En los años ochenta del siglo anterior una joven recién egresada de la facultad de medicina de la UNAM fue violada por un trío de sujetos, entre ellos su ex novio.
Sabiendo cómo se cuecen las habas con la justicia mexicana, la agraviada decidió hacerse justicia por su propia mano. Y literalmente lo consiguió.
Fingiendo que la violación le había gustado, invitó a los tres gañanes a su departamento a repetir el numerito, les ofreció unas copas, los durmió y los castró.
Dos de los sujetos eran hijos de “familias pudientes” que se encargaron de meterla a la cárcel. Esto originó un escándalo entre estudiantes de todas las universidades, grupos feministas y organizaciones civiles que salieron a protestar por lo que consideraron una injusticia para la chica.
Como sucede en estos casos los hijos de papi tuvieron una excelente defensa, pero la joven tuvo una mejor y resultó absuelta.
A raíz de ese escándalo se conformaron grupos de defensa de las mujeres en casi todo el territorio nacional y tiempo después el gobierno federal inventó la Fiscalía Especializada en ese tipo de delitos. Pero aún así las mujeres de todas las edades y condiciones sociales son vulnerables y lo que es peor, siguen desprotegidas.
En varias entidades del país la justicia para una mujer atacada sexualmente es lenta, muy lenta, tanto que a veces no llega.
Esto lo comento porque si el padre de la menor Daphne Fernández, violada en Boca del Río el año anterior, no hubiera dado a conocer el drama que vive su hija, la acusación que pesa sobre los cuatro mozalbetes que abusaron de ella seguiría archivada en la Fiscalía General del Estado.
Tuvo que escribir una carta abierta y subir un video a las redes sociales donde los juniors piden disculpas a su víctima, para que la justicia se desperezara de su modorra y comenzara a moverse.
Pero aún no se ha movido lo suficiente.
Un año tiene que ocurrió el ataque y es la hora en que ninguno de los cuatro presuntos responsables ha sido citado a declarar ante la Fiscalía Especializada.
Esto es simplemente inconcebible.
¿Cómo creer así en la justicia para una joven violada?
El abogado de los cuatro presuntos violadores está haciendo su chamba alargando el proceso y pidiendo pruebas periciales. ¿Por qué la Fiscalía no hace la suya? Y si la está haciendo, ¿por qué actúa con tanta lentitud?
A la menor Daphne Fernández no sólo la atacaron sexualmente sino que también la están atacando moral y mediáticamente por lo que es múltiple agraviada.
¿Qué dice a eso la Fiscalía?
Alguna vez una mujer cuya hija fue agredida sexualmente por su padrastro, me dijo llorando que ésta había sido violada una vez por un gañán, pero varias veces por la justicia. Y es que el caso se enredó de tal manera que ambas corrían el riesgo de ir a la cárcel porque el padrastro las había contrademandado.
En aquella ocasión la mujer lanzó una frase llena de impotencia pero brutal: “Ojalá los castren a todos”. En referencia al abogado defensor de su ex esposo, a éste y al Ministerio Público que estaba convirtiendo a su hija de agraviada en agresora.
Cuando se ve la lentitud en un proceso judicial como en el caso de Daphne, estoy seguro que nadie aplaude que una mujer haya dejado imposibilitados sexualmente y para toda su vida, a tres sujetos que la atacaron con todas las agravantes. Pero tampoco nadie reprueba que la joven se haya hecho justicia por su propia mano.
Respetado y aguantador lector:
Voy por unos cigarros, luego regreso.