Como era de esperarse, en el PRI veracruzano ha empezado a funcionar la maquinaria de la unidad, esa condición de “institucionales” que pregonan sus militantes ante cualquier decisión cupular. Así, una vez más las corrientes, grupos, asociaciones, sectores, organizaciones, liderazgos, se han empezado a agrupar en torno a quien fue designado candidato.

El grito tricolor ahora es “Todos somos Héctor”, que se suma al “Estamos listos” del aspirante que este lunes 25 se registró como único, que el martes 26 será aceptado como precandidato único también, y que el 13 de marzo será ungido como el candidato del partido para la gubernatura de dos años.

Estamos ante el espectáculo de la recomposición de fuerzas que cada seis años se da en el partido, cuando el equipo del ganador toma el poder y los miembros de los otros equipos buscan acomodarse con los mismos razonamientos y pretextos de siempre, que van de la desfachatez al cinismo:

“En verdad, yo siempre estuve con él, aunque por estrategia mostré simpatía por otro”. 2. “Si bien yo era de un equipo contrario, siempre que pude lo ayudé”. 3. ¿Qué yo apoyé a otro? ¡Nunca! Son mentiras que inventan mis malquerientes”.

La unidad priista en toda su extensión.

Monda y lironda.

[Y es “unidad”, no “unión”, porque la semántica tiene mucho que decir y revelar en este caso: “Unidad”, según el diccionario de la RAE, es la “Propiedad de todo ser, en virtud de la cual no puede dividirse sin que su esencia se destruya o altere”. “Unión”, por su parte, es la “Conformidad y concordia de los ánimos, voluntades o dictámenes. La “unidad” es un elemento esencial de un grupo, en el que no participa la voluntad; la unión implica una toma de conciencia. Los priistas siempre han formado parte de la unidad. Los priistas no van por la unión. Son “institucionales”, según su propia definición].

Esa unidad, ese aparejamiento de intereses y voluntades, es la fuerza que le permitió al PRI mantenerse 70 años en el poder.

Esa unidad, esa disciplina del pensamiento y el gusto, es la fuerza con la que recuperaron la Presidencia de la República 12 años después.

Esa unidad, ese acatamiento a la decisión mayor, es la que les permite juntar voluntades y recursos para ganar elecciones, sobre todo las difíciles y desesperadas, como pareciera el caso en Veracruz.

Pero este lunes 25 fue la fiesta de los priistas, recompuestos para mantener el poder en Veracruz.

Este lunes, señoras y señores, nació el nuevo líder para el priismo en Veracruz, y todos se alinean a su paso, indiscutido, omnipotente.

Este lunes 25 los tricolores veracruzanos, unidos, gritaron al unísono “Todos somos Héctor” y dijeron que “Estamos listos”.

Lo crucial de todo eso, es que la unidad funciona; que los priistas tienen un gen que los hace arrimarse cuando más necesario es para su supervivencia.

Está en su ADN.

La unidad en toda su extensión…

     …y al sexto día vio Héctor todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera.

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