Genial, estupenda, original, la idea de Héctor Yunes (o de su equipo) de exponer a la sociedad su casa; así lo consideraron muchas y muchos, menos Miguel Angel Yunes Linares, quien no se ocupa en pelar al primohermano y entrarle al reto de exponer su hogar, él sigue concentrado en exponer sus propuestas de campaña y señalar al actual gobernador del estado en ataques frontales sobre su función como primer mandatario.
Y la idea no es descabellada, mucho podría inferirse acerca del estilo de vida y nivel socioeconómico de una persona con el simple hecho de recorrer su casa. Imaginemos, por ejemplo, ver donde defecan los candidatos, si es porcelana, mármol o cerámica; el bote de ropa sucia, los calzones sudados por la caluroso jornada de petición del voto; o esculcar su refrigerador, a lo mejor con unas cheves bien muertas, el jamón y el queso para el lunch, entre actividades de campaña; el tamaño de la cama, matrimonial, king o queen size, sábanas de hilos egipcios o el paquete de Viannei pedido por catálogo; el guardarropa, cuántos pares de zapatos, florsheim o flexy; las camisas, los tacuches, las guayaberas, los relojes, los perfumes. Mucho de la personalidad y hábitos de la gente se pueden conocer desde la disposición de los espacios en su hogar, la cantidad de televisores, si hay cable o Sky, el tamaño de la cocina, el número de habitaciones; todo cuenta.
Muy singular el reto, justo para el tipo de consumidores de medios de hoy en día, una foto podría decir más que cualquier declaración 3 de 3. Pues sí, que se abran las puertas señoras y señores; pero también de los otros candidatos, o todos coludos o todos rabones; porque todos han buscado llegarle a la trasparencia y austeridad como cualidad, pues empiecen por sus casas, si nada hay que ocultar, entonces qué de malo tiene. Conste que no es que un servidor apoye a Héctor Yunes, pero la idea ha llamado la atención de muchos, como un ejercicio de transparencia pero sin llegar a pasar los límites de la privacidad familiar.
¿Qué tan mediática o qué tan honesta es la ocurrencia? Eso lo sabrán los “hectorcistas”. Pero entonces, ¿por qué no abrir también las puertas de las casas de campaña? por cierto, las de los primos hermanos coinciden en haber sido agencias automotrices de la misma marca, una en Xalapa y otra en Boca del Río. Dejen entrar a la sociedad a sus oficinas también, para saber cuántas computadoras hay, cuántos escritorios, cuántos empleados y qué funciones desempeñan, cuántos lujos hay para el candidato y sus cercanos, cuántas camionetas, autobuses y choferes y demostrar cuánto cuesta todo ello; esa sería verdadera transparencia.
Y si de defenderse y no ocultar se trata, pues vayan abriendo las puertas de las verdaderas casas del pueblo veracruzano, empezando por Palacio de Gobierno, que ha estado bajo control de escoltas durante todo el sexenio, ha sido limitado el tránsito de los ciudadanos como si temieran diariamente por su seguridad en un estado donde el gobierno dice que no pasa nada; el miedo no anda en burro. Y que se abra también el Palacio Legislativo, que las y los ciudadanos vean cómo se desarrolla el trabajo de sus representantes, muchos dirán que está abierto para quien quiera, pero no es verdad; que muestren los lujos de las y los diputados, nada cercanos al estilo de vida de sus “representados”.
Y por último, si de honestidad y honorabilidad se trata, abran la Casa Veracruz, esa fortaleza de la colonia 2 de abril; como cuando Don Fernando Gutiérrez Barrios dejaba pasar a los vecinos en las posadas decembrinas, conviviendo con los de a lado, con sencillez, sin temor; dejen ver la cantidad de empleados de ayudantía con los que cuentan, dejen ver como cocina un chef especialmente para Javier Duarte y sus comensales consentidos, enseñen cómo viven los pavorreales y los corgis pregunten a los vecinos si están de acuerdo en que personal armado y sin uniforme deambule por la cuadra frente a un jardín de niños y una primaria portando armas largas en actitud agresiva. ¿Verdad que no?, ¿verdad que la idea no les va a gustar?, pero a la hora de llamar la atención si hay que entrarle, pues sean congruentes y no nada más ocurrentes. Y de pasadita, abran el OPLE Veracruz y empecemos por el juez.
Dice un proverbio chino: “Antes de iniciar la labor de cambiar al mundo, da tres vueltas por tu propia casa”. ¿Así o lo explicamos con manzanas? Escriba a mrossete@nullyahoo.com.mx formatosiete@nullgmail.com www.formato7.com/columnistas