“El que siembra vientos cosecha tempestades” Dicho popular
En su natal Córdoba (la ciudad de los 31 Caballeros, decía, porque se consideraba dentro de ese grupo que solo era de treinta), Dante Delgado Rannauro hizo una definición sobre Javier Duarte de Ochoa: “Se los dije. Hace años dije que me daba ternura que fuera tan tonto. Era una persona que no estaba preparada para ser Gobernador porque no se puede pasar de cargar un portafolio a Gobernador”.
En esas pocas palabras se encierra todo.
Para aspirar a conducir con éxito los destinos de una comunidad, ya sea como presidente municipal, gobernador o presidente del país, es necesario contar con la herramienta del conocimiento (cultura) que te provee de sensibilidad y una visión de la realidad distinta de la de un ignorante.
La ignorancia es el peor enemigo de un aspirante a líder. Con qué criterio puedes decidir bien sobre las cuestiones de la gobernabilidad, la justicia, el desarrollo económico, el combate al mal (delincuencia), la educación, la salud del pueblo, los equilibrios de los poderes e, incluso, el combate de los adversarios con dignidad e inteligencia.
Si no estás dotado de esa base cultural que tiene que ver con el conocimiento de la historia del pueblo al que vas a gobernar, de sus costumbres, de su forma de vida, de sus necesidades más urgentes para actuar en consecuencia, el fracaso en inminente.
A Javier Duarte de Ochoa, Fidel Herrera Beltrán lo pasó de recortar periódicos para hacer la síntesis del entonces Senador de la República, a fugaz Secretario de Finanzas del Estado, luego a fugaz diputado federal y a Gobernador del Estado, con toda la maléfica intención de manipularlo, de seguir siendo dueño absoluto de su conciencia y de aprovecharlo para llevar agua a su molino y desecharlo como es su costumbre, y lo logró.
En este momento, Fidel Herrera ya no es el peor gobernador que hemos tenido en la historia de Veracruz, sin embargo, sí es el político que se hizo multimillonario saqueando las arcas del erario durante su administración y luego a través de Javier Duarte, el Gobernador con licencia, a quien le encargó a la delincuencia organizada para que secuestrara, ejecutara, robara los hogares, asaltara a todos los veracruzanos que pudieran y nos pusiera en la situación tan delicada de inseguridad que a todos nos tiene aterrados. Por eso, es Duarte quien ocupa el sitio del peor gobernante.
Lo dejó cometer todos los errores que a Javier, en su infinita ignorancia pudiera cometer.
Y sí, designó a sus amigos en los cargos de mayor importancia, como en la Secretaría de Educación, donde puso a un joven abogado coatepecano sin ninguna relación con el fenómeno educativo, sin idea de lo que es la tarea de conducir a un educando, sin conocimiento de nada de este asunto.
En la Secretaría de Seguridad Pública ubicó a un burócrata que conoció en la Secretaría de Finanzas, Arturo Bermúdez Zurita, quien se encargó de que el general Sergio López Esquer renunciara al cargo para ascender él y apoderarse de todas las corporaciones policíacas, mientras que en la Secretaría del Trabajo y Productividad (¡qué incongruencia!) impuso a su cuate de la infancia, Marco Antonio Aguilar Yunes, su cuaderno.
En la Secretaría de Salud puso al corrupto dirigente de los trabajadores del IMSS en Poza Rica, el doctor Pablo Anaya Rivera, quien salió por piernas cuando se le comenzaron a descubrir sus tranzas; a Tomás Ruiz González (un compromiso con Elba Esther Gordillo), lo mandó como secretario de Finanzas, siendo el único funcionario que sí sabía lo que haría en esa desastrosa dependencia, y en la Secretaría de Desarrollo Económico y Portuario puso a Erik Porres Blesa, en pago al exdirigente nacional del PAN, Manuel Espino, a quien Porres sirvió como secretario particular y, hoy, este exquisito joven cordobés anda de pelada pues es uno de los prestanombres de Javier Duarte.
A la Secretaría de Comunicaciones llegó José Guillermo Herrera Mendoza, un neófito en la materia; en la extinta Secretaría de Desarrollo Social y Medio Ambiente puso al jotón Marcelo Montiel Montiel; en la Secretaría de Desarrollo Agropecuario, Rural, Forestal y Pesca fue asignado José Tomás Carrillo Sánchez, un pillo de probada calidad inmoral recomendado de su padrino de bautizo Fidel Herrera.
Leticia Perlasca Núñez llegó a la Secretaría de Turismo, Cultura y Cinematografía; en la Secretaría de Protección Civil quedó Noemí Guzmán Lagunes, la teocelana “Chata Mimí”, de elevado nivel de ignorancia; al contador Iván López Fernández, sin ninguna experiencia lo hizo titular de la Contraloría General del Estado, mientras que el jefe de la Oficina del Programa de Gobierno fue Fabrizio Aguilar López, burócrata gris de medio pelo.
El gabinete perinola: todos roban
Qué instrucción les daría Javier Duarte a sus colaboradores al inicio de su administración, nadie sabe, pero de ninguna manera les pidió cumplir con los compromisos contraídos a lo largo de su campaña en la que se concretó a leer discursos que le preparaban (El Tío) y de los que tras pronunciarlos se le olvidaban: ¿compromiso social?, quién sabe qué madre es eso, debió pensar, pero el dicho de que “el que no tranza no avanza” seguramente fue el principio ideológico que les inculcó el joven Duarte a sus compañeros de aventura porque es el que aprendió junto con Erick Lagos, Salvador Manzur, Jorge Carvallo Delfín y Alberto Silva Ramos, de su gran maestro y formador Fidel Herrera Beltrán.
Pues ese sentido patrimonialista sumado a los alarmantes niveles de ignorancia sobre la cosa pública y la cultura en general, son lo que motivaron a que esta pandilla de jóvenes llamados “los chamacos de la fidelidad” terminaran de destruir al estado prostituyendo todas las dependencias y las instituciones, actuando como auténticos y funcionales estómagos que todo lo convirtieron en suciedad. Dispusieron de todo lo que encontraron a su paso, sin considerar que eran cosas de los veracruzanos no de ellos; su estancia al frente de las instituciones las consideraron auténticos regalos de los que dispusieron como propios, tanto, que al final del camino el joven gobernante, el que le ha inspirado ternura a Dante Delgado (uno de los gobernadores que mayores obras materiales sociales y políticas ha dejado como legado a su paso por la gubernatura, que aunque fue de cuatro años pareció de seis o más), le ha dado por regalar los bienes de los veracruzanos con la complicidad abierta y vulgar del Congreso Local, como lo es la Casa Veracruz, el World Trade Center, el Velódromo y otras más con las que pretendió pagar facturas a empresarios a los que les adeuda miles de millones de pesos.
La pesadilla de doce años que hemos vivido ha comenzado a extinguirse, al solicitar licencia al cargo de Gobernador del Estado, Javier Duarte de Ochoa cierra la cortina del cartel de “la fidelidad” que destruyó Veracruz.
Nos escribe el jurista Ortíz Mayagoitia
Con relación a un comentario que hicimos en este espacio el pasado jueves 6 de octubre sobre la posibilidad de que el destacado jurista veracruzano Guillermo Ortíz Mayagoitia fuera nombrado Gobernador interino, ayer mismo nos escribió quien fuera Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Guillermo I. Ortíz Mayagoitia, un texto que compartimos con ustedes.
“Manuel Rosete Chávez:
“La semana pasada mi paisano y amigo Sergio González Levet me hizo favor de enviarme la columna que usted escribe, titulada «APUNTES».
“Esta mañana se cumplió la primera de sus predicciones, señor periodista, pues ya es del conocimiento público que el Gobernador Duarte se retira del cargo, en condiciones de licencia mayor de 30 días que podrá o no otorgarle el Congreso del Estado, en términos del artículo 48, fracción III, de la Constitución del Estado.
“Además, en caso afirmativo, el propio Congreso debe nombrar un Gobernador Interino.
“Sin embargo, en cuanto a la posibilidad de que ese nombramiento interino recayera en mi persona, estimo que no podrá darse por varias razones. Me referiré solamente a la fundamental: No tengo la residencia que exige el artículo 43, fracción II, de la propia constitución local para ser gobernador.
“El motivo de estas letras es agradecerle a usted cumplidamente las buenas referencias que expresa de mi persona, así como la calificación de idoneidad que me otorga para ocupar tan elevado cargo. No será así en la realidad pero desde el fondo de mi corazón le agradezco su apunte.
“Reciba cordial saludo”.
Reflexión
“Voy a tomar posesión como Gobernador del Estado el primero de diciembre, y ahí voy a revelar información que cimbrará al país, porque investigando y trabajando llegué hasta la médula de la corrupción en que incurrió Duarte y sus cómplices”: Miguel Ángel Yunes Linares, ayer en conferencia de prensa. Escríbanos a mrossete@nullyahoo.com.mx formatosiete@nullgmail.com www.formato7.com/columnistas