A los hechos registrados en Tierra Blanca, donde cinco jóvenes presuntamente fueron levantados y asesinados en un acto que involucró a la policía estatal, se suma el más reciente caso registrado en el municipio de Papantla, donde acusan a la policía municipal por la desaparición de tres jóvenes del lugar.

El tema de Tierra Blanca, cuyos hechos se registraron el pasado 11 de enero, no se ha resuelto del todo, porque si bien ya fueron hallados e identificados los restos mortales de dos jóvenes desaparecidos, y detenidos ocho elementos policiacos que habrían participado en el secuestro, todavía está pendiente encontrar a los tres que faltan.

El caso de Tierra Blanca se volvió noticia nacional e internacional, sobre todo por el macabro descubrimiento ocurrido en el rancho “El Limón”, ubicado en Tlalixcoyan, donde fueron encontrados cientos de restos óseos.

Sobre esos hechos, el 10 de febrero, ante medios nacionales, el fiscal Luis Angel Bravo precisó que de acuerdo con el análisis realizado por los expertos forenses, era prácticamente imposible saber a cuántos cuerpos pertenecían esos restos, y que debido al desgaste que presentaban las piezas encontradas, era poco probable conocer la identidad de las personas que fueron asesinadas.

En ese asunto fue necesaria la intervención del gobierno federal, dado que la instancia estatal, evidentemente, había sido rebasada.

En fechas más recientes, un escándalo de dimensiones parecidas se registró en el municipio de Papantla el pasado 19 de marzo, cuando tres jóvenes habrían sido detenidos y presuntamente desaparecidos por la policía municipal.

Han pasado 9 días de la desaparición de los tres jóvenes papantecos y sus respectivas familias siguen esperando resultados. En la fiscalía regional

Este lunes, elementos de la Policía Ministerial y de la Fuerza Civil acudieron al municipio mencionado, a fin de tomar declaración a 42 elementos de la policía municipal.

Papantla, nuevo caso

Derivado de las declaraciones de los uniformados, fueron detenidos Higinio Bastián Santiago, José Luis Ramiro García, Rufino Baltazar Pérez, Reyes León de la Cruz, Mauro Olmedo y Benito Velásquez Jiménez, todos policías de la Preventiva Municipal, así como el comisario de la corporación, Bernardino Olmedo Castillo, quien apenas el 5 de enero del presente año rindió protesta en el cargo, en sustitución de Víctor Manuel Lamoglia.

El día del nombramiento de Olmedo Castillo como comisario, el alcalde Marcos Romero Sánchez se ufanaba de su modelo policial y hablaba de nuevas estrategias para contener a la delincuencia: instalación de elementos en zonas poco seguras; brigadas a pie para acceder a puntos donde no entran los vehículos; vigilancia especial en centros de trabajo, zonas de comercio y escolares; y atención en las entradas y salidas del municipio, lo que denominó “operativo candado”; entre otras acciones.

Esas estrategias que presumía el alcalde perredista de Papantla, sin embargo, no fueron, ni con mucho, suficientes.

En ese lugar, los abusos policiacos son muy frecuentes y el problema terminó por reventar con la desaparición de los tres jóvenes y con la detención de los seis elementos y del jefe de la corporación.

Los señalamientos contra esa fuerza policiaca local parecen contundentes y apuntan a una presunta participación en ese caso de desaparición o secuestro.

Y mientras las cosas en Papantla se complican por dicho tema, al alcalde Marcos Romero ni se inmuta; desde ese municipio nos comentan que mientras la Fuerza Civil detenía a su jefe policiaco y a seis elementos más, el edil se encontraba agazapado en sus oficinas; poco después salió ante los medios para afirmar que 32 elementos de la policía municipal no aprobaron los exámenes de confianza a finales del año pasado, pero que no fueron liquidados por que el ayuntamiento no tenía dinero.

De igual manera, Romero Sánchez informó que ante las secretarías de Gobierno y Seguridad Pública, el ayuntamiento local planteó la necesidad de que esas dependencias del gobierno estatal se hicieran cargo de la vigilancia y seguridad en ese municipio, donde las autoridades del lugar quedaron ya rebasadas y donde la exigencia de justicia por parte de los familiares de los jóvenes desaparecidos resulta comprensible.

Corporaciones no despiertan confianza, sino miedo

Lo malo del tema es que los casos de Tierra Blanca y Papantla no son aislados; de hecho, existen focos rojos en materia de inseguridad y delincuencia en otros puntos del territorio estatal; hace unos días, por ejemplo, ocurrió un asunto muy parecido al sur de Veracruz, en Coatzacoalcos, donde también hay señalamientos contra elementos policiacos.

Así las cosas, resulta evidente que dados los recientes hechos de desaparición forzada, secuestro y homicidio en que se han visto implicados elementos policiacos, y considerando la desconfianza ciudadana en las corporaciones, a estas alturas, los policías veracruzanos –municipales o estatales– despiertan entre la población más miedo que confianza.

El caso de Papantla nos regresa a la realidad de un estado, Veracruz, en que las desapariciones son, lamentablemente, muy frecuentes; incluso, al finalizar enero del presente año, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, CNDH, estableció que las entidades del país con más denuncias por desapariciones eran Guerrero, Tamaulipas y Veracruz. @luisromero85