En septiembre de 2014 se presentó el disco Roble de Agua, un proyecto de Sara Robledo para el que encomendó la dirección musical a Gilberto Anell, músico xalapeño que, además de hacer todos los arreglos y la música original, se desempeñó como trompetista, guitarrista y vocalista (Ver: Roble de Agua, oxímoron de niebla y son)
Un arreglista es, muchas veces, coautor de la pieza que arregla puesto que su trabajo sorprende a los propios autores debido a la riqueza de matices, de colores, de ritmos, de armonías, de elementos que están ahí y ellos jamás imaginaron. En el caso de Roble de Agua, Gilberto Anell, quien se confiesa admirador de Bach, sostiene que la pieza más elaborada y más lograda es el Aguanieves. Recientemente platiqué con él, la próxima semana presentaré íntegra la larga conversación que sostuvimos, por ahora les presento su concepción del Aguanieves y el resultado final.
« Tú sabes que la raíz más importante del son jarocho, en realidad, es el barroco español entonces yo siempre quise hacer una pieza barroca con un son jarocho, se han hecho cosas muy bonitas y muy interesantes, Ramón Gutiérrez, que es un músico que yo admiro muchísimo, hizo un son jarocho y le puso clavecín y se oye bien padre pero en realidad es un son jarocho con unas cosas de clavecín muy bien hechas pero yo quería hacer una composición, escribir varias voces y hacer un contrapunto y con Sara dio la oportunidad.
«Empieza el contrabajo haciendo algo parecido a lo que eran los cantus firmus del barroco acompañando a la voz de Sara, ahí ya son dos voces. Luego entra la guitarra, al estilo barroco, ahí ya son tres voces. Después entro yo cantando en contrapunto (todas las voces son diferentes). Finalmente entra la jarana pero rasgueada al estilo barroco, en contrapunto con el corno francés, y al final grabé algo con la trompeta. Después viene el Buscapiés que es más alegre y le metí también por ahí una cosa media rara. Para mí fue muy divertido y, al menos en mi opinión personal, creo que musicalmente es la pieza más elaborada, más lograda».
VER TAMBIÉN: La trompeta, neta del planeta │ Gilberto Anell / I
Desencuentros de dos mundos │ Gilberto Anell / II