Ante el uso indiscriminado de la encuesta como método de inducción del voto, el perfil de los verdaderos estudiosos de la opinión pública se diluye gracias a los mercenarios de grandes casas encuestadoras, quienes suman millonarias cifras a sus cuentas, ante la urgencia de candidatas y candidatos por mostrar al electorado cifras a modo, para reflejar una preferencia que no es total. Lo comentamos en éste Texto y Contexto hace varias semanas: están enfermos de encuestitis.

Retomo el tema porque en ésta semana que corre la Universidad Veracruzana está desarrollando el Foro de Estadística Aplicada, evento centrado en la estadística de investigación; un espacio donde los asistentes podrán escuchar, de especialistas internacionales, conceptos que hoy los políticos degradan en su discurso populachero y en sus ansias por ganar adeptos.

Pocos medios han volteado la mirada al evento, el cual podría ser fuente altamente confiable para quienes nos interesa saber las formas y los procesos a los que debe someterse un estudio de opinión en el que se quiera conocer la intención de voto.

Hace un par de días leí una nota en uno de los portales informativos con más difusión en Veracruz, la cual vale la pena citar. En el texto aparecen declaraciones de la Coordinadora de Posgrados de la Facultad de Estadística de la UV, quien afirma que las encuestas presentadas por los candidatos serían más confiables si las realizaran en la Facultad de Estadística de la UV, ya que “Comúnmente no hay un fundamento estadístico, son manejadas al vapor, no cuentan con los lineamientos ni metodología estadística de diseño y planeación, por tanto no son tan confiables. Muchas veces son manejadas a conveniencia porque así lo piden los candidatos, pero los que nos dedicamos a la estadística tenemos que tener la ética para realizarlas”.

Una acción de esa magnitud permitiría dar certeza a la ciudadanía acerca de las prácticas de cálculo que hacen los equipos de campaña, casi como si fueran oráculos para definir el destino de sus jefes; además daría oportunidad a estudiantes de enfrentarse a parte de la realidad de su ámbito profesional. “Sería bueno porque los alumnos tendrían la oportunidad de ver otro tipo de problema con datos reales; hubiera cabido la posibilidad de vincular un proceso electoral con la Facultad de Estadística, donde los alumnos de estadística participaran de lleno en el proceso de la captura y vean el grado de responsabilidad que hay y compromiso ciudadano para hacer las cosas claras, con la finalidad de que la ciudadanía vea realmente quién está en la preferencia ciudadana”, concluyó la citada.

Es que nadie ha tomado en cuenta la importancia de que en la capital veracruzana haya una Facultad de Estadística, con catedráticos de alto nivel, actualizados en el contexto del desarrollo de su materia; bien podrían aportar mucho en el progreso de la entidad, si se tomaran en cuenta, si se les diera el lugar que merecen como institución y como profesionales.

Imagine al equipo de estudios de opinión de la UV haciendo análisis de las necesidades de la ciudadanía, por región, por grupo de edad; canalizar esos datos a las dependencias pertinentes y armar un programa de gobierno basado en un ejercicio de altísimo rigor, como el que las y los universitarios son capaces de hacer.

Imagine, por otro lado, que la radio y televisión de los veracruzanos pudiera saber las preferencias y necesidades de información de su audiencia, al que se debe por ser un medio público.

Pero como todo lo correcto hoy es imposible, es pedir peras al olmo. Ni como bandera electoral lo ha empleado algún candidato a la gubernatura, y eso que varios se rasgaron sus camisas a la hora de plantarse frente a Palacio de Gobierno en defensa de la UV.

Mientras -así como en la Facultad de Estadística de la UV y en los otros espacios universitarios- el talento es desperdiciado. Escriba a mrossete@nullyahoo.com.mx formatosiete@nullgmail.com www.formato7.com/columnistas