UN CUCHILLO EN EL NORTE
(…)
Tras una puerta entornada
que da al patio de la parra,
donde las noches oyeron
el amor de la guitarra.
(J. L. Borges)
En el epílogo de El hacedor, Borges anota: «Un hombre se propone la tarea de dibujar el mundo. A lo largo de los años puebla un espacio con imágenes de provincias, de reinos, de montañas, de bahías, de naves, de islas, de peces, de habitaciones, de instrumentos, de astros, de caballos y de personas. Poco antes de morir, descubre que ese paciente laberinto de líneas traza la imagen de su cara.»
Nada me impide suponer que si Roberto Sánchez Picasso se diera a la tarea de dibujar su mundo y poblara un espacio con la primera pieza que pusieron en grupo secundariano, con los acordes de una rondalla, de los grupos de trova y de rock, del cuarteto de Juan Alzate, con retazos de la primera audición, fallida, en Holanda, de la licenciatura en Utrecht, de la maestría en Bruselas, de una camisa que le costaría el empleo, de los tres años de trabajo académico en JazzUV, descubriría que ese paciente laberinto trazaría la imagen de una guitarra.
A Child Is Born
Yo me llamo Roberto Sánchez Picasso, nací en Ciudad Victoria, Tamaulipas, de ahí son mis papás y mis abuelos. No fui músico tan niño, en realidad empecé a tocar a los 13 años, en la secundaria hubo un concurso de canto y con unos amigos hicimos un grupo y tocamos algunas canciones, de ahí le pedí prestada una guitarra a mi tío César, me la prestó y me compré un cancionero y empecé a aprender. Lo único que había hecho antes eran concursos de declamación en la primaria y la secundaria.
En mi familia no hay músicos, mi papá es abogado, mi mamá es maestra, mi hermana es abogada, mi hermano es Licenciado en Computadoras, hay unos tíos que cantan y siempre les ha gustado la bohemia pero no hay nadie que realmente se haya dedicado cien por ciento a la música.
En Ciudad Victoria no hay escuela de música, hay una casa de la cultura y sí te dan clases pero era muy lírico (ahora ya hay más nivel) entonces ahí, aprender música no era tan común.
Después me cambié de escuela, me metí a una rondalla y ahí seguí aprendiendo y empecé a interesarme más por estudiar música. A los 15 años ya quería irme a estudiar música pero en la casa era difícil porque no había ningún antecedente de alguien que estudiara música entonces no era fácil ni yo tomar la decisión, ni que me dijeran vete. Seguramente me hubieran apoyado pero no era tan fácil porque no había escuela y me tenía que ir a Tampico, a Monterrey, a Morelia o venirme acá, a Xalapa.
Ojalá que yo pueda / tocarte en mis canciones…
Empecé a tocar en grupos de trova y cosas así, desde muy chavo, como a los 17 años, ya estaba trabajando en peñas con gente que me escuchaba y me invitaba. También estuve en grupos de rock y como a los 18 años empecé a ir a unos cursos de verano a Morelia y ahí empecé a aprender a leer notas y cosas de guitarra clásica.
Aunque no estudiaba de manera formal, en Victoria empecé a tomar clases con un maestro que se llama Checo Mansur, es muy bueno, toca la guitarra muy, muy bien y sabe mucha armonía pero todo lo aprendió de oído. Con él empecé a escuchar discos de jazz, de George Benson, Joe Pass, mucha música brasileña. Pasaba muchas tardes en su casa y me enseñaba cosas de guitarra, cosas de música tradicional pero con armonía de jazz.
Seguí cantando y tocando entre la decisión y la indecisión de irme a estudiar hasta que un día un amigo, Carlos, me animó a que me fuera y me decidí.
Caminos de Michoacán
Me fui a estudiar a Morelia, al Conservatorio de las Rosas, ahí estuve tres años y aprendí cosas armonía clásica, análisis musical y un poco de composición aunque la composición era como de escuela schoenbergniana, música atonal y cosas así. Ahí conocí a Juan Alzate, el saxofonista, siempre me lo encontraba y le decía que quería aprender jazz, que cómo le hacía; él se portaba muy amable, platicábamos y me decía hay unos libros en la biblioteca, chécados, y un día los saqué.
Yo estaba estudiando trompeta como instrumento complementario. Juan tocaba standards en un restaurante y un día me lo encontré y me dijo:
-Oye, hoy tengo que tocar con la sinfónica, ¿por qué no vas y me sustituyes en la noche?,
-Pues sí pero ¿no está muy difícil?
-No, te llevas el Real Book y lees los temas e improvisas son poco
Me fui, me llevé mi guitarra y toqué a dúo con Iván Lara, un bajista de Morelia. Ese fue mi primer guit de standards, hice mi luchita tocando los temas e improvisando. Cuando acabó su concierto, llegó Juan (porque el teatro estaba a media cuadra), se subió y me dijo:
-Oye, yo creí que tocabas trompeta
-Pues no, estoy estudiando trompeta pero siempre he tocado guitarra.
Tocamos un poquito, me despedí y me fui a mi casa.
Después me lo volví a encontrar y me dijo:
-Oye, te queremos invitar para que toques la guitarra en mi cuarteto
-Pues sí, me gustaría mucho.
Era como mi segundo año en Morelia, empecé a tocar con el cuarteto Juan, tocábamos en ese restaurante y en algunos lugares de jazz que, como siempre, se abren, duran dos meses y quiebran. También fuimos a algunos festivales y empecé a pensar que el jazz me gustaba mucho.
Cuando llegué a Morelia, por mis clases con el maestro Mansur, ya sabía los acordes pero no sabía cómo se llamaban ni sabía mucho de teoría y tocando standards con Juan empecé a relacionar esos conocimientos y a aprender de improvisación y de teoría.
Después me empecé a interesar en estudiar jazz y me puse a buscar escuelas. En ese tiempo había unos tours que hacía Berklee para dar becas, hicieron una audición en la escuela Fermatta, en el DF, y dije pues voy a ver. Fui, toqué y sí me ofrecieron una beca pero el problema es que de todos modos tenía que pagar. Intenté conseguir dinero para irme a Boston pero era muchísimo, tenía que conseguir como 20 000 dólares, la beca era como de 9000 dólares, algo así, entonces, pues no pude y dije tengo que buscar otras opciones.
Holland in my mind
Tenía amigos de la escuela que se habían ido a estudiar a Holanda y una vez vino uno de ellos, Pablo, de visita y me platicó que en La Haya había un Conservatorio con un departamento de jazz, que había muchísimo movimiento de jazz y que estaba muy bien, empecé a investigar y vi que hay muchas escuelas de jazz allá. Tenía un coche, lo vendí, compré el boleto de avión y me fui e hice el intento en el Conservatorio de La Haya, es uno de los más importantes de Europa entonces la demanda de alumnos es grandísima, ese día éramos como 100 guitarristas o más, de todo el mundo, audicionando.
Hice la audición y me acuerdo que intenté tocar Giant Steps, Donna Lee y otras piezas súper difíciles (risas) y pues no, me retacharon. Me puse muy triste pero había planeado, además de hacer la audición, tomar curso de verano en el Conservatorio de Ámsterdam y me fui, ahí conocí a Marteen Van den Grinten, un guitarrista que es el jefe de la escuela. Después me fui al North Sea Jazz Festival, fui a los conciertos y a las jam sessions y me convencí de que sí quería irme para allá. Me regresé a México, me fui a vivir a Ciudad Victoria unos meses para ahorrar y me puse a trabajar y a estudiar.
In Wonderland
Al año siguiente volví a irme a Holanda y ya me aceptaron en dos conservatorios, en el Conservatorio de Maastricht y en el Conservatorio de Utrecht, escogí Utrecht porque está en una zona en Holanda que se llama Randstad en la que están cuatro de las ciudades más importantes de Alemania: Rotterdam, Ámsterdam, La Haya y Utrecht, y Utretch es la más central, Ámsterdam está a 30 km, La Haya a 40 y Rotterdam como 50, están muy cerca y Maastricht está más lejos, son como dos horas en tren entonces me decidí por ese lugar porque era lo más cercano a donde está todo el movimiento de jazz.
Me vine, conseguí unas becas, hice todos los trámites y me fui a estudiar, estuve ahí desde el 2005 hasta el 2009. Allá hice de todo, di clases a principiantes, fui mesero, lavaplatos, mandadero, de todo para pagar la escuela que en ese tiempo era más barata porque estaba subsidiada por el gobierno, pagaba una colegiatura de 1200 euros al año que era menos que ahora, eran 20 000 pesos.
Allí estuve con dos maestros de guitarra, con Marcel Karreman, que es un maestro muy metódico, y con Eef Albers, que es un guitarrista muy virtuoso, muy conocido en Holanda que da clases ahí y también da clases en La Haya y en Ámsterdam. Cuando terminas la escuela te dan un año que le llaman Seeking Year para buscar trabajo, durante ese año tienes permiso para trabajar, me ofrecieron unos trabajos dando clases en unas escuelas, aproveché la oportunidad y me quedé un tiempo pero la verdad sí me desgastó mucho estar fuera y, como en marzo, me dio un bajón, vendí todo lo que tenía y me vine para México. En el trabajo me dijeron tranquilo, si necesitas ir a casa está bien, ve y cuando quieras, regresa.
SEGUNDA PARTE: De Bruselas a la brújula
TERCERA PARTE: Batajazz académicas
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