Hay un sabio refrán popular que dice que tenemos el gobierno que merecemos, y hoy estamos comprobando igualmente que tenemos los candidatos que merecemos.

Habrá quien no esté de acuerdo, y se entiende que muchas y muchos quieran escapar de la generalidad tan oscura en la que está sumido el país y el estado; hay sectores que luchan diariamente desde sus campos de acción para mejorar el entorno, ponen su grano de arena, pero bajo la sombra  del monstruo gigantesco que es el aparato político poco relucen esos casos excepcionales. Amas de casa entregadas a la formación de l hogar, médicos, abogados, maestros de verdadera vocación; si hay quienes luchan y dejan lo mejor de si a la sociedad pero las frases citadas al principio retumban en los oídos de la mayoría cuando vemos la categoría de quienes nos representan y quienes quieren representarnos.

No digo esto hoy con la intención de que levantemos un movimiento social, ni para hacer hincapié en la gran apatía en que muchas y muchos viven, obligados por el subdesarrollo y la decepción, no lo hago para ilustrar a los actores políticos que nos tocó mantener con dinero público todos ellos miembros de la administración saliente, esos no tienen remedio, pero de los que quieren entrar sí.

Hace unos días fuimos testigos, de algunas acciones de promoción de distintos candidatos y candidatas a una diputación por Xalapa, quedamos entre encabronados e indignados.

Lo primero que se advierte es la gran cantidad de basura que dejan regada en la vía pública y en las cocheras de las casas. Valiéndoles madre, los promotores avientan calcomanías, trípticos, flyers, sticker, sin pensar el desperdicio de recursos económicos, ya ni digamos el desperdicio de papel sabiendo que es producto de un recurso natural. Luego de la avanzada que tira la basura viene el perifoneo, un vehículo automotor con una bocina amarrada al toldo sonando jingles (canciones promocionales que suenan como éxitos de música comercial) con letras que ofenden la poca o mucha inteligencia del ciudadano, hay que chutarse los temas por unos 5 minutos en lo que, a paso lento, el auto en cuestión se aleja hacia la siguiente cuadra, con un escándalo más que estridente (y miren que esto ya excede el concepto de ruido); luego, en persona, los integrantes del equipo especializado en montaje de plataforma promocional gráfica, los cuelgalonas; más de un vecino acepta y ya vemos varias fachadas con los rostros de los contendientes, escupiendo en la cara los conceptos de cualquier arquitecto urbanista que considera a Xalapa como ciudad de las flores, hoy de las lonas.

Con esa breve muestra de las acciones de promoción de candidaturas basta para ver la categoría de diputadas y diputados que vamos a tener; gente que toma la acción política de convencimiento, de exposición de ideas, como escaparate de la calle revolución, donde igualmente encontramos helados, telas, ropa, zapatos, librerías, miados y cagadas de perro, gente mendigando, bulla, puestos ambulantes, basura, insalubridad, tacos, tortas; de esa categoría es su aspiración por ser representantes populares, señoras y señores, popular no quiere decir que deban acorrientar sus formas, popular se refiere a que sean capaces de representar al pueblo, a la mayoría de sectores que forman sus distritos.

Pena, que pena, posiblemente tengamos los políticos que merecemos; pero ustedes, señoras y señores candidatos, no merecen ni siquiera aspirar a un puesto de elección con la poca calidad de propuestas que traen, con las tristes formas de darse a conocer, pensando que el puesto al que quieren acceder es como ganarse un lugar en el tianguis de la revo, cuando la capital veracruzana merece algo mejor y, créanme, poco más sería mejor en comparación a ustedes.

En calidad de mientras sigan tirando basura, sigan con sus escándalos de bailongo popular, sigan dándole al zumba como si fueran la mejor forma de activación física, sigan viendo a los electores como público de Laura Bozzo, se les va a acabar porque desde la colonia más pobre de su distrito hasta la zona de mejor calidad de vida las y los ciudadanos son los mismos, piensan lo mismo, la calidad de los políticos es paupérrima. Entre nuevas (políticamente), exfuncionarios, exdiputados, y ciudadanos disfrazados de políticos no se hace uno. Si ustedes no saben por quién votar para gober, ni les pregunto para diputado.

¡Pásele, pásele, lleve su diputada, lleve su diputado!. Escriba a mrossete@nullyahoo.com.mx formatosiete@nullgmail.com www.formato7.com/columnistas