Hoy el botín en disputa en Veracruz se llama PRI.

Quizá a algunos les parezca poca cosa, a partir de los resultados electorales más recientes, pero en los hechos, en la frialdad de los números, sigue siendo un pastel bastante apetitoso.

Baste recordar que los comités estatales de los partidos políticos reciben prerrogativas del órgano federal, con base en los resultados obtenidos en la más reciente elección federal, que fue la del 2015, en la que el PRI obtuvo números muy favorables. Además tiene derecho a prerrogativas de la administración estatal, que también son sustanciosas, pues a fin de cuentas sigue figurando entre las principales fuerzas políticas de Veracruz.

Contrario a lo que dicta la ortodoxia, a pesar de haber pasado a la historia como el primer dirigente estatal del PRI que pierde una elección a la gubernatura, Felipe Amadeo Flores Espinosa se niega a soltar el hueso.

Vio a su dirigente nacional (Manlio Fabio Beltrones) poner sobre la mesa su renuncia con el argumento de que «siempre es necesario actuar con responsabilidad y asumir con lealtad las consecuencias», y sin embargo al dirigente estatal no le hicieron mella esas palabras, como si estuvieran hablando de otras elecciones, como si él estuviera libre de cualquier pecado.

Sin embargo, no se quedó quieto. Acudió ante el nuevo dirigente nacional priista y lo espantó con el petate del muerto: «Si entrego la dirigencia estatal, Javier Duarte impondrá alguno de sus peones». Eso fue suficiente para que Enrique Ochoa detuviera los cambios.

Pero la clase política en Veracruz no está conforme. Son cada vez más las voces que exigen definición de su partido, estrategia y rumbo, para no volver a tropezar en los próximos comicios, que tendrán lugar en el 2017, para relevar a los 212 alcaldes.

Desde la capital del país ya levantó la mano Jorge Carvallo Delfín. Se ha estado moviendo en los más altos niveles de la política nacional para conseguir una buena plataforma que lo lleve, de nueva cuenta, a la Presidencia del comité estatal.

Y no sólo en el centro hay inquietud por dicho cargo. Se sabe que el actual titular de la Junta de Coordinación Política en el Congreso local, Juan Nicolás Callejas Arroyo, también está apuntado para ese cargo, y no es alguien a quien se le pueda desdeñar.

El maestro Juan Nicolás tiene fuerte influencia en Veracruz, gracias a la operación del llamado «equipo político» de la Sección 32 del SNTE. Ha sido de los pocos personajes del priismo local que se ha atrevido a levantar la voz contra el gobernador electo, Miguel Ángel Yunes Linares, al grado de impulsar una denuncia penal en su contra.

Hubo momentos en los que se sugirió que ocupara dicho cargo el alcalde de Xalapa (y declarado pepeyunista) Américo Zúñiga Martínez, pero éste salió a cortar esas expresiones, pues anticipó que habrá de concluir su compromiso en la Presidencia Municipal.

En días recientes se mencionó al actual titular de los Colegios de Bachilleres, Carlos Aceves Amezcua, pero su perfil y trayectoria no se equiparan con los de los otros aspirantes.

Hay quienes aseguran que el maestro Juan Nicolás es la apuesta de Javier Duarte, en tanto que Jorge Carvallo sería la propuesta de Fidel Herrera, y Amadeo Flores llevaría el respaldo de los senadores José y Héctor Yunes.

Amadeo Flores está claramente identificado con Héctor Yunes y, por lo tanto, estaría cargando los dados a favor de que repita la candidatura en el 2018. Jorge Carvallo ha cometido el error de suponer que con tener el visto bueno de Érick Lagos, es suficiente para presumir el apoyo de todos sus compañeros de bancada. No es así, pues cada vez son menos los que se apegan a las recomendaciones del coordinador de los diputados priistas veracruzanos.

El maestro Juan Nicolás Callejas mantiene una buena relación con Pepe Yunes y también con Héctor. Acaso su principal estigma es el sello de «duartista» que se destaca en su perfil.

Los senadores están proponiendo que Amadeo Flores se mantenga hasta que concluya la elección de presidentes municipales, y a partir de ahí se elija a quien habría de llevar las riendas del partido rumbo a la sucesión del 2018.

Pero no todos piensan así. Un importante sector del priismo veracruzano considera que los trabajos para recuperar la gubernatura deben iniciar de inmediato, y un buen paso sería definir al dirigente estatal del tricolor.

Muy pronto sabremos cuáles fueron los argumentos que más pesaron.

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