Apenas hace unos meses, la frase quedó volando sobre la mesa en que varios periodistas le escuchamos decir que 2016 sería el mejor año para Veracruz. Era un Javier Duarte de Ochoa todavía no rebasado por la decisión de quién abanderaría a su partido rumbo a su sucesión, y a su lado el entonces presidente del PRI, Alberto Silva Ramos, sonreía y abrigaba esperanzas de que cabía aún la posibilidad de convertirse en el fiel de la balanza.

Silva Ramos no fue. Ya lo sabemos. Apresuradamente tuvo que dejar la dirigencia priista porque su partido se decantó por Héctor Yunes Landa, y éste debía contar con una persona de sus confianzas para encarar el proceso sucesorio más complicado en la historia priista. El exalcalde tuxpeño debió regresar a su curul y ahora maneja una hipotética licencia para refugiarse en la administración pública federal, al lado del bisoño secretario de Educación, Aurelio Nuño, entrampado en la reforma educativa.

Como si la decisión comunicada por Manlio Fabio Beltrones en favor del choleño hubiera removido la piedra que sostenía una montaña de piezas mal acomodadas, aún la frase se vino abajo estrepitosamente y, paladeada a la distancia, sabe más hueca y amarga que cuando se la escuchamos.

Bastaron unas cuantas semanas para que todo el escenario que había configurado el gobernador veracruzano para asegurar tan aventurado presagio fuera desmontado.

No solo perdió la posibilidad de tomar la decisión, según él encomendada por el propio presidente Enrique Peña Nieto, de nombrar a su posible sucesor, sino que ha puesto en crispación a todo su partido, a la prensa local y nacional, a las autoridades federales, a los universitarios, a los candidatos a Gobernador (comenzando por el de su partido), a los veracruzanos que vieron con buenos ojos su posible dimisión.

La verdad es que si no ha habido dinero para propiciar el desarrollo de Veracruz en sus primeros cinco años, mucho menos lo habrá en 2016 en que ni el gobierno federal puede echarle el hombro (y muchos pensamos que ni quiere), y cuando los enormes pasivos acumulados han dejado vacías las arcas estatales.

En efecto, no ha resuelto el problema financiero del IPE, se la ha pasado declarando que negocia con la Universidad Veracruzana los plazos para resarcir una ominosa deuda que viene de años en lugar de saldarla (con las ya reales manifestaciones masivas en su contra), que se solventarán todas las observaciones hechas por la Auditoria Superior de la Federación, que no ha tocado un solo peso de las participaciones federales y que responderá a tuitazo limpio todos los ataques en su contra señalando logros de su gobierno.

Del mejor 2016 para los veracruzanos, para su desgracia, solo le quedan nueve meses, y no hay dinero ni para plumas.

¿No habrá diputados duartistas?

Por lo dicho este martes por el dirigente estatal del PRI, Felipe Amadeo Flores Espinosa, Javier Duarte no solo será marginado de la decisión sobre el candidato a sucederlo, sino incluso de apuntalar a muchos de sus cercanos en la lista de candidatos a las diputaciones locales, tanto de mayoría relativa como de representación proporcional.

Solo serán candidatos a diputados, según Amadeo, “aquellos que gocen de reconocimiento social y tengan el apoyo de los ciudadanos a los que aspiran representar”, lo que significa que “no habrá espacio para la improvisación, la imposición o el padrinazgo”.

De esa manera se establece una barrera que puede ser infranqueable para imponer a muchos que siguen, con recursos públicos, promoviéndose para obtener fuero constitucional por la vía electoral, al tiempo de establecer un equipo que sirva para defender al que se va de futuras imprecaciones.

Y no pueden ser duartistas. Según el líder estatal del PRI, tanto su abanderado al Gobierno de Veracruz como los candidatos a diputados locales deberán compartir un mismo proyecto de bienestar y desarrollo para mejorar Veracruz.

Ya veremos si el viernes próximo renuncian a sus jugosos salarios secretarios del despacho como Gabriel Deantes, quien busca afanosamente ser postulado por el distrito de Zongolica. Todo parece indicar que solo uno de los propuestos por el Gobernador tendría posibilidades de ser postulado, y eso porque ha hecho campaña hace mucho tiempo y es posible que sea factor para la suma de votos a favor de Héctor Yunes Landa. Me refiero al ex Oficial Mayor de la SEV, Vicente Benítez González, quien ya renunció el pasado 22 de febrero.

Amadeo dijo que, en el marco de la Coalición “Para mejorar Veracruz”, se determinó participar en alianza flexible en 13 distritos, de los cuales, en cinco le corresponde al PRI postular candidatos y en los ocho restantes a los partidos aliados. Añadió que, con aprobación del Consejo Político Nacional, se aplicarán los dos métodos de selección por partes iguales en los distritos correspondientes al Revolucionario Institucional.

Por Convención de Delegados se elegirán los candidatos de los distritos de Tuxpan, Álamo, Poza Rica, Papantla, Xalapa I, Xalapa II, Boca del Río, Medellín, Cosamaloapan, Santiago Tuxtla y Minatitlán; mientras que la Comisión para la Postulación de candidatos habrá de seleccionar a los de Pánuco, Perote, Coatepec, Veracruz II, Huatusco, Córdoba, Camerino Z. Mendoza, Zongolica, San Andrés Tuxtla y los dos distritos de Coatzacoalcos.

¿Cuál cree que vaya a ser el discurso del dirigente nacional priista, Manlio Fabio Beltrones Rivera, quien este miércoles se reunirá en Veracruz con consejeros que asistirán a la Convención de Delegados y dirigentes de comités directivos municipales de los distritos de Veracruz, Boca del Río y Medellín? En Tabasco se le fue duro a la yugular a Javier Duarte, de quien dijo que deberá rendir cuentas reales del manejo de las finanzas públicas y, al otro día, le bajó el tono.

Si no va a ser congruente en todas las oportunidades en que se refiera al tema veracruzano, mucho le convendría que se limitara a hablar de temas partidistas.

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