Leo en la página oficial de la ONU (http://www.un.org/es/events/motherearthday/) y me asombro:

“Tema 2016: Los árboles para la Tierra

“El Día de la Tierra comenzó a celebrarse en los Estados Unidos de América en 1970 y ahora se dirige hacia su 50 aniversario. El Día está organizado por la Earth Day Network, cuya misión consiste en ampliar y diversificar el movimiento ambiental en todo el mundo y movilizarlo eficazmente para construir un medio ambiente saludable y sostenible, hacer frente al cambio climático, y proteger la Tierra para las generaciones futuras. El tema de este año tiene el objetivo de plantar 7,8 millones de árboles en los próximos cinco años.”

Y digo que me asombro, porque plantar 7 millones 800 mil árboles en todo el mundo en cinco años, es como para que cualquier técnico forestal o alguno de nuestros sapientes indios que viven en las sierras veracruzanas se mueran de risa.

Sepan la agropecuaria lectora y el agrícola lector que tan sólo en un vivero de las faldas del Pico de Orizaba, ubicado en el municipio de La Perla, en el rancho El Berro, propiedad del Gobierno de Veracruz, se llegaron a plantar en un periodo de 12 meses casi 8 millones de semillas, las cuales tuvieron un 90% de éxito y se convirtieron en 7 millones 200 mil árboles allá por el año 2005.

¿Cómo entonces la ONU se ha puesto una meta tan reducida?

Bueno, el problema no es de falta de voluntad, sino de mala traducción, porque acudo a esa misma página en inglés y leo: “With this year’s theme, looking forward to its 50th anniversary, it sets the goal of planting 7.8 billion trees over the next five years”.

Ah, así la cosa cambia son “7.8 billion trees”, que bien traducidos al castellano significan 7,800 millones de árboles para plantarlos los próximos cinco años en todo el planeta.

Y encima, la buena noticia es que Veracruz va a recuperar su capacidad productiva y en los dos años siguientes va a aportar cerca de 20 millones de árboles a esa meta de la ONU.

Platico con el antropólogo Julio Eloss Moctezuma, que es un experto en el tema forestal y el social conjuntamente, y me comenta que más que reforestar, lo que se requiere es restaurar, que es un concepto más amplio que implica la conservación de suelos, y con eso evitar las caídas brutales de agua que provocan grandes daños urbanos.

Me dice don Julio que el factor fundamental de la restauración de los bosques es que deben estar totalmente integradas las comunidades, hacer conciencia para que el proceso lo realicen las personas que viven en el entorno -los indígenas, de acuerdo con el origen etimológico del término-, y así este tema ambiental se extiende a ser una solución para la falta de empleo en nuestras zonas másmarginadas.

Bien por el Día Mundial de la Tierra, bien por la plantación de miles de millones de árboles, pero mejor por los proyectos para integrar a las comunidades campesinas eindígenas en un proceso productivo que fomenta el arraigo y evita la migración a los Estados Unidos.

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