Hasta finales del año pasado, Gerardo Buganza Salmerón fue uno de los pocos miembros del gabinete del gobernador Javier Duarte que se salvaban por su aparente honestidad y congruencia políticas.

Sin embargo, en los últimos meses, el ex secretario de Gobierno y ex titular de la Secretaría de Infraestructura y Obras Públicas (SIOP) ha venido dando una serie de tumbos en su carrera política que han puesto en entredicho su seriedad y el valor de su palabra.

De hecho, el rosario de incongruencias en las que últimamente ha venido incurriendo se inició en 2013, cuando fue destituido de la SEGOB para dejarle el despacho al ex dirigente estatal del PRI y actual diputado federal por Acayucan, Erick Lagos Hernández.

Y es que desde que tomó posesión de esa Secretaría, en diciembre de 2010, Buganza había dicho que permanecería ahí los seis años de la administración de Duarte de Ochoa porque no aspiraba a suceder a su jefe en la gubernatura, y que si algún día el mandatario veracruzano decidía prescindir de sus servicios, él no buscaría ni aceptaría otra posición en el gabinete sino que preferiría dedicarse a sus negocios privados. Sin embargo terminó aceptando la SIOP para sacar del apuro al gobernante, quien tenía la presión de los Juegos Centroamericanos y del Caribe de noviembre de 2014 ya que buena parte de las obras de infraestructura deportiva estaban inconclusas.

Buganza retornó en enero de 2015 a la SEGOB porque Erick Lagos sería postulado por el PRI a la diputación federal, pero luego, seis meses después, en julio de ese año, anunció sorpresivamente a través de un video –aún sin dimitir al cargo– que buscaría postularse a la gubernatura de Veracruz como ¡candidato independiente!

Posteriormente, en una carta pública expuso que se separaba del cargo “en plena congruencia profesional y personal” para “emprender un nuevo proyecto”.

“Quiero encabezar un movimiento que regrese el sentido ciudadano a la política (…) Por ello de manera directa lo digo: Voy a buscar la candidatura al gobierno de Veracruz por la vía ciudadana.” Y argumentó que lo iba a hacer porque “hay que cambiar de fondo si en verdad aspiramos a estar mejor”, y que “los partidos y quienes se perfilan como candidatos para encabezarlos, solo ofrecen más de lo que ya no queremos.”

“Los partidos se han convertido en aparatos ineficientes, que siguen ofreciendo lo que no han podido cumplir. Por eso la gente cada vez tiene menos confianza en la política, en los partidos y en los intereses de grupo que operan dentro de estos partidos. Cada vez hay mayor rechazo a esos intereses que pretenden manejar a los partidos, solo para manejar sus ambiciones. No podemos seguir pensando que los partidos nos van a resolver los problemas. Si no podemos confiar en ellos ¿por qué entonces los necesitamos? La decisión debe quedar en nuestras manos”, dijo.

En esa carta, Buganza puntualizó que “la ley ya permite participar a los ciudadanos sin la necesidad de competir a través de los partidos políticos”; refirió que “en otros lugares está pasando”, que “ya vimos que sí es posible”, que “las candidaturas independientes están ganando”, y aludió al caso concreto de Nuevo León, donde “un candidato como ‘El Bronco’ desafío y le ganó a los partidos tradicionales…”

Y enfatizó que “este proyecto al que habré de invitar a toda la ciudadanía a que se sume, no es producto de una ocurrencia, ni de una persona; es la legítima expresión de quienes ya estamos hartos de los partidos políticos.”

“Pongamos un freno a quienes representan todo eso que ya no queremos”, arengó a los veracruzanos, recordándoles que “la política puede y debe ser diferente.”

Sin embargo, seis meses después, cuando ya había reunido más de 191 firmas ciudadanas para avalar su candidatura independiente –muy arriba del mínimo que exige la ley electoral–, Buganza declinó inesperadamente. “Ante la fuerza de nuestro movimiento, los partidos y sus intereses no se han cruzado de brazos. Y toda vez que no hay garantías de una contienda electoral democrática, he tomado la decisión de no continuar con el proceso como aspirante a candidato independiente, y en las próximas horas informaré al OPLE de esta decisión”, escribió Buganza en su perfil de Facebook en febrero de este año.

Pero ahora, pese a su manifiesto repudio a los partidos y a su descalificación del proceso electoral, Buganza está por ser registrado oficialmente por el PVEM como candidato a diputado local en el número uno de su lista plurinominal. ¿Pues de qué tamaño será la carnada que le pusieron en el anzuelo para que se enganchara de fea manera el ex panista? ¿Qué más habrá, aparte de la prometida coordinación política de la LIV Legislatura local?