Un cuatro venezolano fue la caja de Pandora que contenía, no los males del mundo sino un cúmulo de cosas que Silvana había acumulado durante 17 años. Una de sus letras dice:
Si ella iba a volver, nadie lo supo,
si había que creer, ella no pudo,
hizo de sus pies algún milagro
y se fue
Quizá podríamos trastocarla para afirmar:
Si ella iba a componer, nadie lo supo,
si había que crecer, ella pudo,
hizo de sus pies algún milagro
y canto fue
In My Own Sweet Way
Empecé a componer con un cuatro venezolano que me encontré en mi casa, yo toco bien el piano pero cuando trataba de componer en el piano siempre pensaba muchas cosas, se me venía a la cabeza la institución y eso no me permitía hacer muchas cosas pero cuando encontré el cuatro para mí fue muy nuevo porque no sabía ni la afinación, no sabía qué estaba haciendo pero tocándolo descubrí esa otra partecita que siempre había existido también en mí: escribir letras, escribir poesía y hacer, de alguna manera, literatura. Desde muy chiquita leo y escribo, es mi otra gran pasión, yo creo que si alguien alguna vez me dijera ya no puedes hacer música elige otra cosa, elegiría escribir, hacer reseñas o algo que tenga que ver con la literatura. Con el cuatro me di cuenta de que sí podía mezclar esas dos cosas y a partir de estar buscando sonoridades, sobre todo texturas, empezó a fluir muchísimo esa parte de la escritura que no sabía que tenía.
Cuando empecé a componer, en un día tenía mil cosas qué decir que llevaba guardando 17 años. Yo siempre digo que vivo en mi cabeza, tengo mil cosas adentro y las saco cantando pero si cantas un standard, ya alguien dijo lo que vas a decir, en cambio, componiendo puedes decir todo y resulta que puede ser bello. A veces desconfiamos mucho de lo que tenemos adentro y en cuanto lo trasladamos a un ambiente artístico, a la música o a lo que sea, resulta que es bello y que sí importa y que no está mal que te sientas mal, es lo que es y lo plasmaste y siempre vale la pena.
Cuando empecé a componer, era algo que yo hacía por mí, era lo que yo quería decir para mí porque ya no quería tenerlo adentro y ahora, un año o año y medio después, ya hay gente que le gusta un montón y va a mis conciertos y se sabe mis canciones y las corea. Es padrísimo que, habiendo estado dentro de un ámbito de música clásica y jazz, ahora haya gente que coree mi música, es rarísimo [risas], es como ¿qué está pasando?, cámara, entonces estoy muy contenta de que se esté dando esto que nunca hubiera ocurrido si, por alguna extraña razón, no hubiera encontrado en mi casa el cuatro venezolano y me hubiera puesto una tarde entera a componer. Desde que empecé no he podido parar y me da muchísimo gusto que cada vez haya más gente que siga mi música porque en el jazz siempre te siguen jazzistas o muy poca gente [risas], u otros músicos que te invitan a sus tocadas.
Ahora estoy en el proceso de grabar mi primer disco, me acompañarán Jorge Tirado, guitarrista, y Emiliano Coronel, contrabajista. Es algo bien lindo que Jorge y Emiliano estén tocando mi música porque los dos son más grandes y fueron mis profes alguna vez y ahora son mis hermanos, es súper lindo, me gusta mucho tocar con ellos y veo que tienen amor por mis canciones, eso es bien importante, cuando vas a acompañar a alguien que hace sus letras, si no sientes amor por la canción, pues mejor no [risas].
La crónica de Tónica
A principios de agosto, en mi escuela dieron cinco becas para ir a Guadalajara al festival que organiza Tónica, yo apliqué, la verdad, casi, casi porque iba pasando [risas] pero ni sabía exactamente qué era Tónica, nunca había ido ni tenía idea pero apliqué y quedé y además los otros cuatro chicos que quedaron son mis súper amigos entonces dije perfecto. Armamos un ensamble y nos fuimos, el festival empezaba el lunes pero nosotros abrimos la jam el sábado y tocamos el domingo en la tarde y fue súper lindo, se llenó y la gente estaba bien contenta.
Me la pasé increíble porque conocí gente espectacular como Charlie Hunter, que era el director de mi ensamble, y Michael Blake. Como no había maestro de canto, tomé saxofón con Michael Blake, yo hacía todas las improvisaciones y todos los ejercicios cantando y le encantó y se ha portado increíble conmigo hasta la fecha, me manda cosas y me ha conectado con gente de Nueva York, él vive allá.
En general fue un ambiente súper lindo con todos los profesores en ese festival, me sentí increíble y me dio muchísimo gusto ver que hay tantos músicos, de tantas partes de México, tocando cada vez mejor y con tanto amor y con tanto respeto.
Head Hunter
También estoy muy contenta porque, justo hoy en la mañana, Charlie Hunter me mandó una grabación donde hace un cover de una de mis canciones [Brindo], la toca con su guitarra y le mete un bajo, es increíble. Con él vamos a grabar un disco en enero. Alex Lozano [baterista], Octavio Álvarez [contrabajista] y yo vamos a ir North Carolina, todavía estamos consiguiendo apoyo y financiamiento, la idea es que no sea una súper inversión sino que sea una cuestión rentable para todos.
Él ahora está viviendo en Nueva York pero conseguimos un estudio bastante importante en Carolina del Norte, que es de un amigo suyo, ahí hay muy buenos músicos y los metales que van a tocar en el disco está allá.
Al jazz, espejo de mi corazón…
Esta semana voy a grabar unos videos con Édgar Dorantes, la idea es tocar jazz tradicional. Somos amigos desde hace un rato y siempre ha sido un súper profesor para mí. Yo soy muy mala organizando tiempos y a veces no estoy en todo lo que quisiera estar porque, además, me gusta mucho tener mis horas en casa para estudiar porque soy muy piki para estudiar en la escuela [risas], entonces no siempre estoy en todo lo que me gustaría, toco mucho con Paquito Cruz, con Beto Cobos pero la verdad es que con Édgar, ya hace falta juntarnos a tocar standards así, tradicionales.
PRIMERA PARTE: Baby Sings the Blues
TERCERA PARTE: Una voz y una piel
https://www.youtube.com/watch?v=J_Y6pI6ooJ4
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