¿Por qué Dave Brubeck no termina de pasar la prueba de la crítica especializada y de los escuchas exigentes de jazz?, le pregunté a Pablo Prieto en la parte final de la conversación que tuvimos.

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Lo que pasa Brubeck no era un jazzista como tal entonces, cuando lo juzgaban los críticos de jazz, le iba muy mal. Ni en los mismos Estados Unidos se entendía la música de Brubeck como debiera de ser y aquí en México tampoco porque aquí, Brubeck era igual a Take Five, pero Take Five ni siquiera es una composición de Dave Brubeck, es de Paul Desmond y no tiene nada que ver con la gran obra composicional y todo el bagaje cultural que mezcló en sus obras. Dave Brubeck es un compositor muy profundo, con una formación clásica muy seria, tiene composiciones de música sacra, oratorios, cantatas, música de cámara, corales, en fin, Dave Brubeck fue un músico universal, inclusive no se asumía como jazzista, decía yo soy un compositor que toca el piano, o sea, la primera labor y vocación de Brubeck fue ser compositor, no era pianista, ni mucho menos jazzista.

Era un apasionado del jazz y usaba elementos del jazz para hacer su música pero en realidad era un músico universal como Duke Ellington quien, de hecho, fue su mentor. Ellington no fue un músico de jazz, utilizó muchos elementos del swing pero su música era muy compleja y universal, hizo conciertos sacros y muchas suites como The Far East Suite o la Suite Latinoamericana.

Ellington estuvo dos veces en México, en el 68 y en el 71. La primera vez que vino lo llevaron a Puebla y se quedó atónito con los volcanes, cuando vio el Iztaccíhuatl y el Popocatépetl hizo una Suite Latinoamericana en la que hay un tema dedicado, precisamente, a los volcanes. Duke Ellington se permeó de las diferentes músicas del mundo para enriquecer su obra, no hacía música al estilo Coltrane ni al estilo Miles Davis, iba más allá de todo eso.

Ellington es el compositor más importante de la música americana después de George Gershwin, y Dave Brubeck está considerado como el compositor más importante de la música americana después de Duke Ellington.

Gershwin, obviamente, es el compositor más importante de todos pero él estaba más alejado del jazz, estaba más pegado a la música clásica y aparte era de origen ruso, en cambio Ellington era negro y después de este negro está Dave Brubeck pero no lo querían, no lo quería Miles, no lo quería Coltrane, no lo quería Parker, nadie lo quería porque, imagínate, era un músico blanco, exitoso, vendedor de hits y con un público más amplio que todos los jazzistas porque su público no solamente era público de jazz, era público en general.

El combo de jazz más grabado y viajado de todas las épocas fue el de Dave Brubeck, hacía un promedio de cuatro discos al año y 300 conciertos, ganó muchísimo dinero, casi tanto o más que Miles Davis, que fue uno de los músicos de jazz más ricos del mundo, entonces se echó en contra a todos.

Louis Armstrong fue uno de los pocos que sí lo valoraron, grabó con él una obra musical que se llama The Real Ambassadors, Louis Armstrong adoraba a Brubeck entonces, cuando lo invitó a hacer la presentación de esa obra musical, aceptó fascinado

Brubeck decía: a mí no me importa que la crítica me haga pedazos, mientras Ellington, Louis Armstrong y Miles Davis, o los demás, les guste lo que yo hago, no importa lo que digan los críticos.

Ahora las cosas han cambiado, Wynton Marsalis le acaba de hacer un homenaje con su orquesta del Lincoln Jazz Center. Wynton Marsalis es el Louis Armstrong del siglo XXI y ahora, ese Louis Armstrong del siglo XXI, le rinde tributo a Dave Brubeck.

Dave after Dave

La importancia de Brubeck es que llevó el jazz a otras esferas, algo que no hizo ninguno de los otros jazzistas, eso tiene un gran mérito. Tiene más de 300 composiciones muy interesantes, unas combinaciones de compases, unas armonías complejas, influencias de la música de Irán, de Turquía, de Grecia, de la india, de Japón, de muchas cosas. Tiene muchos discos, uno que se llama Jazz Impressions of Japan, que es una joya; Jazz Impressions Of Eurasia, que es una maravilla, son cosas muy complejas y muy interesantes que no tienen nada que ver con lo que hizo Coltrane, ni Miles, ni Parker ni nada pero son obras de un músico tremendo.

Brubeck decía: el jazz es una esponja, absorbe las otras músicas y muchas culturas entonces, vayan por el mundo y abran los oídos. Lo que admiro de Brubeck es que no se cerró a una sola cosa sino que se diversificó de tal manera que logró fusiones muy interesantes que han permeado, inclusive, en otras áreas, no nada más en el jazz.

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