Cuando despertó, la Canción de cuna todavía estaba allí, ese podría ser el epígrafe del primer registro fonográfico de Carlos Zambrano, compositor y bajista potosino que ya ha pasado a formar parte de las arenas de este manantial.
Tezcatl es el nombre del disco que se presentará el lunes 24, a las 19:00 horas, en las instalaciones de JazzUV (Úrsulo Galván 30).
A principios de este año, en las márgenes de río Cedeño, abrieron sus puertas los estudios Picasso Records. Corta pero fructífera fue su vida, solamente tuvieron un día de actividad en el que lograron su único registro, Tezcatl, el álbum que Carlos Zambrano concibió para cantarle a Carlos Zambrano:
«Yo soy compositor desde hace muchos años y todos los temas que he hecho, a excepción los siete que están aquí, son para una chica. Tengo una canción de salsa, que grabamos con Bantú, que le hice a una chica de San Luis. El tema Sandra, que hice para el primer disco de La Manta, es para mi exesposa. La Cantera, que está en el segundo disco, también lo hice para un chica de San Luis, etcétera, etcétera, así tengo un montón pero ninguno de los temas de este disco está pensado para una mujer, eso está chido.
«Es la primera vez que compongo para mí, incluso los que hice en homenaje a alguien, también son temas dedicados para mí», me dijo, disco en mano y sin pudor alguno.
La grabación está hecha en formato de trío, un par de leviatanes emergidos del Paseo de los Lagos completan la formación: el pianista Francisco Cruz y el baterista Renato Domínguez.
«Tocar con Paquito y con Renato es un reto, casi no tienes que decir nada, son músicos súper intuitivos, muy talentosos y tienen un nivelazo, son unos monstruos, entienden súper rápido el mensaje, saben qué es lo que quieres y también proponen».
Sobre la concepción de los temas y el proceso de grabación, nos habla Carlos Zambrano:
El espejo
El disco se llama Tezcatl, que quiere decir espejo en náhuatl, porque esos temas son un reflejo de lo que yo soy, de lo que he aprendido a lo largo de los años. ¿Por qué en náhuatl?, en primer lugar porque mi abuela materna es bilingüe, habla náhuatl y español, y mi mamá también habla un poco de náhuatl. En segundo lugar, porque el náhuatl es la segunda lengua más hablada en México, después del castellano.
No me gustaría etiquetar a este disco como jazz mexicano porque no es jazz ni es música mexicana, es mi música, nada más, aunque sí está basada en cosas mexicanas con elementos del jazz y de otros ritmos. La portada es un trompo porque es un juguete mexicano que tiene mucho movimiento y escuchando el disco te vas a dar cuenta de que hay mucho movimiento.
Es un disco muy cortito, son siete temas, dura un poco más de 43 minutos y la verdad es que a mí me parece bastante ameno. Está muy variado a pesar de que casi todos los temas están en 6/8 pero suenan muy distinto, cada uno tiene su personalidad y creo que también está chido que la gente no se aburra o se quede con ganas de más.
1 Mitla
El primer tema se llama Mitla, es un tema dedicado a la ciudad de los muertos que está en Oaxaca. Fui, el lugar me impresionó y le dediqué este tema pero no está pensado como música oaxaqueña sino como son jarocho porque yo vivo aquí. Lo hice en el ritmo que llaman chocolate, el que está en El Cascabel. También es un pequeño homenaje a Laura Rebolloso porque he estado tomando clases con ella y el bajo está un poquito como tangueado. Es un loop que quedó bonito.
2 Chá para Memito
El segundo tema, Chá para Memito, lo escribí porque Memo Barrón es el primer músico con el que tuve un clic inmediato a la hora de tocar. Yo tocaba con él en San Luis Potosí en todos los proyectos, tocábamos salsa, tocábamos jazz, tocábamos flamenco, tocábamos son huasteco, tocábamos música mexicana, tocábamos de todo, y es como mi hermano entonces le dediqué un chachachá, sobre todo porque él está más en la onda latinoamericana, conoce mucho del latin jazz (no me gusta mucho llamar así al género pero, bueno, así se le conoce) y todo eso, por eso le hice este tema.
3 La Búsqueda
El tercer tema es La Búsqueda, yo estaba precisamente en eso, buscando mi lugar, musicalmente hablando. Me preguntaba ¿de dónde soy?, ¿qué estoy haciendo?, ¿por qué?, ¿a dónde voy?, todas esas cosas y me di cuenta que la mayoría de la música que me gusta, que toco y que conozco está en 6/8 pero ¿de dónde viene esa rítmica? Esto es como un 6/8 más afro, como haciendo alusión a la raíz, y el tema también tiene un poco de barroco porque, como te decía, estaba preguntándome qué soy. Yo estudié composición con el maestro Martínez Zapata entonces dije bueno, pues vamos a meterle un poquito por ahí. Escribí las dos manos del piano, el bajo y todo, y se logró este tema.
4 Canción de cuna
Me gusta mucho contar la anécdota de la Canción de cuna, yo no tengo hijos pero soñé que cargaba a mi bebé y lo estaba arrullando, soñé la música y lo más curioso es que al otro día la recordaba y la traía en la cabeza, me fui a desayunar al Café-Tal y ahí mismo me puse a escribir.
Escribí el tema rápido para que no se me olvidara y después lo empecé a trabajar, le puse la entrada del bajo, la armonía y lo desarrollé un poquito más. Yo no sé si sea la onda del reloj biológico (tampoco sé si exista eso) pero de pronto me dan ganas de ser papá, luego me acuerdo que no me puedo mantener a mí mismo y digo mejor no (risas). Es un tema bien bonito dedicado a todos los bebés. No hay improvisaciones, no hay nada, solo es el tema.
5 Salta
El siguiente tema se lo dediqué a la ciudad de Salta, Argentina. Tuvimos un concierto allá con La Manta y, a diferencia de lo que creemos la mayoría de los mexicanos y de muchos países que dicen que los argentinos son muy sangrones, son todo lo contrario. Ellos mismos dicen que los porteños sí lo son pero la gente de Salta es increíble, son súper cálidos, nos trataron increíble.
Fuimos a dar una clase a una escuela de música y muchos de los que estuvieron ahí, fueron al concierto. Conocimos músicos buenísimos como Carlos Marín, un señor que toca el acordeón increíble y es súper humilde, estuvimos platicando con él y fue al concierto a escuchamos.
También conocimos a una señora que hace décimas que se llama Mariana Carrizo, es un personaje importante dentro de la poesía de ese lugar y nos trató súper bien (de hecho, todavía tenemos contacto con ella) y se hizo súper fan de La Manta.
Llegué acá procesando toda esa información y dije le voy a ser un tema a esa ciudad que me encantó. Salta está al norte, allá hay un ritmo que se llama cueca entonces la pieza está basada en eso.
6 El carnicero
El carnicero es como una timba. Los músicos somos malos para ponerle nombre a los temas, y más los que tocan jazz (risas), le puse así porque tiene muchos cortes.
Ese tema lo hice porque no quería que Renato se aburriera, la música está bonita pero no está nada complicada, no hay nada complejo (ésta tampoco pero por lo menos tiene cortes para la batería) entonces dije le voy a hacer una al Renato para que goce, y también porque Paquito dice que no toca latino, ya que lo escuches vas a ver que sí. Y también porque no puedo negar que es una parte mía muy fuerte, yo toco y he tocado salsa desde hace mucho tiempo entonces no podía quedarse fuera.
7 Festejeando
Para mí la vida es un festejo, todo el tiempo estoy echando desmadre, me río de todo, yo festejo hasta los fracasos porque creo que de ahí aprendes.
Este tema es como un pequeño homenaje a mi querida amiga Karina Collins (una baterista que ahorita está en la India). Ella y un chavo que se llama Michel fueron a San Luis y me enseñaron a tocar un poquito de música latinoamericana, fue como una embarradadita de todo, tocamos cumbia, tocamos marinera y tocamos festejo, que es un ritmo afroperuano de la costa en el que está basado este tema.
Después me puse a investigar, conocí a Rafael Santa Cruz, a Huevito Lobatón, a toda esa gente que toca el cajón afroperuano. Me acuerdo que el primer tema que me aprendí fue Mi compadre Nicolás y cuando estábamos ensayando me daba tanta euforia ese ritmo que me daban ganas de bailar. Como soy todo así, loquillo, me paraba y brincaba y bailaba. Karina se reía mucho, me decía ¿qué onda? (risas).
Festejo fue el primer tema que hice y fue el único que Paquito conocía porque ya lo habíamos tocado con Amir [Isaac] en La Bruja.
Menos Face y más Real Book
Escribí estos temas porque estaba en una crisis existencial, me di cuenta de que estaba mucho tiempo en Facebook viendo tonterías y riéndome todo el tiempo hasta que dije ya no está chido, tengo 31 años y no puedo estar perdiendo el tiempo así, voy a cerrar el Facebook, al final, el que quiere contactarte, te contacta.
Lo cerré y tuve una especie de catarsis, me puse a componer e hice los temas súper rápido, como en dos semanas hice los siete. No quiero decir que soy el súper chingón con pero se me da, tengo facilidad para componer.
Después de que hice los temas quería ensayar, tocarlos muchas veces para no tardarnos tanto en la grabación pero ya sabes que Paquito y Renato todo el tiempo están ocupados.
En febrero de este año me fui a San Luis Potosí porque vino Memo Barrón y yo quería verlo porque ahora vive en Nueva York y tenía tiempo que nos veíamos. Estando allá nos reunimos Memo, Samuel [Martínez Herrera] y yo, ensayamos los temas una mañana y en la noche los tocamos, obviamente no salieron muy bien pero si se armó un buen rollo entonces dije órale, ya ensayados, van a sonar muy bien.
Cuando regresé seguí insistiendo ¿cuándo nos vemos para ensayar? pero no podían. Un día fui a casa de Roberto Picasso, él vivía en la carretera antigua a Coatepec, no había nada de ruido y no rebotaba el sonido porque tenía un tapanco, el lugar se prestaba para grabar entonces le pedí permiso y me dijo que sí.
Picasso Records Productions
Era jueves y él tenía que cambiarse de casa el domingo, el viernes le hablé a Paquito y a Renato y me dijeron que sí podían. Después le hablé a Ramiro porque tiene una consolita para grabar. Mi intención era grabar un demo para poder mostrar el trío y después grabar en forma.
Como nunca pudimos ensayar, ellos no conocían la música. Llegamos el sábado a casa de Roberto, llevé los papeles, le dimos una ensayada y empezamos a grabar. Hicimos tres tomas de algunas piezas, cuatro tomas de otras pero cuando tocamos Salta ya estábamos muy cansados, llevábamos todo el día y no habíamos comido entonces hicimos solamente una toma. Curiosamente, quedaron las segundas tomas de todas las piezas excepto Salta porque la grabamos una sola vez.
Salió un track muy grande, de más de dos horas. Me lo llevé a mi casa, estuve escuchando los temas y dije salieron chidos, están como para hacer un disco, no un demo, le voy a invertir. Me fui con Norberto [Cuevas, ingeniero de Azul Estudios], cortamos las tomas e hicimos la mezcla y el máster.
Si le pones mucha atención al disco, pues sí vas a encontrar errores de ejecución y de todo pero es un disco muy honesto.
La portada es una pintura que hizo Atenea Castillo, una amiga de hace mucho tiempo que es pintora, ella hizo la portada del disco de Ramiro, cuando vi esa portada dije órale, yo quiero que ella haga la portada de mi disco. La neta a mí me gusta mucho, el trompo está muy bonito, tiene colores muy cálidos y llama mucho la atención.
El diseñador de cabecera es Manuel López el Paisa, el que toca la percusión con La Manta, él estudió diseño e hizo una maestría en diseño tipográfico.
Él diseñó los dos discos de La Manta y el de Ramiro, confiamos mucho en él. La fotografía es de Andrés Alafita.
Vamos a tener una presentación del disco el lunes 24 en JazzUV, a las 7:00 de la tarde. La entrada es libre, ojalá se lancen todos los que lean la entrevista.
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