Por acuerdo del gobernador Flavino Ríos Alvarado, la cantautora Natalia Lafourcade recibirá la Medalla Agustín Lara, que entrega el Gobierno del Estado para reconocer a quienes se han destacado en el ámbito cultural y artístico.

En el evento que próximamente organizará el Instituto Veracruzano de la Cultura, también recibirá la presea el jazzista Víctor Ruiz Pazos, quien fuera esposo de Toña la Negra.

Hay que decir de Natalia que no es veracruzana, pero debiera serlo. Ella está en la misma situación que nuestra gloria literaria Sergio Pitol, porque no nació en esta tierra pero aquí creció, y se formó con nuestros modos.

Los verdes intensos, infinitos y oxigenados del pueblo mágico de Coatepec fueron el receptáculo en donde creció la inspiración y se desarrolló el talento de esta peculiar cantante, que a veces tiene tonos de niña consentida y siempre una voz educada y de gran calidad; cálida, cercana, familiar.

A Natalia le dan este merecido reconocimiento por su arte inigualable, pero igual en parte por su arraigo con nuestra tierra y ya en específico al calor del disco homenaje que hizo en honor de Agustín Lara, hace unos cuatro años, y que fue todo un éxito de ventas en América Latina y España.

Es un disco francamente provocador para los que se asientan en la preservación de las canciones del músico poeta, que quisieran seguirlas oyendo en la afectuosa voz gutural del maestro y con su perfecta dicción, o en los arreglos tradicionales de sus intérpretes mayores: Toña la Negra, Pedro Vargas.

Mujer Divina, Homenaje a Agustín Lara fue una sorpresa discográfica que soliviantó a los conservadores y puso en el colectivo musical de los jóvenes nuevamente las composiciones que ya son inmortales en el recuerdo de los mayores.

Son 13 canciones de Lara que Natalia Lafourcade presenta con arreglos modernos, muy a su estilo de popera bien hecha y mejor cantada: mete una batería más a tono con el rock, le da la vuelta como calcetín a las melodías, cambia las letras que con tanto cuidado escribió el Flaco de Oro…

Y el resultado es un disco que se debe escuchar con el ánimo abierto y la disposición a lo nuevo. No sé qué hubiera dicho el maestro de haberlo escuchado, pero tal vez habría terminado convencido por el talento de esta artista crecida y desarrollada para su arte en Coatepec y Xalapa.

Natalia se dio el lujo además de invitar a cantar con ella, entre otros, a los argentinos Kevin Johanssen (“La fugitiva”) y Vicentico –el solista de Los Fabulosos Cadillacs- (“Piensa en mí”), a Miguel Bosé (“Quién me roba tu amor”), a Adanowsky -el hijo de Alejandro Jodorowsky- (“Coplas guajiras”), a Devendra Banhart -que fue novio de Natalie Portman, para envidia de muchos-, a Adrián Dárgelos -vocalista de Babasónicos- (“Mujer divina”) y a Emmanuel del Real -el hombre orquesta de Café Tacuba, ¡salve, maestro!- (“Limosna”).

La Medalla Agustín Lara la han recibido antes otros reconocidos personajes, como Yuri, Tongolele, Manuel Esperón, Armando Manzanero, Marco Antonio Muñiz, y le fue otorgada en marzo a Juan Gabriel, en un concierto suyo en Tlacotalpan que -sin que lo supiéramos- fue su despedida del público veracruzano que tanto lo quiso.

Felicidades a Natalia Lafourcade, la joven paisana que tanto tiene por ofrecer en su promisoria carrera musical.

NOTA. Por acuerdo de los representantes del club de fans y este humilde autor, los unos y el otro descansaremos de leer y escribir “Sin tacto” del lunes 31 al miércoles 2.

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