Mutatis Mutandis
Por Rafael Arias Hernández.
A menos de 198 días del final y a 20 de elecciones. Más periodistas caídos, perseguidos y desatendidos. Aumentan los miles de millones de pesos desaparecidos. Más deuda pública y delictiva administración. Más debilitamiento y destrucción de instituciones.
¿Continuidad o cambio?
Necedad y obstinación en restar credibilidad y confianza a las elecciones, con imposición de nombramientos cuestionados, hasta de conocidos maleantes; en apoyar notoria delincuencia electoral gubernamental en acción, que usa y abusa de programas asistenciales y de desarrollo social; en fomentar, cara y descarada guerra sucia contra el principal opositor, en buena parte con recursos públicos de los empobrecidos veracruzanos; y en sostener a candidatos “zombis”, de poca o nula representación, presencia y estructura estatal, activados solo para desorientar, dividir al electorado y restar votos al principal contendiente.
Enfrentar y erradicar el creciente mal
Continúan irresponsables sastres de los desastres, que ni hacen su trabajo en el gobierno estatal, ni atienden o resuelven viejos y nuevos asuntos públicos y de prioridad social, pues ellos mismos ya son el problema principal.
Inútil ocultar o negar lo obvio, ineptos y corruptos, intocables y reciclables, cómplices e impunes tienen sumido a Veracruz de desastre en desastre.
Y viene lo peor, cuando se sepa el verdadero tamaño del daño y las consecuencias, que ya se empiezan a padecer.
¿Qué harán los actuales, cuando no haya más fuero ni protección? ¿Harán, junto con el partido político que los sostiene (PRI), frente a responsabilidades y culpabilidades? ¿Se van unos y se quedan otros a protegerlos?
Claro que ineficientes y delincuentes en el gobierno, es lo que esperan y en ello trabajan día y noche: en la continuidad de la impunidad.
Que todo cambie para seguir igual o peor, al fin y al cabo ellos le han sacado y esperar sacar provecho a la desgracia, limitaciones y sacrificios crecientes de millones de veracruzanos.
No confundir ni confundirse, ineptos y corruptos con sus cómplices y encubridores, son el problema y no la solución, son la enfermedad y no la curación.
Como siempre hay y habrá quienes decidan apoyar, integrarse o aliarse con hampones electorales y verdugos. No es nuevo.
Incluso, hay y habrá convencidos y creyentes, que ejercerán su derecho y libertad, ignorando o sin considerar el problema principal; y, también ilusos que contribuirán en la fragmentación y división del voto, que como siempre favorecerá a los que están. Riesgos de la Democracia que hay que tratar de evitar y reducir.
Pero otros, mercenarios y oportunistas, serviles y convenencieros sacaran provecho por la prestación de sus servicios, hasta como delincuentes electorales.
Unos y otros son determinantes del divide y vencerás, para asegurar más de lo mismo.
¿Quiénes sostienen la impunidad?
La impunidad no se da sola, o por nada; no cae del cielo, ni es automática, ni gratuita o infundada. Se basa en complicidad, encubrimiento, disimulo y cumplimiento de un compromiso, encargo, favor o adeudo, por lo regular en contra o fuera de la ley o norma establecida.
Así se forman bandas, carteles y, hasta costosas pandillas juveniles o seniles, que sólo se preocupan y ocupan de su provecho y enriquecimiento personal y de grupo.
Dedicados a evitar, como es costumbre, que se integren equipos de trabajo, eficiencia y resultados positivos para la sociedad; a impedir formación y presencia de honestos y cumplidos servidores públicos; que pocos o contados, pero los hay.
Por tanto, necesariamente involucra a muchos de diversas maneras; es, en múltiples formas, red o cadena, sistema o estructura que une en torno de beneficios y ventajas mal habidos, ilegales e injustos.
Sus partícipes o miembros son activos y pasivos, por su acción u omisión, por su interés o indiferencia. Callan y no dicen nada, o hablan encubren y engañan.
Como conocidos medios y comunicadores son escandalosos y distractores, fomentan entretenimiento y espectáculo. Buenos para evadir y desatender lo importante; para ilusión y enajenación, uso y abuso de cortinas de humo, fantasías y espejismos. Buenos para alentar y apoyar, coros de aduladores, serviles y abyectos.
Imprescindible, siempre considerar a oportunistas, serviles, convenencieros y hasta necios e ilusos, cuya aportación y apoyo a los conocidos y padecidos, es notoria.
Ni olvido, ni exclusión del programa principal.
¿Cómo explicar lo obvio, lo evidente?
Podría recurrirse, al relato o cuento infantil, para decir:
Había una vez, un costeño y alegre estado carnavalesco, conocido como “estado próspero”, “adelante”, “del no pasa nada y todo va bien”.
En su territorio, tanto buena parte de sus gobernantes y funcionarios, como sus respectivos socios en instituciones financieras, empresas y organizaciones sociales, practican hasta la ignominia tanto la continuidad de la impunidad, como la teoría y práctica del optimismo extremo, injustificado e impertinente. Lo hacen, como parte de una ventajosa estrategia de distracción y enajenación permanente, para intentar negar la inocultable realidad; o como mensaje placebo distractor, insistente y convenenciero.
Todo siempre lo ven en positivo: y también a todo le sacan provecho, incluso de la desgracia hacen negocios; de cualquier desastre natural, social o gubernamental se benefician; sin el menor recato lucran con dolor y desgracias individuales y sociales; y, desde luego, en todo caso sostienen que no importa el tamaño del daño, lo que les interesa es el tamaño de su beneficio y las innumerables ventajas que pueden obtener.
Los hechos son irrefutables. Los efectos muy claros. No responden a la confianza, que en ellos se deposita. No desempeñan sus obligaciones y deberes, mucho menos asumen sus innumerables compromisos y promesas de campaña. No cumplen ni hacen cumplir la ley, simulan y hacen como que hacen. No ofrecen resultados positivos y comprobables, mucho menos transparentan todos sus actos y rinden cuentas puntuales. Prioritario denunciarlos.
Pero eso sí, se saben intocables y reciclables, para eso mantienen y apoyan cómplices y encubridores, contratan y sostienen, costosos distractores y entretenimientos; acusaciones sensacionalistas y exageradas, reales o inventadas; espectáculos morbosos de evasión y válvula de escape de responsables y culpables. Todo para distraer, dividir, fragmentar y abusar de voluntad y voto popular.
¿Continuidad o cambio?….DENUNCIAR.
*AcademicoIIESESUV@nullRafaelAriasH.Facebook:VeracruzHoydeRafaelAriasHdez