Héctor Yunes Landa, ex candidato del PRI al gobierno del estado, y José Francisco Yunes Zorrilla, senador de la República, se reunieron el pasado jueves en el puerto de Veracruz, donde enviaron un mensaje al priismo de la entidad: no hay diferencias de peso, ni confrontación entre ellos.
Por separado, ambos personajes no han ocultado sus aspiraciones por buscar la candidatura del tricolor al gobierno del estado en 2018; en diferentes escenarios, los dos ya han levantado la mano; Héctor, por un segundo intento; y Pepe, por su primera oportunidad para llegar al poder ejecutivo estatal.
Yunes Landa fue enfático al responder a los reporteros que le preguntaron por el llamado pacto de los 8 años; dijo que la derrota no estaba presupuestada y que ese nuevo escenario modifica los términos del acuerdo mencionado. Caminaremos juntos a 2017 y que en 2018 el PRI determine la candidatura a gobernador, subrayó.
Es claro que el senador en funciones y el senador con licencia decidieron no entrar en una confrontación, porque ello en nada ayudaría a que su partido, el PRI, logre recuperar el gobierno estatal en 2018.
De igual manera, resulta evidente que desde Palacio de Gobierno harán todo lo que esté al alcance del grupo que todavía se mantiene en el poder estatal para desgastar e impedir el crecimiento de Yunes Landa y de Yunes Zorrilla; un ejemplo de ello fue el mensaje dirigido por el actual ejecutivo a los alcaldes priistas veracruzanos, hace exactamente una semana, en el sentido de que ante la próxima ausencia de un gobernador emanado del Revolucionario Institucional, los presidentes municipales serían amos y señores en sus respectivas parcelas, dejando entrever que no habría nuevos liderazgos al interior del tricolor y que las decisiones importantes, como la sucesión municipal, estarían en las manos de quienes dejarán los ayuntamientos el año entrante.
Sin embargo, a pesar de los obstáculos que pudieran encontrar en el camino, lo más probable es que esas dos figuras, Pepe y Héctor, llegarán a 2018 con un acuerdo o, digamos, con una reedición, ya modificada, del llamado pacto de los 8 años.
CDE del PRI, ¿y las renuncias?
A propósito del PRI, en el ámbito nacional, el tricolor fue derrotado en siete de los doce estados en disputa; ante ese resultado, considerado como una catástrofe por los priistas, el hoy ex dirigente, Manlio Fabio Beltrones, presentó su renuncia; ya se esperaba.
Posterior a la salida de Beltrones Rivera, la presidenta interina del PRI, Carolina Monroy del Mazo, llamó a sectores y organizaciones a emprender una reorganización y actualización de las estructuras del tricolor.
Al reunirse con representantes de los llamados sectores del PRI, la ex alcaldesa de Metepec, Estado de México, planteó la necesidad de reestructurar los comités directivos estatales, los municipales y hasta los seccionales, con el fin de convertir a ese instituto político en un partido más competitivo.
En Veracruz, mientras tanto, el presidente del Comité Directivo Eestatal, Felipe Amadeo Flores Espinosa, ha preferido ignorar las voces que señalan que debe dejar el cargo, por dignidad política, pensando que ante la cercanía de los nuevos tiempos electorales, las municipales de 2017, es necesaria una reorganización a la brevedad.
Así las cosas, en vez de dar un paso al costado, el de Cotaxtla ha preferido aferrarse con uñas y dientes a la presidencia estatal del partido, sin considerar que la ausencia de un liderazgo fuerte fue uno de los factores que determinaron el resultado electoral del pasado domingo 5 de junio. La pregunta es ¿qué esperan los priistas para renovar a su dirigencia estatal?.
Amadeo Flores ha sido presidente del Tribunal Fiscal, director de Seguridad Pública, titular de la Secretaría de Gobierno, procurador de Justicia del Estado, director de Desarrollo Agrario de la Sedatu federal, dos veces presidente del Comité Directivo Estatal del PRI, presidente de la Fundación Colosio, diputado local y legislador federal en dos ocasiones; todo un dinosaurio del priismo veracruzano, a quien no se le regatea trayectoria ni capacidad política; el problema es que durante su segundo periodo al frente del PRI tuvo un paso gris, con más pena que gloria.
En el tricolor se observa como apremiante un cambio en el Comité Directivo Estatal.
Xalapa, arte y cultura
Bien hace el alcalde Américo Zúñiga Martínez en convertir a Xalapa una sede permanente de festivales, donde la población accede a la riqueza que tiene el talento humano en todas sus manifestaciones artísticas, y todo, de forma gratuita.
Ello se registró en la segunda edición del Xalapa Jazz Festival, evento que alcanzó cifras record en audiencias abarrotadas, demostrando que el público xalapeño tiene un alto interés por la cultura, además de que también hubo un creciente turismo cultural que viajó de diversas partes del país para estar presente en los conciertos de grandes músicos de nivel internacional.
El legado que también deja este evento es la reapertura del edificio IMAC, una sede que revivió gracias a la intervención de la autoridad municipal con el apoyo de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu).
Así, la capital del estado revalida el distintivo de Atenas de México, con un nivel digno de hacer renacer el orgullo de contar con una vida cultural propia de una sociedad cada vez más educada, abierta y participativa. Bien por las autoridades municipales. @luisromero85