Y siguió dando la mata
entre códices, tocadas,
sonoridades soñadas
y una experiencia muy grata,
la de la escuela Fermatta.
Y con el tiempo preciso
(igual que con cualquier guiso),
con oficio y con saber
hoy miramos florecer
a este nuevo Sol Mestizo
Sigue la Fermatta dando
En este conocer un montón de músicos para acompañar el show de esta cantante conocí al Director Académico de la escuela Fermatta, a mí ni por aquí me pasaba dar clases, no me interesaba pero él me invitó. Pasó un año, yo ya estaba viviendo en la Ciudad de México, los requisitos para dar clases en esta escuela era que los maestros tenían que tener alguna producción hecha, algunos estudios y ser músicos activos entonces, digamos que yo cumplía con el perfil y me metí a dar clases, eso también fue súper importante porque supe qué es lo que se espera de un músico actual.
Esta escuela, al principio, tenía una asociación con Berklee porque la hizo [Eugenio] Toussaint. Era un proyecto bien bonito, había unos músicos muy buenos. Cuando llegué me capacitaron para que pudiera dar clases, primero fueron cuatro o seis semanas de capacitación y después era cada lunes.
Tuve chance de conocer el sistema de Berklee porque era el que aplicaba esta escuela, conocí el sílabus perfectamente y fue así como conocí un poco más del jazz ya como un lenguaje a nivel de enseñanza. Conocí las secuencias de acordes, las escalas, la lectura y el entrenamiento auditivo, básicamente del jazz porque esta escuela está más enfocada a ese lenguaje aunque también había un poco de rock.
Como tenía la práctica de haber trabajado con un montón de instrumentos transpositores empecé a dar clases de orquestación y de arreglo para sección rítmica y, después, para big band. Dando clases ahí, sinceramente, aprendí más de lo que pude haber enseñado. Mis decanos eran Agustín Bernal y Luis Zepeda, mi tocayo fue el que me entrenó para poder enseñar esta cuestión de los arreglos para pequeña orquesta y para big band.
Algo nuevo bajo el sol
Eso es algo que pocos de mis amigos de acá conocen porque no lo comento pero estuve tres años en la escuela y me sirvió muchísimo porque a partir de esta experiencia pude entender más el lenguaje del jazz y ya puedo, por ejemplo, aplicar estructuras superiores en la jarana y se oye increíble.
Todo lo que aprendí lo he ido aplicando poco a poco en los arreglos de Sol Mestizo, por ejemplo en La guanábana que grabamos Ramón Gutiérrez en la jarana va haciendo armonía cuartal que es utilizada en el jazz, también estoy trabajando con acordes con tensiones muy disonantes como los que le llaman alterados, o sea, con novena aumentada y disminuida al mismo tiempo.
Otro ejemplo, tú tienes la partitura y haces un acorde enorme con la orquesta, enorme en el sentido que usas varios grados del índice musical, o sea, dejas el bajo y el saxofón barítono para los graves, en los medios dejas el [saxofón] alto y las trompetas arriba, con las jaranas puedes reproducir estos acordes porque tienes varios tamaños, es posible hacerlo y poco a poco he empezado a experimentar este tipo de armonía en mi trabajo con Sol Mestizo, no netamente musical sino tratando de que sea accesible para la gente.
La meta del planeta
Ahora ya hay más acercamiento a la música tradicional pero he notado que a veces en México hay una especie de barrera, no sé por qué, Susana Harp me comentó que fue a cantar a Brasil, ella se jala a los musicazasos, la mayoría son jazzistas, no sé quiénes eran pero el comentario me llamó la atención, me dijo que en el after, los músicos con los que alternaron allá empezaron a tocar su música tradicional como es y ya después se pasaban a la onda del jazz pero cuando le tocó a los mexicanos (digo, no quiero decir que sea una generalidad pero sí es algo que me preocupa), tocaron arreglos de La Bruja y de La Bamba y todo eso pero no como son realmente, no con los rasgueos que llevan, no con las estructuras de forma y con los procedimientos que llevan. Es lo que a mí siempre me ha interesado, conocer estas estas estructuras, estos procedimientos, estas formas de ejecutar los instrumentos, conocer las afinaciones porque un requinto no se afina como una guitarra o una jarana, y las armonías suenan distinto.
No soy jazzista, sí me gusta la improvisación pero me gusta también la improvisación de otros géneros, es distinto el lenguaje y es distinto a nivel técnico, como te comentaba. En Cuba, en Brasil, en Venezuela, en Perú los jazzistas hacen cosas con su música, conocen los géneros, me refiero con conocer en el sentido de saber cómo se ejecutan esos géneros autóctonos pero tienen formación clásica o jazzística y así hacen estas fusiones, algo así me gustaría hacer, siempre ha sido mi búsqueda y quiero hacer pronto un disco de géneros latinoamericanos y mexicanos pero con esta visión, digamos, más musical, jalar improvisadores reconocidos porque la improvisación, aunque es algo inherente a la música, sí es una especialidad cada género requiere de un trabajo especial y específico. Espero sacar ese proyecto este año.
Las fusiones a las grabaciones
El año 2012 grabamos el primer disco de Sol Mestizo con Messe Merari en la voz, Juan Galván en el contrabajo, bajo, leona y coros, Cándido Hernández en la percusión latina y la percusión africana, Daniel Ávila en la batería, timbales y coros, y yo en las guitarras, jaranas, requinto jarocho, tres cubano y coros.
Como invitados especiales tuvimos a Gaby Cruz, Ramón Gutiérrez y Big Rob en la voz, uno en cada canción, Alejandro Bustos en los saxofones alto y tenor, Jonathan Díaz en la trompeta, Absalón Díaz hizo en remix en una chilena oaxaqueña tradicional a la que le hice un arreglo, y Mauricio Altamirano hizo la música y la producción de una pieza que se llama Jaranero Hip Hop.
En 2014 hicimos el volumen dos, ahí la dotación fue: Messe Merari, Silvia Santos y Águeda Iliana en la voz, Marcelo González en la jarana, el requinto jarocho y la voz, Jonathan Díaz en la trompeta, César Martínez en el bajo, Javier Cabrera en las percusiones y Gustavo Bureau en la batería.
El año pasado hice un disco que se llama El árbol de la vida, es un disco de guitarra sola con ese estilo al que le llaman fingerstyle, es esa forma de tocar con los dedos que, en mi caso, es con la técnica clásica. Se trata de tocar el bajo, la armonía y la melodía, simultáneamente, tú solo, ahora también meto un poco de percusión y otras cosas.
El nuevo sol
Por Sol Mestizo ha pasado un montón de gente, calculo que entre bailarinas y músicos han sido fácil como 80, a lo mejor es una exageración pero mira, en la primera presentación los bailarines eran como 15 y los niños de Coyolillo eran como 20 entonces nada más ahí eran 35, pero músicos han sido como 25. Para mí era importante que fueran diferentes porque siento que un proyecto se nutre cuando entra más gente entonces era algo que yo buscaba deliberadamente pero ahorita ya quiero quedarme un buen tiempo con la dotación que está desde el año pasado, son Juan Galván en el bajo, Claudia Torres en la percusión, Silvia Santos en la jarana y la voz, y yo, esa es la base, aparte, en los coros está Águeda Iliana y Jonathan Díaz a veces nos acompaña con la trompeta. Con este cuarteto y algunos invitados vamos a grabar un disco de son cubano y cumbia, me interesa mucho que la gente no especialista se acerque a la música, en algunas tocadas recientes la gente se para a bailar y cuando la gente está bailando, estás haciendo música con ellos. Ese repertorio lo vamos a tocar el viernes 12 y el sábado 13 en la reinauguración de la librería y cafetería Vía Lúdica (Úrsulo Galván 61, a las 21:00 hs.), espero que vayan y bailen.
PRIMERA PARTE: Del metal a la Nacional SEGUNDA PARTE: Del bagaje al mestizaje
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