En esta segunda entrega, Francisco Cruz hace un recorrido de su formación jazzística desde sus primeros pasos hasta la formación de su primer grupo como líder.
Al jazz, espejo de mi corazón…
El primer año que estuve en JazzUV estaba yo muy clavado, Édgar siempre me invitaba a las jam, me decía que fuera y me subiera a tocar pero yo no me aventaba, sentía que no estaba preparado y era miedoso porque estaba acostumbrado a ese rigor de la música clásica de que tocas una sola vez en el semestre pero debe ser «perfecto», yo creo que no me hubiera oído mal pero tenía miedo de hacerlo.
Un día salió un evento en la Pinacoteca Diego Rivera y le hablaron JazzUV para que mandara unos chavos, Édgar me habló:
-¿No quieres tocar en un evento?, va a ser una inauguración, no va a haber músicos, van a ser tres piececitas y ya está. No te preocupes, ve y toca, te va a servir
-Órale, me aviento, vamos a entrarle.
Esa fue la primera presentación que hice tocando jazz. Ahí conocí a Carlitos Zambrano, a Hiram Marcor y a Malik Peña, un chico de Hermosillo que toca guitarra.
El que tenía más experiencia era Carlos porque venía de tocar con Samuel [Martínez Herrera], con el maestro [Jorge] Martínez Zapata y creo que ya había tocado con Gabriel Hernández. Ensayamos una sola vez pero él llegó muy serio y dijo:
-¿Qué vamos a tocar?
-Tal cosa
-Ah, pues vamos a tocarlo así
Llegó como dirigiendo y yo me sentí relajado porque dije, bueno, pues no me voy a preocupar, vamos a tocar como él diga. Y resulta que conectamos súper bien, me sentí muy a gusto, Carlos se portó súper chido y desde entonces somos carnales.
Después me los llevé a tocar a Córdoba par de veces, a la escuela de Dante. Édgar ya no iba tanto porque estaba muy ocupado y yo dije voy a llevar gente allá. Empecé a ir con el respaldo de Dante, íbamos a su escuela, dábamos clases a los chavos, él nos ayudaba a sacar algo en el teatro y nos presentábamos. Llevé Carlos, a Hiram, a Connan [Contreras Sánchez], el trombonista de Los Aguas Aguas. Luego Connan tocaba la batería y se incorporó Ramiro [González, multialientista]. En JazzUV estudiaba un saxofonista que se llama Marcos Petrina, también lo invitamos a tocar.
Después de que conocí a Carlitos tomé una clase de ensamble en JazzUV y armamos un grupo para esa clase en el que estaban Carlos, Connan y Marcos Petrina. Esa clase nos las daba Alonso [Blanco] y fue de las clases más chidas que tuve, llegaba Alonso con composiciones o con arreglos (él es bien creativo, lo admiro mucho) y nos motivó mucho porque era música difícil y original, y nos aplicamos un montón.
Comenzamos a buscar huesos porque nos dimos cuenta de que esa música tan difícil no sonaba en las clases y dijimos esto va a sonar si lo empezamos a tocar en público. Comenzamos a tocar en un café que estaba en Juárez, cerca del Monumento a la Madre, después Carlos, Connan y yo empezamos a meter nuestras composiciones, eran cosas difíciles, inspiradas en lo que Alonso hacía con nosotros.
El grupo se llamaba La Milpa Jazz Ensamble, ahí empecé a componer en lenguaje de jazz o algo aproximado. También buscábamos en la bossa nova, Connan a veces llegaba con piezas en 7/4, estábamos bien motivados.
Bécame mucho, como si fuera esta noche…
Cuando estaba en el segundo año de JazzUV comenzaron a hacer falta maestros porque había cada vez más alumnos y como Édgar tenía mucha confianza en mí me preguntó Paquito ¿no te gustaría dar clases?, si quieres te beco y tú me ayudas con los chavos principiantes o das piano complementario o acompañas cantantes. Órale, va, yo con tal de seguir pero al final nada más me inscribí en piano y ensambles. Hice una beca como de 20 horas, casi estaba de tiempo completo y nada más tomaba dos clases pero no me molestaba porque estaba aprendiendo.
Comencé a acompañar a las cantantes que estudiaban con Noila [Carrazana], ahí conocí a Fuensanta [Méndez] y a Paulina Álvarez.
Tras mis huesos
Como Édgar ya estaba más ocupado, empezó a salirse de los compromisos que tenía. En esa época Frank Forke tenía el trío de Homenaje a Nat King Cole con Aleph y Édgar, le pusieron Trío FEA (Frank, Édgar y Aleph), como Édgar ya no podía me mandó con Frank, creo que fue de los primeros grupos en los que estuve con gente de más experiencia. Era música que nunca había escuchado en mi vida y fue otro aprendizaje.
Te digo que Édgar me mandaba por todos lados, un día me llamó y me dijo:
-Oye Paquito, ¿no te gustaría tocar en un grupo de bodas?, pagan muy bien y está muy fácil, todo lo lees, es música de misa
-Sí, maestro, órale
-Acompáñame a una presentación, ves cómo está la onda y ya te quedas.
Era el Grupo Polonia, formado por los polacos de la Sinfónica, fui y me presentó con Adam Wajda, el violinista.
Yo me imaginé que iban a tocar el Padre Nuestro pero llego a la misa y oigo que tocan el Aleluya, música barroca y cosas que, para alguien que apenas empezaba, eran complicadas pero cómo le iba a decir que no si Édgar me había recomendado.
Entré y estuve como un año con ellos. Era bien difícil porque son de carácter fuerte (risas), muy exigentes, no podía cambiar una inversión de un acorde porque me decía ¡no, yo no lo escribí así! Toqué mucho con ellos y ahí es donde practiqué la lectura a primera vista.
Cuando toqué con Frank Forke me escuchó Raúl Gutiérrez, llevaba poco tiempo en Xalapa, estaba armando el grupo Raúl Gutiérrez y los Seven Brothers y me invitó. En ese grupo estaban Aleph, Gustavo Bureau, Jakub Dedina, Alejandro Bustos, a veces cantaba Noila. Era otro repertorio, entonces ya estamos hablando de tres repertorios distintos.
Siempre estuve súper, súper ocupado, desde los 16 años ya tocaba un montón y repertorios muy diferentes. Luego empecé a tocar mucho con Beto Jiménez. También toqué a trío con Aleph y con Tavo, ahí conocí a Amir Moreno y a Nacho Quinto, tocábamos mucho y nos rotábamos, cuando no podía Tavo, tocaba Amir, si no podía Aleph, pues Nacho.
I Remember Clifford
Un tiempo después, Alejandro Bustos me invitó a formar parte de los Five Boppers, un grupo que formó porque quería tocar música de la época del hard bop. Tocando con Ángel Luis [Guerrero] conocí a Chucho [Jesús Rodríguez Alarcón] y cuando llegué al ensayo y vi que estaba él en la batería dije ah, qué chingón, Chucho toca bien chido. También estaba Marianita [Mariana Flores Zeleny, bajista] y Jonathan Díaz en la trompeta. Estuvimos bastante tiempo tocando y grabamos un disco pero nunca salió, yo creo que todavía le debemos dinero a Bustos (risas).
Primer movimiento: Nadita de na
También por esa época, a los 17 o 18 años, fui a mi primer concurso de piano clásico a la [Sala] Ollin Yoliztli, creo que me fue bien tocando pero no gané nada (risas), pero ir a concursos es una «parte importante» de los que estudiamos música clásica.
Pasarán más de mil años, muchos, jazz…
Rudyck [Vidal] me dio algunas clases en JazzUV y un día se me acercó:
-Oye, tú tocas bien, creo que eres talentoso y buen chavo, ¿no te gustaría tocar conmigo en un proyecto de música mexicana con arreglos nada difíciles?, van a cantar mi chava, Marilyn [Castillo] y Teté [Espinoza], y va a estar Nissiel [Ceballos, trompetista] y tal vez Chucho
-Órale, le entro.
Comenzamos hacer ensayos en su casa, él vivía por el Súper Che, en una empedrada que sube. Creo que siempre he tenido la suerte de que me dicen que va a estar fácil y a la mera hora no es así. Llegué al primer ensayo y Rudyck me dijo:
-Vamos a tocar Sabor a mí
– Ah, sí la conozco, me la sé
Empecé a leer y le dije:
-Ay cabrón, espérate, así no va Sabor a mí
-Es que esto tiene que ver con la onda New York, es algo más moderno
Otra vez, terreno desconocido. Siempre me la pasé en terreno desconocido pero en un ambiente bien padre, era el más chico y creo que me empecé a «malear» ahí, con ellos. Ensayábamos como una hora u hora y media y de ahí eran como dos horas de estar cotorreando, sin alcohol ni nada, a lo mejor botanita y refrescos pero era un cotorreo de platicar, hablar de música, escuchar. Ahí fue donde escuché por primera vez a Eric Harland, Aaron Goldberg, Joshua Redman, Rudyck se encargó de mostrarme toda esa música más moderna.
Era el grupo Adderesound, dio buenos frutos, tocamos bastante, tocamos en el Festival Inter-Medio, grabamos un disco, fuimos a un par de festivales por ahí antes de que se fuera Rudyck a Estados Unidos. Creo que si grabara ahorita con ellos ya tocaría bien (risas). Fue mucho aprendizaje en armonía, grooves, lenguaje, estuvo muy padre esa etapa.
Todo fue muy rápido, creo que en un lapso de dos años toqué con toda esa gente.
Jazztuvo JazzUV. Jazztás
Como te decía, nada más estuve año y medio o dos años en JazzUV y de ahí me di cuenta que quería estudiar solo, con algunas revisiones de Édgar o de otros pianistas. Decidí salirme porque todavía no había nivel en la escuela, apenas estaba empezando y entraban muchos chicos que ni siquiera sabían tocar el instrumento, entraban a tocar por primera vez un saxofón o una batería y sí me cansaba un poquito en las clases, en las de ensamble batallaba porque sentía que no avanzaba, no era la escuela ni el entorno, a lo mejor eran los grupos, no podía con eso y menos si yo ya tocaba con Aleph, con Rudyck, con todos ellos.
Después de este recorrido con toda esta gente loca, armé un grupo, ya con arreglos míos. Dije que ahora sí ya sé mucho (según yo (risas)), ya voy a hacer arreglos, y me pegué con Chucho, Aleph y Fuensanta [Méndez, cantante] y armamos un grupo que se llamó Jazztás Cuarteto. También tocamos en el Festival Inter-Medio y en muchos lados. Todos eran arreglos míos aunque, de repente, Fuensanta metía también algunas cosas.
En esa época me empecé a interesar más en la música mexicana: el folclor, el son jarocho, el son huasteco, en parte por Carlos y por Aleph porque ellos siempre han sido maestros de todo eso, me pasaron música y yo dije órale, perdí 15 años de mi vida intentando tocar música clásica y jazz y mira todo lo que hay aquí, entonces traté de aplicarme con ese repertorio.
Los boleros o canciones del cancionero mexicano ya los tenía muy interiorizados porque ¿quién no escucha en su casa esa música?, mi abuelo siempre ha escuchado a Los Panchos, Los Dandys, Los Tres Ases, Eydie Gormé, todo esto, y como ya había tocado con Adderesound dije esa onda me gustó un montón, quiero mantenerla pero con arreglos míos, con esa educación que recibí de Rudyck, y no es que se hubiera sentado conmigo y me hubiera dicho mira, haz un arreglo así, sino que aprendí mucho tocando con él.
Nos salieron conciertos, presentaciones y mucha música, no grabamos nunca en estudio pero hay buenos audios por ahí. Ese fue uno primeros proyectos propios que tuve.
(CONTINÚA)
PRIMERA PARTE: Papás, soy Paquito…
TERCERA PARTE: En la boca llevas, jazz, sabor a mí
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