El hombre no es verazmente uno,
sino verazmente dos
(Doctor Jekyll)

En Londres, hacia fines del siglo XIX, el honorable doctor Jekyll inventó una pócima para liberar a ese otro, inconfesable, que cohabitaba su cuerpo, Mr. Hyde. Todos conocemos la historia, el rebelde fue ganando terreno sobre el apacible hasta que terminó por absorberlo. En la carta final, el doctor confiesa:

«Mi provisión de sales, que no había nunca renovado desde los tiempos del primer experimento, últimamente ha empezado a escasear. Y cuando he mandado a buscar más y he preparado con ellas la mezcla, he conseguido la ebullición y el primer cambio de color, pero no el segundo. Y la poción no ha surtido ya efecto alguno. Poole te contará que le he enviado a buscar estas sales por todo Londres, pero sin conseguirlas. Ahora estoy convencido de que la primera cantidad debía ser impura, y precisamente de esta desconocida impureza dependía su eficacia.»

La única manera de acabar con su parte oscura y tormentosa, era terminar consigo mismo. Cuenta la leyenda que, tras el suicidio de Jekyll, que el fantasma de Hyde deambuló por las calles londinenses decimonónicas durante un tiempo, después por toda Europa y finalmente se aventuró hacia el nuevo continente. Siglo y medio más tarde, bajo la personalidad de Don Miguel Zepeda de Córdoba, se instaló en alguno de los callejones de Xalapa al mismo tiempo que arribaba a esta ciudad el honorable abogado cordobés Iván Zepeda Valdés. Con la edad, el despiadado señor Hyde fue domesticándose hasta convertirse en un anciano bonachón que lo que más disfruta es contar historias, bajo esa personalidad fue que se posesionó de Don Miguel, cuentero que buscaba un cuerpo más joven para poder transitar por las húmedas noches xalapeñas sin ser atacado por las reumas. El abogado Zepeda Valdés era un buen candidato porque creció escuchando las historias de Mamá Lulú, su abuela.

Don Miguel Zepeda de Córdoba
Don Miguel Zepeda de Córdoba

La misma leyenda narra que cierta noche la neblina era tan cerrada que no podía verse más allá del paso que se daba, el honorable licenciado Iván Zepeda se dirigía a su domicilio cuando su cuerpo fue poseído por el espíritu chocarrero de Don Miguel Zepeda de Córdoba y, en lugar de continuar su camino, se fue al centro de la ciudad donde reunió un grupo de transeúntes y con ellos emprendió un recorrido por los vericuetos del centro histórico, contándoles la leyenda oculta tras cada rincón.

Desde entonces, durante el día, Iván es un ciudadano como cualquiera y por las noches, poseído por el espíritu del cuentero, vuelve a esos recorridos con los que deja boquiabiertos a los espectadores. Igual que el doctor londinense, el abogado cordobés ha ido sucumbiendo a los embates, cada vez más persistentes, del cuentero que se ha apoderado de él de tal manera que ya es difícil diferenciarlos. El fantasma ha llegado a tal cinismo que, esta Semana Santa, celebrará el noveno aniversario de haber tomado posesión de ese joven cuerpo. El espectáculo se llama Noche de Leyendas y hará cuatro recorridos celebratorios (del 26 al 29 de marzo) que saldrán del Parque Juárez, a las 19:00 hs., y terminarán en Xallitic. El costo, que incluye bebidas espirituosas, será de 65 pesos para los niños y 80 para los adultos. Aquel monstruoso señor Hyde se ha convertido en un inofensivo y divertido cuenta cuentos, compruébenlo, asistan a uno de los recorridos y verán que pasarán un rato tan ameno en compañía de su familia, que no resistirán las ganas de volver.

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