La semana inició (ya lo comentamos ayer) con la Universidad Veracruzana en la agenda política estatal. Lo impulsó el foro organizado por el colectivo En Defensa de la UV, al que asistieron 6 de los 7 candidatos a la gubernatura. Faltó uno, se hizo escarnio de esa ausencia, pese a cumplir con otro compromiso en la misma universidad, pero ¿qué tan importante es conocer su propuesta para la UV?

Apenas bastaría recordar que, en otro foro universitario, el priista planteó acciones que favorecen a la casa de estudios. En efecto, hace tiempo que la agenda de Héctor Yunes Landa incluye un apartado universitario. Le preocupan no solo los problemas financieros por los que atraviesa la casa de estudios, de la cual es un brillante egresado, sino también lo que tiene que ver con las pensiones y jubilaciones en que son afectados los universitarios.

Una de las formas en que el gobierno estatal ha tratado de doblarle la mano a la UV ha sido precisamente tratando de implantar una reforma a la Ley del IPE que la obligue (también a otros organismos, pero la iniciativa tiene especial dedicatoria) a subsidiar con sus recursos el desfalco que se ha cometido con las finanzas de esa institución.

En sus propuestas, Yunes Landa señala que “la Universidad Veracruzana no es solo una memoria ni un espejo, es un telescopio que visualiza el futuro. Es el generador de talento más grande que tiene Veracruz”.

Entre las acciones diseñadas por su candidatura para que la UV vuelva a ser “referente y orgullo de México”, se encuentran, centralmente, otorgarle autonomía presupuestal, lo que justamente han estado planteando los universitarios, así como el incremento al financiamiento de la UV, incluso gestionando una mayor participación del gobierno federal.

Sobre este último punto ha habido voces universitarias que señalan que eso no es posible, sin embargo, la búsqueda de un mayor porcentaje del gobierno federal en el subsidio universitario es muy factible si se realizan gestiones al más alto nivel que permitan acercarnos con lo que se hace en todas las demás entidades, donde la Federación es la mayor aportadora, con porcentajes que, en el caso de las instituciones de educación superior de la Ciudad de México, como la UNAM, la UAM y el IPN, son del 100 por ciento, con cero aportación del gobierno local.

La diferencia es que ningún gobernador veracruzano ha hecho nada por buscar un mayor financiamiento para la Universidad Veracruzana por parte del gobierno federal y se apegan a los tradicionales porcentajes en que el gobierno local siempre pone más.

Para colmo, en los últimos años se ha recrudecido la tentación autoritaria de quedarse con los pesos comprometidos con la UV y ya sabemos que no solo los locales sino también los federales. Esto último ocurrió hasta antes de acordar que el subsidio federal llegue directamente de la Secretaría de Hacienda a la casa de estudios, sin pasar por la Sefiplan. Lo prueba el hecho de que el gobierno estatal retuvo el año pasado alrededor de 400 millones de pesos enviados por la SEP. Y digo que se ha recrudecido porque en el sexenio de Miguel Alemán Velasco también se esquilmaban los recursos de la universidad.

Yunes Landa propone además crear el subsistema de educación superior en Veracruz para una alta productividad académica. Esta iniciativa daría pie no a una competencia absurda, creada artificialmente por el actual gobierno, entre la UV y los institutos tecnológicos estatales y federales,  auspiciada por la propia SEP y su titular Aurelio Nuño, por instrucciones de Enrique Peña Nieto, sino a la posibilidad de conformar, respetando conceptos como la autonomía y los programas de cada institución, fuertes redes de colaboración académica y de investigación, con un enfoque estratégico que tenga a Veracruz como el objetivo máximo.

 De ahí que la cuarta propuesta de Yunes Landa sea impulsar la investigación en áreas estratégicas que, pensamos, debiera realizarse con el concurso de todas las instituciones de educación superior, así como centros de investigación asentados o no en el estado.

Otras de las propuestas es la defensa de los jubilados y del propio Instituto de Pensiones del Estado, que tiene un impacto directo en la UV y en quienes han dejado su vida en las aulas, laboratorios y centros de investigación; más becas y apoyos para estudiantes, brindar seguridad a la comunidad universitaria e impulsar la cultura emprendedora y de primer empleo.

El comité debe sumarlo a la defensa de la UV, comprometerlo, y no hacerlo a un lado solo porque no asistió al foro.

Y es que si bien la encuesta elaborada y aplicada por el diario El Financiero contempla, en el inicio de las campañas, una ventaja del candidato del PAN-PRD, Miguel Ángel Yunes Linares, lo cierto es que los escenarios pueden cambiar con el paso de las actividades proselitistas, habida cuenta de que el ejercicio demoscópico se realizó antes de que estallara el escándalo de los Panamá Papers, en que se involucra al hijo menor de Miguel Ángel, Omar Yunes Márquez, en operaciones que, si bien no tuvieron como corolario la conformación de una empresa offshore en Nueva Zelanda, dan pie a elucubraciones de todo tipo, ninguna de ellas positiva.

De los siete candidatos, es claro que la cúspide en las preferencias electorales, según encuestas, la comparten Héctor y Miguel Ángel, con la salvedad del empuje del candidato de Morena, Cuitláhuac García Jiménez, quien sin embargo está –siempre según encuestas– a la mitad del porcentaje de los punteros.

Independientemente de su ausencia en el foro, lo ideal será incorporarlo al documento de compromisos con la UV, porque en una de esas es el próximo gobernador de Veracruz.

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