Todo parece indicar que Duarte es un cadáver político. Un tumor para su partido. El PRI lo sabe y muchos enterados en el estado de Veracruz dicen que “para el partido”, el gobernador vive una presión inédita para que deje su cargo, de acuerdo con fuentes consultadas por la publicación Sin Embargo. Ya no es sólo una exigencia desde la sociedad civil, sino también desde su partido y desde el gobierno federal.

De acuerdo con las investigaciones de la publicación señalada, “Duarte de Ochoa no fue recibido (recientemente) por el Secretario de Gobernación”.

El 20 de noviembre de 2012, la prensa local en general registró la siguiente declaración de Duarte, según la cual tenía una invitación del entonces presidente electo Peña Nieto, para irse al gobierno federal. “Se los digo puntualmente: yo recibí ya una invitación por parte del presidente electo, Enrique Peña Nieto, para participar en su administración. Solamente que la invitación es para enero de 2017. A partir de ese día estaré yo integrado al gobierno federal. Hasta ahora tendré que desarrollar con una gran emoción y un gran orgullo el cargo que tengo y que trato de honrar todos los días”. Pues no falta mucho para que aparezca en CDMX, mientras los veracruzanos ignoran adónde fueron a parar la emoción y el orgullo.

De las cuentas del erario ya nos enteraremos, porque por ahora fuentes distintas hacen llegar la deuda creada por Duarte, de 40 mil a 100 mil millones de pesos. Ojalá nos enteremos. Ojalá un día sepamos la verdad sobre las muertes de tantos periodistas. Ojalá un día sepamos todo sobre la estremecedora carnicería cometida mediante asesinatos personales y colectivos ocurridos durante el “gobierno” de Duarte.

Quizá el mayor logro de Duarte es la rápida transformación por la que está pasando la ciudadanía veracruzana. Veracruz ha sido tierra del máximo autoritarismo y del peor de los verticalismos. El que se mueve, no es que no salga en la foto, es que puede ser hombre muerto. No es casual que los veracruzanos se hayan expresado o actuado siempre con el más cuidadoso sigilo, tratándose de política.

La mejor noticia es que los ciudadanos de este estado estén perdiendo el temor a expresarse y a exigir públicamente el cumplimiento de sus derechos.