En marzo entrevisté a Graciela Pérez, artista escénica surgida, casi prodigiosamente, de un rincón de nuestra costa que, cuando era niña, era muy apartado y carente de medios de comunicación (Ver: Rinconcito donde hacen sonido…).
Pese al aislamiento, la danza, el teatro y finalmente el canto operístico fueron apareciendo y apoderándose de su vida. Actualmente es una profesional que, entre muchas otras actividades en el terreno de la voz, el año pasado fundó, junto con el tenor Paulo Pagnozzi, la agrupación operística Modus OPERAndi. Desde sus inicios, la actividad fue muy intensa, en esa ocasión me comentó:
«Estuvimos en el Teatro Ignacio López Tarso con la ópera Rigoletto, yo fui Gilda, también hemos estado en el Museo del Virreinato, en la Plaza San Jacinto (este año tenemos muchos conciertos programados ahí), en el museo de El Carmen, un museo bellísimo, también en la iglesia de la comunidad alemana Heilig Geist Kirche donde nos han recibido muy bien porque tenemos repertorio alemán y ellos quieren a escuchar lo suyo. Ahorita estamos montando, con el maestro Armando Mora, la ópera Rita, de Gaetano Donizetti y tenemos la promesa de presentarla tanto en México como en el Teatro de Playa del Carmen».
La agrupación ha ido consolidándose y el próximo viernes presentará el recital Un Atardecer Clásico en el que a las voces de Graciela Pérez y Paulo Pagnozzi se sumarán las de Rita Hernández y Rosaura González, y contarán con el acompañamiento al piano de Oleg Sifuentes. El programa es el siguiente:
- O mio babbino caro, Giacomo Puccini. Rita Hernández
- Habanera, Georges Bizet. Rosaura González
- Vorrei moriré, Francesco P. Tosti. Paulo Pagnozzi
- Regnava nel silenzio, Gaetano Donizetti. Graciela Pérez
- Quando m’en’vo, Giacomo Puccini. Rita Hernández
- Cruda sorte, Gioacchino Rossini. Rosaura González
- Che faró senza Euridice, Chritstoph W. Gluck. Paulo Pagnozzi
- Son vergin vezzoza, Vicenzo Bellini. Graciela Pérez
- Dime que sí, María Grever. Rita Hernández
- Must the winter come so son, Samuel Barber. Rosaura González
- L’amor funesto, Gaetano Donizetti. Paulo Pagnozzi
- Qui la voce sua suave, Vicenzo Bellini. Graciela Pérez
- Soave sia il vento, Wolfgang A. Mozart
En algo coinciden la ópera y el jazz, en que ambos son efímeros e irrepetibles. Dos voces autorizadas lo corroboran:
«La ópera es efímera. A pesar de las formidables técnicas de grabación de la actualidad, nada puede captar el momento y la complicidad que surge entre el público y la escena». (Charlotte Granier)
«Por muchas grabaciones que se hayan escuchado, ninguna puede equipararse a escuchar una voz en directo. En la oscuridad de una sala de ópera, en el gallinero, estiras el cuello para tratar de ver el cuerpo y el rostro, porque desde esa minúscula silueta viene la voz que invade el espacio y llega hasta acariciar tu oído». (Joanna Pitman)
Este viernes 8 de julio, a las 4:30 de la tarde, cuatro voces invadirán la Catedral Metropolitana de Xalapa. La entrada no tendrá costo, vayan y déjense acariciar por la música, crecerán algunos centímetros, no lo duden.
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