Hay un dicho que reza: “Platica hermano, mientras yo te gano”. Se refiere a aquellos que pasan más tiempo en la discusión de un problema que en la solución del mismo.
Felipe Amadeo Flores, flamante dirigente estatal del PRI confesó que al acudir al Comité Nacional de su partido, después de conocer los resultados de la elección del pasado 5 de junio, anunció su interés de entregar el cargo. El caso es que –afirma- no lo dejaron irse.
Su nombramiento como dirigente estatal de ese partido establece que es para que cubra el proceso electoral para la sucesión de gobernador en Veracruz, procedimiento que habrá de concluir en el momento en el que se agote el último recurso jurídico, en la última instancia judicial, lo que podría suceder hasta el mes de noviembre.
A partir de ese momento Amadeo Flores contempla dos escenarios: Que la dirigencia nacional lo designe por un nuevo período (que duraría por lo menos hasta que concluya el proceso electoral para definir a los 212 alcaldes, en el 2017) o que designen a un nuevo dirigente.
Y en tanto Felipe Amadeo Flores Espinosa se sostiene en el cargo, en espera de su ratificación, ya hay otro actor político de Veracruz que se mueve en otros escenarios para convertirse en “la opción”.
Jorge Carvallo Delfín es diputado federal, ya ocupó la Presidencia de su partido y tiene el apoyo de la bancada tricolor en el Congreso federal para retomar el control priista en Veracruz, con miras a las elecciones municipales del 2017 y, más importante aún, construir el escenario para retomar la gubernatura en el 2018, además de impulsar al candidato de su partido a la Presidencia de la República.
Ese fue uno de los temas (quizá el más importante) que trataron los diputados federales veracruzanos con el Presidente Enrique Peña Nieto en la reunión sostenida el pasado miércoles en Los Pinos.
En las actuales circunstancias políticas de Veracruz, cuando el PRI dejará de ser gobierno a partir del primero de diciembre, el papel que jueguen los legisladores federales será fundamental. Baste señalar que de ellos depende que el presupuesto federal para el 2017 considere la crisis que padece Veracruz y le asigne recursos adicionales.
Cuentan quienes estuvieron presentes en el diálogo con el Presidente, que éste vio con buenos ojos la propuesta y les hizo especial énfasis en la necesidad de ver hacia adelante, dejar atrás el reciente descalabro y trabajar ya en la construcción de un escenario que favorezca a su partido en el 2018.
La participación directa, decisiva, de los diputados federales priistas de Veracruz, en momentos en los que la entidad dejará de tener a un jefe político en la figura del gobernador, puede ser determinante.
El factor que adquiere gran valor en las actuales circunstancias, es el de la unidad entre la veintena de diputados federales afines al Revolucionario Institucional.
La llegada de Carvallo Delfín no será el único movimiento. Se plantea también que Adolfo Mota Hernández asuma la dirigencia estatal del Sector Popular y que otros legisladores se sumen a las tareas para levantar al partido y para recuperar la gubernatura dentro de dos años.
El movimiento deberá ser más pronto de lo muchos calculaban. Se pretende que Jorge Carvallo encabece las estrategias para ganar la elección en el Distrito de Cosoleacaque, donde los tribunales electorales ordenaron que se repitiera el proceso.
Una victoria para el PRI en ese Distrito no sólo le significaría a ese partido una curul más por el principio de mayoría relativa, sino que además modificaría el reparto de las diputaciones plurinominales, con lo que al tricolor le tocaría otro escaño. Con ello variaría radicalmente la relación de fuerzas en el Congreso local y nadie conseguiría, por sí solo la mayoría de votos.
En los próximos días habrán de reunirse los legisladores federales veracruzanos con el dirigente de su partido, Enrique Ochoa, y ahí habrán de definirse los plazos para el relevo.
Cuentas que otro movimiento (éste aún no confirmado) es la eventual invitación al gabinete federal al senador Héctor Yunes Landa, para que deje su espacio en la Cámara Alta, una vez más, a Érika Ayala, quien supo sumar el reconocimiento y apoyo de sus colegas en la capital del país.
En los próximos días la administración federal habrá de tomar decisiones difíciles, algunas impopulares, pero necesarias para enderezar el rumbo del país. Los diputados federales veracruzanos le reiteraron su apoyo al Presidente y la mejor forma de ayudarlo, además de su activismo en la tribuna legislativa, es fortaleciendo al PRI en los territorios donde tienen influencia.