Mutatis mutandis

Por Rafael Arias Hernández.

La conquista del poder, a través del hampa electoral. El triunfo en las elecciones financiado con acciones delictivas desde el gobierno, así como contribuciones ilegales privadas y quitas al presupuesto oficial. ¿Porque no se denuncia y combate a usurpadores y criminales electorales? ¿Dónde está el Órgano ciudadano encargado?

Orígenes del mal

Cuando hablamos de delincuentes, casi automáticamente pensamos en asesinos, ladrones y narcotraficantes; entre ellos y muchos otros, hay, desde luego, grados, habilidades y atrocidades.

A éstos, usualmente se refieren noticias, ruedas de prensa y mucha información que produce y consume sociedad y gobierno.

Abundan las referencias a la violencia generada, desde la de hampones individuales o en grupo, hasta la ocasionada por el llamado crimen organizado; y las relacionadas con la lucha permanente, actividades específicas, programas y acciones oficiales, con frecuencia exageradas y pagadas como auto promoción.

Así como estadísticas, imágenes e información de situaciones, logros y pendientes, errores y retrocesos.

Es tal la atención y costumbre, que se olvida, se da poca importancia al hecho simple y sencillo, de que delincuente es, quien comete acciones o su conducta va en contra de la ley.

Así, también es común referirse a ellos, como criminales, hampones, malhechores, gánster, maleantes y mafiosos; claro que aplica tanto a hombres, como mujeres. La delincuencia por cierto no tiene sexo, raza, edad, clase social, religión o deporte específico o exclusivo.

Lo que también, se puede extender y especificar en cada ámbito social, es que hay delincuentes, de los que también se habla en particular y hasta se les exalta y admira o teme, por el tamaño de los daños que ocasionan.

Me refiero a los delincuentes en el gobierno, que no sólo violan leyes generales sino que, además, sus acciones y conductas van en contra de normas y reglas específicas, vinculadas al cargo o función que desempeñan.

Los mismos que se exaltan, auto promueven, justifican y hacen sentir su presencia e influencia mientras están en el cargo oficial. Los que usan y abusan del presupuesto, distorsionan la ley o promueven sus imposiciones personales. Y claro que apoyan y fortalecen trampas, abusos, distorsiones y delitos antes, durante y en las elecciones para que les favorezcan. Obtener a como dé lugar el triunfo electoral es garantizar su continuidad en la impunidad.

En todo caso, es muy frecuente identificar al delincuente gubernamental, ya que empieza por no cumplir ni hacer cumplir la ley.

Hay toda una teoría amplia y compleja acerca de la delincuencia y los delincuentes. Teoría de alcances inter y multidisciplinarios, que abunda en explicaciones orígenes, características; y, hasta de los medios y contextos, en los que nace, crece y se fortalece más favorablemente. Abundancia de pobreza y falta de oportunidades es uno de esos contextos o medios.

Importante conocer características, medios y condiciones favorables a su desarrollo.

Teoría y práctica del delito, la delincuencia y los delincuentes de las que por ahora no abundaremos. Baste decir que estos y muchos otros temas más relacionadas con su identificación, combate y erradicación merecen y deben tenerse en cuenta.

La delincuencia gubernamental y la electoral

Lo que ahora quiero resaltar es que de todas sus formas y, en particular de la delincuencia gubernamental, extraña y mucho que no se hable, pero sobre todo, que no se dé la debida importancia, a la delincuencia electoral que es, sin duda, una de las causas y formas en las que otras delincuencias, sobre todo la gubernamental, se protegen, reproducen y fortalecen.

Esto es, se reciclan, permanecen y se expanden como formas de continuidad en la impunidad.

Extraña que a diferencia de las otras, no sólo no haya menciones y atención a su presencia y desarrollo. No hay mayor interés en combatirla y extinguirla, en prever que no aparezca y se fortalezca. Extraño, pero explicable ya que de muchas formas su existencia y operación, de la delincuencia electoral, garantiza el acceso, control y dominio de los diversos ámbitos de gobierno y la disposición de sus recursos y patrimonio públicos, así como de las atribuciones institucionales, entre ellas, la fuerza pública.

Así que la gran pregunta es, ¿por qué no se da la debida importancia a la delincuencia electoral?

Valdría la pena saber que se hace al respecto. Qué medidas de prevención y educación ciudadana social y gubernamental se están realizando para contener combatir y erradicar la práctica criminal electoral en Veracruz.

Hay que insistir e insistir sobre lo mucho que está pendiente. Recordar sobre que se pierde, las limitaciones y sacrificios, por no atender y erradicar el mal electoral.

Es inocultable que sigue afectando a la representación pública y al poder gubernamental, al quedar muchas veces en manos de irresponsables o ineptos, de ineficientes y corruptos, de cómplices y delincuentes.

Exaltados, alabados y justificados por medios y comunicadores de poca o nula responsabilidad social, alquilados o comprados, socios o cómplices que, por supuesto no ven, no cuestionan ni condenan lo inocultable.

La impunidad empieza y se fortalece en la complicidad de los favorecidos y en el silencio, pasividad o desinterés social de los afectados.

*AcademicoIIESESUV@nullRafaelAriasH.Facebook:VeracruzHoydeRafaelAriasHdez