O han faltado las voces de algunos despistados que estoan opinando que el Premio Nobel no se debió otorgar a Bob Dylan, “porque él es músico, no escritor”.

Entre ellos, el poco conocedor Miguel Bosé, que no sé de dónde saca los arrestos para opinar sobre un tema tan lejano a él, porque no es precisamente un intelectual ni menos un hombre culto.

Olvidan quienes censuran el premio a Dylan que el origen de la literatura está precisamente en los cantores. La literatura nació y pervivió a través de la oralidad de la memoria de quienes fueron cantando las gestas de los pueblos antiguos. Esa literatura oral después fue siendo escrita para mantener su luz entre la oscuridad de los tiempos, y ahora la Academia sueca ha hecho lo mismo, para que se repita aquella historia.

Los juglares en la Edad Media mantuvieron viva la llama de la literatura en la memoria de sus canciones, con las que entretenían e informaban al pueblo de la manera más artística y eficaz. De la misma manera, las letras de las canciones de Dylan son poesía pura y pura poesía. Ellas solas merecen cualquier reconocimiento literario, hasta el famoso, como el Nobel.

Y para muestra, les adelanto algunas muestras del arte de Bob Dylan, en una traducción al castellano hecha libremente y con mis pocas entendederas, pero que espero haya podido mantener el genio del gran cantor de América.

Like a Rolling Stone

Había una vez en la cual te vestías muy bien

y arrojabas una moneda a los vagos, en tu plenitud.

¿No es verdad?

La gente te advertía:

«Ten cuidado, muñeca, puedes caer»,

pero tú pensabas que todos estaban bromeando.

Acostumbrabas reírte

de todos aquellos que andaban por ahí.

Ahora ya no hablas tan alto,

ahora no pareces tan orgullosa

de tener que mendigar tu siguiente comida.

[Estribillo]

¿Cómo se siente?

¿Cómo se siente?

Depender sólo de ti,

sin un rumbo determinado,

como una completa desconocida,

como una piedra que rueda.

Fuiste a la mejor escuela, muy bien, señorita solitaria,

pero sabes que ahí sólo fuiste mimada,

nadie jamás te enseñó a vivir en la calle,

y ahora te encuentras con que vas a tener

que acostumbrarte.

Dijiste que jamás te comprometerías

con el vagabundo misterioso, pero ahora te das cuenta

que él no vende coartadas

mientras penetras en el vacío de sus ojos

y le preguntas: ¿Quieres hacer un trato?

[Estribillo]

Tú nunca volteaste a ver las muecas

de los malabaristas y los payasos

cuando todos ellos venían y hacían trucos para ti.

Nunca entendiste que no es bueno.

No debiste dejar que otros sufrieran por tu culpa.

Acostumbrabas cabalgar en el caballo cromado

con tu diplomático,

quien cargaba sobre sus hombros a un gato siamés.

¿No es duro cuando descubres

que él no estaba donde debía estar,

después de que te robó todo lo que pudo?

[Estribillo]

Toda una princesa en el pedestal,

mientras las gentes bonitas

beben y piensan que ya la hicieron,

intercambian toda clase de preciosos regalos y cosas.

Pero mejor hubieras cuidado tu anillo de diamantes,

mejor lo hubieras empeñado, nena.

Solías burlarte tanto de Napoleón en harapos

y el lenguaje que utilizaba.

Vete con él ahora. Te llama. No puedes rehusarte.

Cuando nada tienes, nada tienes que perder.

Ahora eres invisible, no tienes secretos que ocultar.

[Estribillo]

Mr. Tambourine Man

[Estribillo]

Oiga, Señor de la Pandereta, toque una canción para mí,

no estoy dormido y no tengo a dónde ir.

Oiga, Señor de la Pandereta, toque una canción para mí,

y en la tintineante mañana vendré siguiéndolo.

Pienso que el imperio

de la tarde ha vuelto a convertirse en arena,

desvanecido entre mis manos,

y me ha dejado a ciegas, de pie, pero sin dormirme aún.

Mi abatimiento me asombra. Estoy plantado en mis zapatos.

No hay nadie a quien tenga que ver

y la antigua y vacía calle está demasiado muerta para soñar.

[Estribillo]

Deme una vuelta en el torbellino de su nave mágica.

Me han despojado de mis sentidos, mis manos no sienten al apretar,

los dedos de mis pies (están) demasiado entumecidos para caminar.

Esperan sólo a las suelas de mis botas para empezar a vagar.

Estoy listo para ir a cualquier lugar,

estoy listo para desvanecerme en mi propio desfile.

Lanza el hechizo de tu baile hacia mí. Prometo seguir bajo él.

[Estribillo]

Aunque puedas oír la risa, girando,

balanceándose locamente a través del sol,

No está dirigida a nadie, simplemente escapa a la carrera

Y, excepto el cielo, no hay ningún cercado a la vista.

Y si oyes rastros borrosos de un saltarín carrete de poesía

sonando a tiempo con tu pandereta,

no es más que un harapiento payaso ahí detrás.

Yo no le prestaría atención,

no es más que una sombra lo que ves que él persigue.

[Estribillo]

Entonces hazme desaparecer

a través de los anillos de humo de mi mente,

bajo las neblinosas ruinas del tiempo,

muy lejos de las hojas congeladas,

los hechizados, asustados árboles,

fuera de la ventosa playa,

lejos del retorcido alcance de las locas penas.

Sí, bailar bajo el cielo de diamante

con una mano saludando libremente,

silueteado por el mar, rodeado por las arenas del circo,

con todos los recuerdos y el destino.

Conducido hasta el fondo bajo las olas,

déjame que me olvide desde hoy hasta mañana.

[Estribillo]

Después llévame a desaparecer

a través de los anillos de humo de mi mente,

hasta las neblinosas ruinas del tiempo,

más allá de las hojas congeladas,

de los embrujados, asustados árboles.

Fuera, a la playa ventosa,

lejos del estrafalario alcance de la loca tristeza.

Sí, a bailar bajo el cielo de diamante,

moviendo libremente una mano,

silueteado por el mar, rodeado por las arenas del circo,

con todos los recuerdos

[Estribillo]

La respuesta está en el viento

¿Cuántos caminos debe un hombre andar

antes de que le llamen hombre?

¿Cuántos mares debe una paloma navegar

antes de que se duerma en la arena?

¿Cuánto tiempo deben volar las balas de cañón,

antes de estar prohibidas para siempre?

La respuesta, amigo mío, está flotando en el viento.

La respuesta está flotando en el viento.

¿Cuántos años debe una montaña permanecer

antes de que sea bañada por el mar?

¿Cuántos años tiene que existir una persona

antes de que le permitan ser libre?

¿Cuántas veces puede un hombre girar su cabeza

y fingir que no te ha visto?

La respuesta, amigo mío, está flotando en el viento.

La respuesta está flotando en el viento.

¿Cuántas veces debe un hombre mejorar

antes de que pueda ver el cielo?

¿Cuántos años debe tener un hombre

antes de que pueda escuchar a la gente llorar?

¿Cuántas muertes cometerá hasta que sepa

que mucha gente ha muerto?

La respuesta, amigo mío, está flotando en el viento.

La respuesta está flotando en el viento.

The Times They Are a Changing

Vengan, gente, reúnanse,

dondequiera que estén

y admitan que las aguas

han crecido a su alrededor

y acepten que pronto

estarán calados hasta los huesos.

Si creen que están a tiempo de salvarse

será mejor que comiencen a nadar

o se hundirán como piedras

porque los tiempos están cambiando.

Vengan, escritores y críticos

que profetizan con su pluma

y mantengan los ojos bien abiertos,

la ocasión no se repetirá.

Y no hablen demasiado pronto

pues la ruleta todavía está girando

y no ha nombrado quién es el elegido

porque el perdedor ahora

será el ganador más tarde,

porque los tiempos están cambiando.

Vengan senadores, congresistas,

por favor oigan la llamada

y no se queden en el umbral.

No bloqueen la entrada,

porque resultará herido el que se oponga.

Afuera hay una batalla furibunda,

pronto golpeará sus ventanas

y crujirán sus muros

porque los tiempos están cambiando.

Vengan padres y madres, alrededor de la tierra

y no critiquen lo que no pueden entender,

sus hijos e hijas están fuera de su control

su viejo camino se está carcomiendo rápidamente.

Por favor, dejen paso al nuevo si no pueden echar una mano

porque los tiempos están cambiando.

La línea está trazada y marcado el destino.

Los lentos ahora serán rápidos más tarde

como lo ahora presente más tarde será pasado.

El orden se desvanece rápidamente

y el ahora primero más tarde será el último

porque los tiempos están cambiando.

sglevet@nullgmail.com

Twitter: @sglevet

Facebook.com/sglevet

www.journalveracruz.com