canto como es; comenzó a hacer los conciertos de cantantes que, a pesar de que ya no está en la escuela, se quedaron como base de cada semestre. También implementó más repertorio y animó a los demás alumnos para ser parte de esos conciertos.
Decidí terminar la carrera con el objetivo de tener las bases del jazz para poder componer y arreglar la música mexicana como lo han hecho La manta, los Sonex, Los Aguas-Aguas.

Things Ain’t What They Used to Be

En ese primer año y medio llegó Jordi Albert y formó las big bands y la Dixieland [Band JAZZUV], fue magnífico porque cada una tenía sus cantantes de planta, era bien padre porque tú podías entrar a la big band o a la Dixieland y siempre había repertorio de cantantes. Yo estuve en la big band y también canté en la Dixieland. Con la big band canté en dos festivales.
Cantar con la big band es delicioso pero después se eliminó una big band y la que quedó terminó siendo una big band de puros instrumentos, ahora se hacen audiciones y hay una cantante pero solo canta una pieza.
Es muy incómodo que sucedan estas cosas porque si van a tocar 10 canciones, no les cuesta nada poner la mitad de repertorio de cantantes y la otra mitad instrumental, así quedaríamos todos contentos. Al público le gusta tener cantantes pero es muy poco lo que se trabajan en comparación con los que trabajan los demás instrumentos, es prácticamente nulo.

(CONTINÚA)

SEGUNDA PARTE: Quiero cantar la alegría…
TERCERA PARTE: El último trago

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