Gracias al poder del internet, Paquito D’Rivera se presentará en el concierto que anualmente organiza la UNESCO para celebrar el Día Internacional del Jazz. La cede elegida para este año es la Casa Blanca y los anfitriones serán el presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, y la primera dama, Michelle Obama. El saxofonista cubano había sido invitado por el Thelonious Monk Institute al concierto en el que actuarán, entre otros, Chick Corea, Aretha Franklin, Jimmy Heath, Dave Holland, Al Jarreau, Diana Krall, Christian McBride, John McLaughlin, Pat Metheny, Danilo Pérez, Wayne Shorter, Esperanza Spalding, Sting y Chucho Valdés. Unos días después, sin mayor explicación, recibió un comunicado del prestigiado Instituto en el que se le informaba que su participación había sido vetada.
Ante tal atropello, D’Rivera dirigió una carta al presidente Obama que, además, hizo pública a través de los medios de comunicación. Cito algunos fragmentos de la misiva:
«(…) hace unos pocos días recibí una llamada del Monk Institute informándome sin más detalles que mi propuesta había sido ‹vetada› por quienes organizan el espectáculo.
«Si lo que estuviera en discusión fuera mi aporte artístico a la cultura americana y al jazz no me tomaría el trabajo de escribirle esta carta, Sr. Presidente. Sin embargo, mucho me temo que este ‹veto› obedezca a mi posición mantenida durante años en contra de la dictadura que oprime a Cuba, mi país de origen, y a favor del respeto a los derechos humanos y de los valores democráticos que tan bien usted defendió hace unos días en La Habana. No sería la primera vez que soy víctima de discriminación por mis convicciones democráticas a instancias de la dictadura cubana, incluso en este país. Y sin embargo este caso se me hace particularmente preocupante por tratarse de un evento del cual usted será su anfitrión.
«Sr. Presidente (…) Me preocupa que este acto de discriminación política se produzca en un evento en su casa que es la casa de todos los americanos por lo que tiene de simbólico y también de ejemplar.
«Supongo que la decisión de vetar mi presencia fue tomada a sus espaldas, pero mi exclusión del evento se hará a plena luz pública. Apenas cumplo con mi deber ciudadano de advertirle que incluso un evento que celebra un género musical que encarna la aspiración de libertad de tantos seres humanos puede ser usado en sentido contrario a la propia idea de libertad. Por el respeto que le tengo –acrecentado por su reciente actuación en mi país de origen– creo que es mi deber informarle de que su condición de anfitrión está siendo manipulada por aquellos que niegan los mismos principios que le permitieron a usted acceder a la presidencia de este país y a mí a dirigirme al hombre más poderoso del planeta con entera libertad y sin miedo a represalias».
Más allá de cualquier posición política hacia el gobierno de la isla y sus detractores, más allá de simpatías y antipatías, de ser cierta la discriminación por razones ideológicas, sus promotores estarían atentando contra la esencia del Día Internacional del Jazz. Como sabemos, en agosto de 2011 Herbie Hancock propuso a la UNESCO que se destinara un día para celebrar al jazz a nivel mundial, algunos de sus argumentos fueron:
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«El jazz se ha convertido en una forma artística internacional, que evoluciona a medida que viaja por el mundo, tomando prestado lo mejor de otras naciones y regiones para enriquecerse. Reacio a toda definición, el jazz habla muchas lenguas y se ha vuelto una fuerza unificadora para sus seguidores, sin distinción de raza, religión, origen étnico o nacional. En el 100º Congreso de los Estados Unidos, el jazz fue declarado ‹tesoro estadounidense excepcional y valioso›, pero hoy en día pertenece a todo el mundo.
- «La designación del 30 de abril de cada año como Día Internacional del Jazz acercaría a las comunidades, las escuelas y otros grupos de todo el mundo para celebrar el arte del jazz, aprender más sobre él y descubrir cómo se volvió parte de sus respectivas culturas.
- «El 30 de abril de cada año se dedicará a dar realce a la alegría que el jazz puede brindar como fuerza unificadora. Este estilo musical propicia el acercamiento entre las culturas».
La propuesta fue aceptada y en noviembre de ese mismo año, la Conferencia General del organismo proclamó el 30 de abril como Día Internacional del Jazz bajo las siguientes premisas:
- «El jazz rompe barreras y crea oportunidades para la comprensión mutua y la tolerancia
- «El jazz es una forma de libertad de expresión
- «El jazz simboliza la unidad y la paz
- «El jazz reduce las tensiones entre los individuos, los grupos y las comunidades
- «El jazz fomenta la igualdad de género
- «El jazz refuerza el papel que juega la juventud en el cambio social
- «El jazz promueve la innovación artística, la improvisación y la integración de músicas tradicionales en las formas musicales modernas
- «El jazz estimula el diálogo intercultural y facilita la integración de jóvenes marginados.»
En este, como el cualquier contexto, el menor asomo de censura resulta inaceptable. Afortunadamente la carta produjo un efecto casi inmediato, poco después de ser publicada, Brenda Feliciano, esposa y representante del músico declaró al Diario de las Américas:
«Estamos en medio de una presentación en Nueva York. Acaban de ratificar la presentación de Paquito en la Casa Blanca. Mañana (jueves 21 de abril) tendremos más información.»
Aunque sea con «manita de puerco», es de sabios cambiar de opinión y desde aquí celebramos la enmienda. En hora buena.
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