Uno de los privilegios que me concede esta chamba es que llegue a mi casa un dueto a cantar exclusivamente para mí y que tenga a un par de metros de distancia una voz educada, expresiva y con un color muy bello acompañada de una guitarra sobria pero sólida y brillante. Así llegó hasta mi domicilio el dueto The Two que forman la cantante quintanarroense Tere López y el guitarrista xalapeño Paco Balbuena.
Tere López es una cantante autodidacta que, como las grandes cantantes del jazz y del blues, se inició cantando en los oficios religiosos y después fue construyendo una carrera que inevitablemente la condujo al jazz. Paco forma parte de una estirpe de extraordinarios guitarristas que encabeza Humberto León y continúan, en orden cronológico, él y Rubén León.
The Who, dueto formado y asentado en Playa del Carmen, Quintana Roo, está de visita en Xalapa y va a presentarse en el nuevo local del café bar Vía Lúdica (Úrsulo Galván 61) este viernes 19 de febrero. Para presentárselos a quien no los conozca, platiqué con ellos.
Tere
Empecé muy pequeña cantando en la iglesia, aprendí un poco con maestros de canto de ahí y ya más grande, como a los 16, empecé a cantar en bandas. Realmente no fui a estudiar a un lugar pero estudié más en casa.
Yo nací en Cancún pero mi papá es de Yecuatla Veracruz, aquí cerca, y mi mamá es de Guatemala pero siempre vivió en Belice y me ponía a escuchar reggae desde niña, entonces empecé cantando eso.
El jazz me gusta porque también desde pequeña empecé a escucharlo, mi cantante favorita es Ella Fitzgerald, imagino que a muchas nos gusta.
Empecé a trabajar buscando bandas para tocar de todo y después me empezó a gustar más el jazz, conocí a Paco porque Playa es muy pequeño y empezamos a formar este dueto hace como tres años.
Paco
Humberto León es mi tío y me tocó ser niño cuando estaban todos los de su generación en ese movimiento del jazz, el Orbis [Tertius] fue el grupo que más escuché de niño.
Con la guitarra empecé algo tarde, primero toqué, como desde los nueve años, el teclado. Yo siempre fui un desastre, recuerdo que un día del niño nos llevaron, a mi prima y a mí, a comprarnos un instrumento a la Casa Veerkamp que estaba en Xalapeños Ilustres, era un edificio impresionante de dos pisos. Entramos y dije yo quiero esa guitarra, y me la compraron. Fuimos al segundo piso, ahí estaban los teclados y a mi prima, que es hija de Humberto, le compraron uno entonces yo me morí de envidia y aprendí a tocar el teclado, y la guitarra se quedó arrumbada años. Ya después, en la secundaria, todo mundo tocaba guitarra tipo rondalla y me dieron ganas de tocarla.
Agarré la guitarra, la lijé, según yo la pinté de negro pero la dejé toda percudida y sorda y con esa empecé a tocar.
Después de esa guitarra tuve la oportunidad de tener otra y mi tío dijo bueno, si quieres tocar guitarra, te voy a enseñar algo. Mi tío es muy, muy estricto.
Yo no entendía de lo que se trataba el jazz pero llegaban todos los músicos estrafalarios de aquel entonces con cabello largo, lentes, barba y me llamaban la atención y me interesaba ir a ver en qué estaban los tipos, qué hacían.
Después escuché a Jobim, a George Benson, Joe Pass y esas fueron las cosas que me dieron la entrada a escuchar más jazz. Me gustó mucho y, a escondidas, le volaba los discos a mi tío para ir a ponerlos a mi casa en el estéreo y escucharlos.
En aquel entonces había una discoteca en Dr. Lucio que se llamaba El Sótano, me acuerdo que entré a trabajar en una ferretería y una vez me compré como tres discos, eran importados y costaban muy caros.
La verdad sí tuve chance de oír bastante jazz por mi tío y sus amigos que compartían y yo siempre estaba ahí, de mirón.
Empecé a tocar y entré a grupos de eventos sociales porque realmente me gusta la música popular, no soy tan cerrado en ese aspecto.
Después Adolfo Álvarez me empezó a ayudar, hace rato nos decía que él ayuda mucho a la gente que empieza entonces, en mi caso, él se encargó de grabarme muchos casetes de jazz para que los escuchara y a veces tenía la paciencia de recibirme en su casa y tocar conmigo haciendo base y cosas para que yo practicara o simplemente tocábamos por el hecho de que nos gustaba cómo sonaba. Muchas tardes fui a su casa.
En esa época había un lugar en Hidalgo que se llamaba El Tapanco, Adolfo y mi tío tenían un dueto y cuando vino Agustín Bernal formaron un trío [Jazz entre Tres] y tocaban ahí, me gustaba mucho ese trío.
Recuerdo una anécdota de esa época: Resulta que una vez mi tío se dio un golpe en una motocicleta, yo llegué ese día en la tarde cuando Adolfo le estaba dando la triste noticia a Agustín de que León se acaba de pegar en la moto y otros guitarristas no estaban o no podían tocar el sábado en la noche. Yo llegué con mi guitarra y Adolfo me dijo que no podía atenderme pero Agustín dijo ya que estás aquí, vamos a tocar un rato. Sacaron un vino para ellos y galletas o algo así para mí y nos pusimos a tocar y al final dijeron bueno, pues vas a ir tú. No estaba ni preparado, yo tampoco tengo una formación académica pero el gusto y el estar siempre escuchando y tratando de imitar cosas hizo que me latiera mucho el jazz, esa es la verdad, y ahí fue mi debut, en El Tapanco.
Este viernes vamos a tocar en un lugar que se llamaba La Buhardilla, casualmente ahí fue donde toqué jazz por segunda vez. Ese hueso yo lo conseguí, recuerdo que fui a tocar trova con unos amigos, no había quién se presentara al otro día y yo le dije al dueño oye, ¿puedo tocar acá con un trío de jazz? y me dijo sí, por supuesto y nos programó. Le dije a Adolfo y a Agustín y fuimos, a Agustín le gustó mucho el lugar, dijo órale, esto está muy underground y tocamos. Ese fue mi segundo hueso y de ahí ya me dediqué más a la música popular.
Después me fui a vivir a Puebla, estuve allá cerca de nueve años también en el ambiente popular tocando un poco de rock, pop y hasta cumbias o acompañando cantantes o tocando guitarra sola, me gustaba mucho en ese entonces el fingerstyle, hasta la fecha me gusta.
Nueve años me pasé en Puebla y ahora estoy en Playa del Carmen, ahí llegué por medio de un hotel que se llama Barceló, me contrataron para la orquesta de ese hotel y estuve aproximadamente tres años, después renuncié porque ya tenía unos trabajos amarrados pero se vino la influenza y fue terrible, los hoteles quedaron vacíos, no hubo trabajo porque no había ni dinero, ni turistas, ni nada entonces mis ahorros se fueron, vendí hasta unas guitarras y unos discos, estuvo muy feo eso, apenas hace dos años que estamos viendo los beneficios de la recuperación de la economía.
Tere
Paquito y yo ya nos conocíamos pero me llamó más la atención escucharlo después de un día que estábamos platicando sobre Kenny G y él me dijo:
-Eso no es jazz, no manches
-Sí, que feo, a mí me gusta más, por ejemplo, Stan Getz o Jobim o estos que son intérpretes realmente del jazz
-Sí, es cierto, a ver, ¿cuáles te sabes?
Y así fue como empezamos, primero fue por trabajo porque vimos que allá en Playa un dueto es lo máximo, entre dos nos va mejor. Empezamos, nos gustó y hubo una gran química, yo he estado en alguno que otro dueto y no desmerecen pero realmente con Paco es como otra cosa de comunicación. Después dijimos no queremos más instrumentos porque nos gustó mucho, Paco llena demasiado y yo a veces improviso y a veces hago como una trompeta con la boca y cosas así. Ya llevamos tres años con el dueto.
Tocamos standards, soul, bossa nova, boleros aparte de eso tenemos en común muchas bandas como Earth, Wind & Fire y a mí me encanta también Michael Jackson.
A mí me gustan mucho los idiomas y canto en portugués, en italiano, en inglés, en francés, en vietnamita, en un montón de idiomas.
Paco
A mí me ha gustado mucho el formato de dueto, toqué con mi tío a dueto y también tuve un dueto allá, en Playa del Carmen, con un arpista que se llama Jacinto Gatica que es muy bueno, hicimos una fusión de son jarocho y cosas tradicionales metiéndole la guitarra de jazz, pegó bastante eso, creo que estuvo muy bien. Hago duetos con quien se deje porque siempre que toca uno con otra persona queda esa esencia de lo que te gusta, lo que te puede disgustar o no te gusta y no sabes si alcanza a sonar o no pero es bueno exponerse a la vibra de otra persona, su manera de tocar, qué expresa.
En The Two todo suena como en chiquito, yo intento llenar pero doy notas básicas, tocamos solo las notas que pueden dar la guitarra y la voz, nos gusta mucho eso, la simplicidad.
Vamos a tocar este viernes 19 en Vía Lúdica a las 10 de la noche, venimos como dueto pero esta vez invitamos a Adolfo [Álvarez] en la base para ver qué puede ocurrir.
Yo pienso que más que una tocada va a ser como un encuentro de cuates, hace dos años tocamos en Vía Lúdica, cuando estaba por los Berros, y al final se armó un palomazo muy bueno, llegó Lucio [Sánchez], llegó [Humberto] León, llegó Adolfo [Álvarez], Ángel Luis Guerrero, Jesús Rodríguez Alarcón y hubo bastante flota, esta vez el lugar está empezando, no sé qué equipo de audio van a proporcionarnos pero si alguien quiere llevar su instrumento, al final hacemos un palomazo, la cosa es que se haga la fiesta del jazz, que se escuche la alegría en la música.
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