Marzo fue un mes violento en Veracruz. Basta echar un ojo a los reportes de prensa para darse cuenta de que el tercer mes de 2016 no se caracterizó por el orden y la tranquilidad social; al contrario, los hechos delincuenciales fueron constantes.

Si en febrero se encendieron los focos de alerta por el incremento en el número de los delitos registrados en la entidad veracruzana, con respecto al mes previo, enero, durante marzo las cifras presentaron un mayor repunte.

El último reporte del Sistema Nacional de Seguridad Pública, correspondiente a marzo, que toma como base la información remitida por las agencias del Ministerio Público, establece que el mes pasado se produjeron en Veracruz 3 mil 558 delitos; es decir, 800 más que los de enero y 500 más que los de febrero.

Con relación al primer mes del presente año, marzo registró un aumento del 40 por ciento en el número total de robos, que pasó de mil 055 a mil 419. La tendencia a la alza también se presentó en el robo con violencia, cuyas cifran pasaron de 283 durante enero, 426 en marzo.

El robo de vehículos aumentó en la misma proporción, 40 por ciento; fue de 91 a 130 en dos meses. Cada día de marzo, en promedio, más de 4 autos fueron robados en Veracruz.

Si bien se mantuvo el cero en cuanto a robo a instituciones bancarias, el número de las denuncias por lesiones se disparó de forma considerable, al pasar de 253 a 347, casi un caso al día.

Por otro lado, la casilla correspondiente al homicidio se mantuvo igual que hace dos meses y con un muy ligero, casi insignificante repunte con relación a febrero.

El secuestro continúa como el mayor problema de Veracruz en materia delictiva, el talón de Aquiles de las corporaciones policiales; hasta el primer trimestre del presente año se han acumulado, de manera oficial, 31 personas privadas ilegalmente de su libertad, sin contar con los casos que, por diferentes motivos, no se convierten en denuncias ni en averiguaciones ministeriales, por lo que no se incluyen en las estadísticas del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.

Durante marzo se asentaron en la Fiscalía de Veracruz 12 denuncias por ese delito; esto es, casi una cada dos días, lo que convirtió a la entidad  en la segunda en ese renglón, donde superó ya al estado de Tamaulipas, que tuvo 10 casos, pero se mantuvo debajo del Estado de México, puntero de la lista, con 25 secuestros.

Por cierto, lo que ocurre en la entidad gobernada por Eruviel Ávila es tan dramático en esa materia que para entender la dimensión del problema basta decir que la suma de los secuestros registrados en Veracruz y Tamaulipas no llega a la cifra de los mexiquenses.

Emigran por miedo a los delincuentes

Regresando a la entidad veracruzana, el problema derivado de la delincuencia se ha intensificado de manera considerable; de norte a sur, de la Huasteca a la región Olmeca, no hay territorio exento de la inseguridad.

La percepción social es sumamente desfavorable para las autoridades, que se observan rebasadas por el hampa.

Un ejemplo se registra en el municipio de Tlapacoyan, donde la población, cansada de la inseguridad, salió a las calles para protestar y pedir mayor vigilancia. Durante semanas, la gente soportó la actividad delictiva de un grupo que sentó sus reales en la zona, asaltando, exigiendo pago de cuotas al comercio y secuestrando a profesionistas y pequeños empresarios.

Las radiodifusoras locales, MS Radio, que dieron una buena cobertura al caso, consignaron declaraciones del presidente del Club Rotario del lugar, Alfredo Serrano Herrera, quien apunta que decenas de familias han emigrado por el problema de la delincuencia.

El asunto fue creciendo hasta llegar a su clímax, primero, con el cierre de comercios y la inactividad de prácticamente todo el sector salud particular, consultorios médicos, algunas farmacias y laboratorios de análisis clínicos; y segundo, con una marcha, que sería la envidia de cualquier candidato al gobierno del estado.

La indignación en Tlapacoyan crece a la par que la exigencia de justicia.  Por ello, un numeroso grupo de personas de esa cabecera (que tiene poco más de 61 mil habitantes, de acuerdo con Inegi) bloqueó el pasado jueves la carretera federal en la salida a Martínez de la Torre. Desde ese último municipio, el más importante productor de lima persa del país, se interrumpió el paso a la capital del Estado, a Puebla y al Altiplano.

Casi un día duró el bloqueo, ante la falta de sensibilidad de las instancias gubernamentales; comentan en el lugar que un regidor del ayuntamiento llegó en estado de ebriedad a intentar convencer a los manifestantes de que liberaran el paso; el alcalde apareció cuando quiso y el gobierno estatal envió sólo a funcionarios de medio pelo para abajo, lo que tenía muy molesta a esa gente.

Al final, el bloqueo carretero de Tlapacoyan se resolvió un día después, el viernes por la tarde, pero el problema de la inseguridad se mantiene latente en un punto del territorio estatal donde las familias han comenzado a emigrar, para no ser víctimas de la delincuencia.

El debate y el reto de Héctor a Miguel Ángel

Casi para finalizar el debate entre los candidatos al gobierno de Veracruz, organizado por el Organismo Público Local Electoral, el abanderado de la alianza PRI-Verde-Panal-Ave-PC, Héctor Yunes Landa, lanzó un interesante reto al aspirante de PAN-PRD, Miguel Ángel Yunes Linares.

El priista convoco al candidato del blanquiazul a que abran a una comisión de veracruzanos destacados las puertas de sus casas, a fin de que se vea cómo viven y cuáles son sus bienes.

Por supuesto, Yunes Landa sabe que es muy poco probable que el panista acepte el reto, sobre todo porque ello abonaría a la campaña priista.

De esa forma, Héctor Yunes aprovecha bien el contexto de las acusaciones por enriquecimiento inexplicable de su principal contendiente.

En el debate, por cierto, Miguel Ángel Yunes prefirió dejar pasar los constantes señalamientos del priista y de los candidatos del PT y Morena, así como del único aspirante independiente en la contienda.

En el PRI celebraron lo que consideraron otro triunfo en debate; el primero, apuntan en el CDE, ocurrió en Coatzacoalcos, en el organizado por Olmeca TV.

En fin, el debate organizado por el OPLE no defraudó; tuvo de todo, propuestas y argumentos, al igual que señalamientos, acusaciones y descalificaciones; los dardos de Héctor Yunes dieron en el blanco, al igual que los de Miguel Ángel,  aunque los de éste último tuvieron como principal destinatario al gobernador Javier Duarte. @luisromero85